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Las naranjas y la Royal Navy

El escorbuto se produce porque la vitamina C es necesaria para formar colágeno, sin el cual los tejidos pierden consistencia

Ana Domínguez

Cuando en el siglo XVIII los barcos ingleses de vela surcaban los mares expandiendo el imperio, tenían que lidiar con un peligro mayor que los buques franceses o españoles. Después de varios meses embarcados era frecuente que los marinos empezaran a sufrir hemorragias y caída de dientes, y finalmente morían debido a una enfermedad llamada escorbuto. El médico británico James Lind se propuso utilizar el método científico para tratar de buscar un remedio válido para la enfermedad. Cuando el escorbuto apareció, el buque Salisbury dividió a los marinos enfermos en varios grupos y a cada uno le suministró uno de los diferentes tratamientos que se suponían efectivos, como nuez moscada, ácido sulfúrico o agua de mar. Solo el grupo al que le dio naranjas y limones superó el escorbuto.

El experimento se llevó a cabo en 1747 y Lind publicó sus resultados en 1753. Parecía que ya se había resuelto el problema, pero no. El escorbuto siguió causando bajas en la marinería durante las décadas siguientes puesto que los resultados de Lind no fueron tenidos en cuenta por la Royal Navy. El motivo fue que, después de resolver el problema, metió la pata. James Lind sabía que tomar cítricos evita el escorbuto, pero no sabía que el responsable no era la naranja, la lima o el limón en sí, sino la vitamina C que contienen. El escorbuto se produce porque la vitamina C es necesaria para formar una proteína llamada colágeno. Si no hay vitamina C, el colágeno deja de ensamblarse y los tejidos pierden consistencia. Esta es la causa de las hemorragias y lo que acaba provocando la muerte. Hasta el año 1927 el químico húngaro Albert Szent-Györgyi no identificó la vitamina C y descubrió que era el factor determinante para prevenir el escorbuto. De hecho, le llamó ácido ascórbico, que quiere decir “sin escorbuto”.

Hoy día, el apodo de los marinos de guerra británicos es limey, abreviatura de lime-juicers o zumeros de limón

Volvemos a Lind. El problema de la fruta en los barcos es su conservación, por lo que Lind ideó un sistema de conservar el zumo de naranja o limón mediante concentrado. Se obtenía hirviendo el zumo. Aquí estaba la dificultad. La vitamina C es termolábil, es decir, con el calor se degrada. Por eso los marinos seguían sufriendo escorbuto a pesar de tomar el zumo, puesto que no tenía vitamina C. Esto provocó que nadie se tomara en serio a Lind hasta que se descubrió el problema tiempo después. Hasta 1789 los cítricos no empezaron a formar parte de la dieta de la Royal Navy, pero, eso sí, una vez dentro, dejaron huella. Hoy día, el apodo de los marinos de guerra británicos es limey, abreviatura de lime-juicers o zumeros de limón. En países como Nueva Zelanda, Australia o Sudáfrica el apodo se extiende a cualquier inglés, aunque no sea marino. Por cierto, los cítricos no son los alimentos más ricos en vitamina C. Szent-Györgyi aisló la molécula a partir del pimiento, que tiene bastante más, pero, salvo que te lo comas crudo, te va a dar igual, porque al freírlo te quedas sin vitamina C.

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