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5 mitos y verdades acerca de la seguridad infantil en internet

La seguridad infantil es un tema serio. Ayuda a tus hijos a tener experiencias positivas y productivas cuando usan internet.

Si crees todo lo que escuchas acerca de la seguridad de los niños en Internet, podrías pensar que los pedófilos y ciberbullies están a la vuelta de la esquina. La verdad es que sí hay cosas malas, pero también hay muchas cosas buenas en Internet. Algunos expertos están incluso tratando de combatir un "estado mental de pánico contra la tecnología" que preocupa a los padres innecesariamente. El punto de partida es que no podemos mantener a nuestros hijos seguros sino conocemos los hechos. Estos son los cinco mitos más populares sobre la seguridad infantil en Internet y las verdades que pueden aliviar y hasta eliminar tus preocupaciones.

Mito: Las redes sociales convierten a los niños en ciberbullies o acosadores cibernéticos.

Realidad: Hay varias razones por las que un niño o joven puede ser un ciberbully. Las redes sociales son una manera conveniente de hacer el trabajo sucio.

La verdad es que los niños que tienen este tipo de conducta típicamente tienen otras razones que los llevan a esa conducta. Ellos podrían estar en una crisis en la casa, la escuela o socialmente. Ellos podrían también ser bullies en persona, o quizás no han desarrollado niveles de empatía. Tener conciencia sobre las circunstancias del cyberbullying -- aunque no justificamos esta conducta de ninguna manera -- puede ayudar a los padres y educadores a reconocer las señales de alerta para así intervenir antes de que la situación se complique demasiado.

Mito: Enseñar a los niños que sólo evitando comunicarse con extraños es la mejor forma de mantenerse seguros cuando están online.

Realidad: Enseñar a los niños a reconocer la conducta de los depredadores les ayudará a evitar preguntas y solicitudes mal intencionadas.

En el mundo de hoy, cuando niños tan pequeños como de 8 años están interactuando con gente desconocida online, ellos necesitan saber cuáles son los limites entre una conversación apropiada y una que no lo es. Sugerimos que vayas más allá del peligro de los extraños y les enseñes qué tipo de preguntas son apropiadas. Por ejemplo, las siguientes son preguntas inapropiadas y deberían de levantar sospechas: ¿Eres un niño o niña? ¿Te gustaría tener una conversación privada? ¿Qué ropa estás usando hoy? ¿Dónde vives? También enseña a tus hijos a que no busquen en Internet situaciones peligrosas. Ten en cuenta que las relaciones riesgosas online se desarrollan más frecuentemente en salones de chat donde adolescentes están por su propia voluntad buscando o sosteniendo conversaciones sexuales.

Mito: Los chicos actúan peor cuando están en Internet.

Realidad: La mayoría de los menores de edad dicen que sus amigos o compañeros son amables entre ellos cuando están online.

Sabemos que la mayoría de los chicos quiere divertirse, pasar tiempo y socializar normalmente cuando están online y de hecho, de acuerdo al Pew Research Internet project eso es lo que la mayoría está haciendo. Revisa estas estadísticas:

  • 65% de adolescentes usando las redes sociales dice que han tenido una experiencia en las redes que les hizo sentir bien.
  • 58% dice que se sienten más cerca de una persona tras una experiencia en una red social.
  • 80% de adolescentes que han presenciado una conducta agresiva y cruel en una red social han salido a la defensa del amigo que está siendo atacado.

También hay muchos jóvenes que han combatido el cyberbullying y usado la Internet para apoyar una causa social. Cada vez con más frecuencia, los chicos están descubriendo y sacando provecho del mundo conectados por la Internet y así están derribando unos cuantos mitos en el camino.

Mito: Es peligroso publicar fotos de tus niños en la Internet.

Realidad: Si usas las opciones de privacidad, limitas tu audiencia y no identificas a tus hijos, es bastante seguro.

Existen dos tipos de padres: a quienes les fascina publicar fotos de sus hijos y aquellos que piensan que hacerlo es meterse en problemas. Aunque sabemos que al publicar algo en la Internet siempre hay algunos riesgos, hay formas de prevenir los riesgos si actúas de forma inteligente y sabes como hacerlo.

  • Usa las opciones de privacidad: asegúrese de que las opciones de privacidad están filtrando lo que publicas para que sólo las personas más cercanas en tu grupo de contactos puedan verlas.
  • Limita tu audiencia: solamente comparte fotos con amigos y familiares cercanos. También puedes usar sitios para compartir fotos como Picasa o Flickr donde se requiere una contraseña y ser parte del sitio para poder ver las fotos.
  • No te apresures para que tus hijos entren a las redes sociales. Respeta la regla que dice que los niños menores de 13 años no deben estar en las redes sociales. Una vez que tus hijos tengan un perfil en una red social, pueden ser etiquetados, lo que magnifica su presencia en la Internet. Si vas a subir fotos de ellos, no los identifiques y no los etiquetes, de esa forma la fotos no puede ser rastreadas y conectarlas con ellos.

Mito: Los controles para padres son la mejor forma de monitorear las actividades de mis hijos online.

Realidad: Concentrarse en una sola forma de proveer seguridad en la Internet te hará sentir confiado y te dará un falso sentido de seguridad.

Para mantener a tus hijos seguros online y para criarlos de forma que sean responsables y respetuosos ciudadanos digitales, necesitas mucho más que usar los controles para padres.

Estos controles pueden ser burlados muy fácilmente por niños decididos. Además, estos controles de seguridad infantil en Internet detienen mucho en sus filtros por lo que cualquier búsqueda en Internet puede ser casi inútil. También, puede generar una dinámica de "padres versus hijos" que puede resultar contraproducente.

Traducido y adaptado por: María Oxálide Alvarez

Caroline Knorr
Caroline is Common Sense Media's former parenting editor. She has many years of editorial and creative marketing writing experience and has held senior-level positions at Walmart.com, Walmart stores, Cnet, and Bay Area Parent magazine. She specializes in translating complex information into bite-sized chunks to help families make informed choices about what their kids watch, play, read, and do.