EL BLOG DE UNA MADRE DESESPERADA

Los niños ya no saben jugar

La película 'Donde viven los monstruos'.

A los niños les falta aire libre

Los críos no necesitan un móvil

¿Por qué es bueno que se aburran?

Eran las fiestas veraniegas de la urbanización y me ofrecí para encargarme de los juegos de los niños. Se me ocurrió enseñarles uno de los pasatiempos que más me divertían en la infancia: el churro, mediamanga, manga entera. Cuando les agrupé a todos, empecé a darles las instrucciones: se tenían que agachar y ponerse en fila contra la pared y uno tenía que saltar por encima del resto.

Los niños se resistían. Cogí a uno de ellos para que viese el ejemplo e hiciese la postura y luego a otro... Por mucho que les insistía en que era divertidísimo, ellos me observaban con incredulidad. Cuando llegó el momento de dar el salto, los peques abandonaron la perplejidad y comenzaron a mirarme con caras de horror. Poco a poco, los chavales se fueron dispersando, sin hacer ruido, volviendo la vista atrás como si me hubiese vuelto loca.

Nadie quiso jugar y fracasé de manera estrepitosa. Desgraciadamente, me temo que el churro es un juego demasiado salvaje para los tiempos asépticos que corren. Niños bajo arresto domiciliario, que no se manchan, que no se hacen heridas y que no saben lo que es destrozar un hormiguero o subirse a los árboles.

Hace años que no veo a ningún crío jugar al churro ni al rescate ni a la zapatilla por detrás ni a la gallinita ciega ni a balón prisionero ni a la rayuela ni a las tabas. Como mucho, al escondite y al pilla-pilla y en contadas ocasiones.

¿Qué ha pasado con nuestros juegos tradicionales? ¿Por qué ya no se transmiten de manera espontánea de generación en generación?

Todavía recuerdo que en cuanto había un grupo de chavales en el patio o en la calle, enseguida nos las arreglábamos para entretenernos con los polis y cacos, el pañuelo... Era algo que surgía de forma natural, sin esfuerzo. Todo lo contrario de lo que sucede ahora. Veo a los niños actuales incapaces de organizarse para participar en estos juegos colectivos. En ocasiones, se tiran horas discutiendo las normas y, al final, no se ponen de acuerdo y ni siquiera lo intentan.

¿Se han hecho demasiado cómodos nuestros hijos? Es evidente que coordinarse con 10 niños, aceptar las reglas, aprender a ganar y a perder y echar a correr exige mucho más esfuerzo que sentarse solo a ver la televisión o a darle a la consola.

Como botón de muestra, el experimento que hizo una marca de cereales en Estados Unidos. Preguntó a tres generaciones que era lo que les divertía durante su infancia: los abuelos contestaron que recoger arándanos o cultivar sandías; los padres respondieron que corretear al escondite con sus amigos y los niños de ahora preferían jugar a la consola, usar su teléfono móvil o escribir mensajes durante 3 o 4 horas al día.... En el vídeo se escucha a los chiquillos decir: "Me moriría sin mi tablet".

Cuando bajo a la piscina y veo a todos los peques sentados debajo de un portal con las maquinitas, me embarga una cierta amargura. No digo que los videojuegos no sean divertidos, que lo son, pero para mí los mejores momentos de la infancia están asociados a esos entretenimientos callejeros: permanecer escondida sin aliento detrás de un árbol para que no te pillasen o ser la última descubierta por los polis y lograr salvar a todos los cacos.

Sinceramente, creo que los padres, maestros y educadores tenemos una gran responsabilidad en lo que está sucediendo. En muchas ocasiones somos nosotros los que fomentamos estos juegos tecnológicos para que nos dejen en paz. He visto a papás reñir a sus hijos por dejar de entrenerse con la consola. Los educadores también deberían enseñar y fomentar otro tipo de diversiones en los recreos de los colegios y no sólo el omnipresente fútbol.

Ahora que el verano da sus últimos coletazos, propongo un apagón tecnológico. Dejemos en casa los móviles y olvídemonos de las consolas y las tabletas. Que los niños salgan a la calle, que se aburran, que inventen juegos nuevos y que no olviden los antiguos, que construyan fortalezas con toallas y cabañas con palos, que disfrutende la naturaleza, una parte esencial de la infancia. No dejemos que esto se detenga con nuestra generación.

