Los antihistamínicos y corticosteroides solo actúan sobre los síntomas de la alergia, pero no la curan. Caso distinto es la inmunoterapia, que consiste en reacomodar el sistema inmunológico para que responda de forma correcta ante un determinado alérgeno. El alergólogo será el último de los medios que utilice, ya que se trata de un método latoso debido a su duración.
La inmunoterapia
Radica en fortalecer el sistema inmunológico, reeducándolo para que no le afecte el contacto con el alérgeno. Para ello es necesario exponer al paciente a cantidades controladas del alérgeno, como si de una vacuna se tratase, para que su organismo se acostumbre.
Consiste en un tratamiento extenso con inyecciones durante entre tres y cinco años. Esto hace que se vuelva incómodo para algunos pacientes, que acaban inclinándose por tratar los síntomas en los momentos puntuales (alérgicos al polen) o por aislarse de los alérgenos (mascotas, alimentos…).
Es necesario saber que las alergias evolucionan, los síntomas se hacen más intensos con el paso del tiempo, pudiendo llegar a ser mortales en casos graves, como puede ser el asma.
La inmunoterapia, tanto la dosis como la duración, ha de ser supervisada por un alergólogo. De igual modo que, una vez iniciada, se debe completar totalmente respetando los períodos y las dosis que el médico indique.
Con el avance de la medicina ya se están probando tratamientos de inmunoterapia más concentrados, consistentes en cuatro inyecciones a lo largo de un solo año. Estos tratamientos se aplican sobre todo en alergias al polen.
Inmunoterapia sublingual
Pensado para curar la rinitis alérgica, causada por ácaros, polen o epiteliales, existe la inmunoterapia sublingual. Este tratamiento también implica que el paciente sea perseverante, ya que su duración es de tres a cinco años. A diferencia del tratamiento de inmunoterapia habitual, éste es más cómodo ya que se hace a través de la mucosa bucal.
La inmunoterapia, además de contra las alergias, se utiliza contra el cáncer.