Internacional

"Los más desfavorecidos han pagado el precio de salvar a los bancos"

Además el papa hizo una dura crítica del consumismo y propuso un cambio en el estilo de vida

El papa Francisco saluda a los fieles congregados en la Plaza de San Pedro. / MAURIZIO BRAMBATTI EFE

Ciudad del Vaticano

El papa Francisco instó a los países ricos a aceptar un "cierto decrecimiento" para frenar el consumismo y la pobreza en su encíclica sobre el medio ambiente presentada este jueves en el Vaticano.

"Ha llegado la hora de aceptar cierto decrecimiento en algunas partes del mundo aportando recursos para que se pueda crecer sanamente en otras partes", escribió el pontífice argentino al pedir que se "pongan límites" porque es "insostenible el comportamiento de aquellos que consumen y destruyen más y más, mientras otros no pueden vivir de acuerdo con su dignidad humana".

Además el papa hizo una dura crítica del consumismo y propuso un cambio en el estilo de vida entre sus propuestas para frenar la destrucción del planeta, en uno de los pasajes de su encíclica "Laudato si".

En este texto, que pretende ser un llamamiento para concienciar a la defensa del planeta, Francisco denuncia una lógica del mercado que crea "un mecanismo consumista compulsivo para colocar sus productos" y que "las personas terminan sumergidas en la vorágine de las compras y los gastos innecesarios".

Francisco aseguró que el poder consumir nos puede hacer sentir libres, pero que "quienes en realidad poseen la libertad son los que integran la minoría que detenta el poder económico y financiero". Propone así "un cambio en los estilos de vida" como forma de "sana presión" contra quienes tienen "el poder político, económico y social".

"Es lo que ocurre cuando los movimientos de consumidores logran que dejen de adquirirse ciertos productos y así se vuelven efectivos para modificar el comportamiento de las empresas, forzándolas a considerar el impacto ambiental y los patrones de producción", destacó.

En todo ello juega un importante papel la educación, según el papa, ya que puede "alentar diversos comportamientos que tienen una incidencia directa e importante en el cuidado del ambiente".

Por ejemplo, enumeró el pontífice: evitar el uso de material plástico y de papel, reducir el consumo de agua, separar los residuos, cocinar sólo lo que razonablemente se podrá comer, tratar con cuidado a los demás seres vivos, utilizar transporte público o compartir un mismo vehículo entre varias personas, plantar árboles, y apagar las luces innecesarias.

Para Francisco la educación debe llegar desde diferentes ámbitos, como la escuela, la familia, los medios de comunicación, la catequesis, etc. Pero, consideró, que "una buena educación escolar en la temprana edad coloca semillas que pueden producir efectos a lo largo de toda una vida", así como el ejemplo que se da en la familia.

Francisco también reconoce que "algunos cristianos comprometidos bajo una excusa de realismo y pragmatismo, suelen burlarse de las preocupaciones por el medio ambiente" o son pasivos.

A los católicos, Francisco les aconsejó una "conversión ecológica" pues "ser protectores de la obra de Dios es parte esencial de una existencia virtuosa, no consiste en algo opcional ni en un aspecto secundario de la experiencia cristiana".

A todos el papa propuso "la sobriedad y la humildad", que dijo "no han gozado de una valoración positiva en el último siglo", lo que ha provocado múltiples desequilibrios, también ambientales".

 
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