¿Os refrescamos la memoria?

23 Comentarios

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Soy padre de un menor de 12 años. Se pasa todo el día de la consola a la tablet. No tiene móvil (todavía) porque como siempre está en casa, para qué lo necesita. Pero tampoco hay que dramatizar. Yo jugaba por los descampados de al lado de mi casa en el extrarradio y que quieres que te diga. No veo que sea mejor jugar a tirarse piedras con los del otro barrio que jugar a la playstation. Creo que todo debe hacerse con mesura. Mi hijo juega mucho pero no ve la tele (que te hace ser mucho más pasivo). Yo mismo he jugado a todos estos juegos que dice la articulista y he matado insectos y me he caido y me herido...Pero he de reconocer que si hubiera tenido la tecnología que hay ahora creo que hubiese jugado poco.

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La culpa es 100% de los padres que son los que EDUCAN a sus hijos. No vale con decir "es que los niños de ahora..." tu que haces con tus hijos? juegas con ellos? a que juegas? solo a la consola? les has llevado a la calle para jugar con ellos? hay mil deportes y juegos para hacer pero tienes que enseñarles desde pequeños, lo que cuenta la del articulo no se que edad tendrán pero esta claro que serán mas mayores. Si se lo inculcas desde pequeño al niño le encantaran los juegos, la cosa es involucrarse...y por cierto los videojuegos también molan pero un poquito de todo!

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Que tiempos... recuerdo las peleas de piedras en el descampado, cuando nos robaban los relojes los kinkis. ... sinceramente cada época tiene sus juegos. Ahora hasta nos parece mal que jueguen al pokemon go aunque salgan de casa y socialicen. No seamos tan talibanes y juguemos con ellos a lo que les gusta que son otros tiempos

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@daneel_olivaw #14 Efectivamente. Recuerdo de el patio de mi infancia todo. Y no había solo niños corriendo de un lado para otro ni jugando a Churro Va. Se jugaba al escondite, a las canicas, a las carreras de coches, al fútbol ... pero también había quien prefería sentarse a hablar, pasear, leer o quedarse en clase. ¿Nadie de 40 recuerda ya las máquinitas de LCD y cómo te juntabas alrededor fácil con 5 amigos viendo como jugabas? Pues eso. Poca memoria tenemos. Hay tantas formas de jugar como personalidades puede desarrollar un niño. Obligarles a que siempre hagan el mismo tipo de actividad sólo porque yo tengo el recuerdo de hacerlo de pequeño puede impedir el correcto desarrollo de sus necesidades. No son nosotros.

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Los niños actuales- una mayoria de ellos- no saben lo que se estan perdiendo..ni el daño que les estamos haciendo.

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Ayudaría mucho a que los niños saliesen de "sus escondites" una modificación de la ley que prohíbe jugar a los niños en la calle. Pero claro, para que eso se pueda llevar a cabo también hace falta que los padres se impliquen en enseñar a los niños cómo jugar en ella, ya que las calles de hace años no son las mismas que las de ahora, y no en todas las calles se puede jugar. Yo creo que puede haber un término medio si todos ponemos de nuestra parte, pero estamos en una sociedad en la que a los niños se les tiene poco cuenta, y su único espacio para jugar libremente cerca de casa es un espacio vallado de colorines con instalaciones no siempre cuidadas.

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Todo esto, para mí tiene un nombre: NOSTALGIA. Tengo 47 años y mi padre me decía lo mismo: no sabeis jugar como lo hacíamos nosotros antes, y de las fiestas.......ni te cuento. Esto no hay quien lo pare. Alternativas: para mi el deporte.

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Bueno...... Yo tengo 43 años, y si me hicieran esa pregunta, qué me divertía en mi infancia, creo que mi respuesta sería: tebeos, libros, televisión y juegos de mesa. El tipo de juegos callejeros de que hablas fue para mí algo casi anecdótico. Y tampoco me he muerto....... Son formas distintas de vivir la infancia, que a ti alo mejor te asusta porque la tuya fue muy distinta; pero para los que hemos sido ratones de sala de estar desde pequeños, tampoco nos parece que haya nada malo en ello.