Abusos sexuales en La Pampa: Hay 10 casos de lesiones comprobadas y suman 30 las denuncias

El escándalo por los abusos sexuales en un jardín de infantes no deja de sacudir al pueblo pampeano de 25 de Mayo. Mientras confirmaron lesiones  en 10 víctimas, ya suman 30 las denuncias por las agresiones sexuales.

El abogado Sebastián País Rojo (que representa a los padres de ocho víctimas) precisó que "hay en total 30 denuncias. Y en diez casos se comprobó que hay lesiones compatibles con lesiones de abusos".

Dijo que la investigación está en las primeras etapas.  Los dos detenidos, un profesor de educación físicas y secretario de la coordinación de colegios secundarios, Sergio Tatavitto y una maestra jardinera, María José Tello tienen prisión preventiva.

Las clases en el jardín de infantes están suspendidas. La ministra de Educación de La Pampa, Jacqueline Evangelista anunció que la actividad pedagógica no se reanudará hasta refaccionar un nuevo edificio, en la sede de los jardines de infantes. En la sede anterior, donde se habrían cometido los abusos, los nenes ya no regresarán.

El caso se destapó hace una semana, el lunes 18 de mayo. Un chico que tenían problemas -de conducta y de control de esfínteres- fue llevado al hospital donde se comprobó el supuesto abuso. En forma espontánea, relató cómo ocurrían esos abusos. Después se sumaron más casos, con el correr de las horas. Con los primeros ocho casos, Tatavitto y la maestra Tello fueron acusados por abusos sexual simple, con el agravante de ultrajante. Antes realizaron allanamientos en dos domicilios del principal acusado y en la casa de la maestra. Uno de los lugares allanados es una casa quinta en 25 de Mayo, propiedad del docente donde eran llevados los niños y las niñas.

País Rojo explicó que no se comprobaron violaciones en las víctimas.

En sus relatos, los niños y las niñas relataron que eran sacados del jardin hacia una casa quinta que nombraron como "la casa secreta".  Eran llevados por el "profe pelado", en supuesta referencia a Tatavitto, para realizar actividades recreativas. Allí bailaban, cantaban y desfilaban. Y quienes se desnudaban eran premiados con golosinas. También los chicos hablaron de un "cuarto mágico": un lugar con luces, donde les sacaban fotos y los filmaban. En los allanamientos se secuestraron cuatro celulares, computadoras, notebooks, netbooks, tarjetas de memoria, filmadoras y una cámara fotográfíca.

Aunque los chicos declararon en cámara Gesell, los informes de los especialistas aun no se realizaron. Todo se hizo en forma precipitada: algunos chicos fueron sometidos a la cámara Gesell durante el pasado día sábado. Fueron trasladados 300 kilómetros, a la ciudad de General Acha. Pero con los primeros testimonios y las pruebas recolectadas en los allanamientos, el juez Héctor Freigedo resolvió dictar la prisión preventiva a los docentes.

Los casos revelados desataron una crisis social y educativa en 25 de Mayo. Funcionarios de cuatro ministerios desembarcaron en este pueblo, ubicado a 400 kilómetros de la capital pampeana.  Los docentes y los directivos de los colegios primarios y secundarios fueron asistidos por sicólogos y sicopedagogos.  También llegó personal de Nación para asistir a padres de las víctimas y docentes. El jardín de infantes, una escuela especial  y un colegio secundario donde funcionaba el jardín fueron intervenidos. Hay 23 docentes, directivos y porteros sumariados.

La Procuración General resolvió conformar un equipo especial de fiscales para investigar el caso.

Hubo dos marchas en reclamo de justicia. En la segunda participaron entre 2.500 y 3.000 personas de un pueblo que tiene 8.500 habitantes, cuya principal actividad es la petrolera. Un Grupo Especial policial desembarcó en el pueblo después de los incidentes ocurridos la noche que fue detenida la maestra jardinera, acusada de preparar a los niños y las niñas en esa salidas "recreativas".

Evangelista, dijo que la evaluación de la situación de las víctimas se hace día a día. "Vamos a volver a clases cuando avisemos. No hay fecha", dijo. Esa incertidumbre, es una medida del infierno que viven los niños y los padres, que deben volver a confiar en una maestra y dejar a sus hijos en el jardín.