Calidad y sostenibilidad de los edificios: adiós al ‘location, location, location...'

La localización de un edificio es uno de los factores más importantes a la hora de vender o comprarlo, según los expertos inmobiliarios. Y ¿por qué importa tanto? Porque comprar un edificio en una buena zona es una inversión sólida a largo plazo. Sin embargo, ha aparecido otra variable en esta ecuación tras haberse quedado anticuada: la calidad y sostenibilidad. Dos factores que aportan valor añadido a los edificios y que cada vez más exigen los fondos de inversión.

Localización, localización, localización. Es un factor clave pero la calidad del parque de edificios disponible en España es mala. Así ha quedado reflejado en la primera mesa redonda organizada en Roca Madrid Gallery por Wires, la primera asociación sólo de mujeres inmobiliarias “Hay activos inmobiliarios bien ubicados pero que necesitan una mejora, una rehabilitación o una gestión añadida”, señala una de las ponentes, Belén Díaz, de Catella.

Paloma Relinque, de Capital Markets en CBRE, insiste en que hay “un stock de edificios de una calidad muy mala”. Por eso, apuesta por un cambio cualitativo y de uso. El mensaje que traslada es el de “location, location, cuality”.

El interés por invertir en el sector inmobiliario español sigue vivo, ante los bajos tipos de interés europeos. Los fondos de inversión y otros posibles compradores buscan oportunidades de inversión rentables en las mejores zonas de Madrid o Barcelona pero cada vez más piden que los inmuebles sean de calidad y sostenibles.

Tanto es así que hay compañías como ING Real Estate Finance que estudian si un edificio es sostenible o no a la hora de invertir. Así lo evidencia Pilar Guzmán, Vicepresidenta de esta firma. Añade que el parque actual de edificios no goza de la calidad que los inversores exigen y aboga por invertir en mejorarlos.

Uno de los hándicaps del sector es que todavía muchos propietarios o inquilinos no confían en la mejora sostenible y energética del edificio. Los certificados de sostenibilidad Leed, Breeam o Passivhaus, son los más aplicados en nuestro país pero aún no son lo suficientemente conocidos.

Consultoras inmobiliarias como JLL o Aguirre Newman cuentan con estos sellos en sus sedes principales en España, con el fin de atraer el interés de los inversores para que apuesten por la sostenibilidad y la eficiencia energética. Leticia Pont, de Union Investment, asegura que ellos incluso llegan a hacer un análisis de la huella de carbono en los edificios a la hora de invertir. Certifican los edificios y subraya que obtienen ahorros en la factura energética del 20%.

Y ¿por qué creer en la sostenibilidad? Porque, como bien recuerda Paloma Relinque, la calidad del aire o la mejora de la iluminación aumentan la productividad de los empleados y reducen las bajas laborales. Al final conseguir esto significa tener una mejor cuenta de resultados a final del año.

Aunque las ponentes del evento de Wires, como Sandra Daza, directora general de Gesvalt, reconocen que aún queda camino por recorrer, aseguran que hay grandes empresas como Kellog´s o Pepsi que sólo contemplan trasladarse a edificios con certificaciones de sostenibilidad. Mejorar la calidad de vida de los empleados y retener el talento es uno de los factores de más peso para apostar por una vida en la oficina más “verde”.

2020, la fecha clave para que los edificios sean de consumo casi nulo

La unión europea quiere que los edificios que se construyan a partir de 2020 tengan un consumo energético casi nulo y que los que se hayan levantado con anterioridad a esa fecha sean capaces de reducir su derroche de energía al mínimo. Para los edificios públicos Europa exige que a partir de 2018 se construyan bajo la filosofía del consumo energético casi nulo.

Por el momento, la construcción sostenible y eficiente se ve como un gasto y no como una inversión a medio-largo plazo. Por eso, las expertas inmobiliarias recuerdan que tanto propietarios como inquilinos de edificios no deben verlo como una obligación, sino como una buena inversión. Al final lo agradecerá tanto el bolsillo, como la salud y el bienestar del trabajador o usuario del inmueble.