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Sicavs: qué son, cuántas hay y qué ventajas e inconvenientes tienen para su dueño millonario
GTRES

Las sicavs son vehículos de inversión que se instauraron en España a principios de los años 80 con el fin de evitar la fuga de las grandes fortunas del país. Según los últimos datos oficiales, en el mercado hay más de 3.200 sociedades de este tipo que ofrecen al inversor una baja fiscalidad y la posibilidad de controlar su inversión, aunque están sujetas a duras trabas internacionales y una carga elevada sobre las plusvalías conseguidas.

El nombre técnico de una sicav es Sociedad de Inversión de Capital Variable, aunque es más sencillo definirla como un vehículo de inversión de las grandes fortunas.

Su actividad se centra en un fondo de inversión que apuesta tanto en renta variable como en renta fija (es decir, en acciones y en deuda pública o privada) y, según calcula la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), actualmente hay cerca de 3.230 sicavs en nuestro país.

Estas herramientas de inversión colectiva, que han ido ganando peso con el paso de los años, están presente en España desde 1983 y nacieron con un objetivo: evitar que el dinero de los grandes patrimonios domésticos se marchara al extranjero.  Para conseguir que se quedaran, las sicavs ofrecen grandes ventajas a sus propietarios:

¿Qué tienen de bueno?

Entre sus atractivos destaca, sin duda, su tributación. Toda sicav, aun siendo una persona jurídica, paga un 1% de Impuesto de Sociedades, mientras que cualquier empresa tiene que soportar este año un gravamen del 28% (la reforma fiscal que entró en vigor el 1 de enero lo ha reducido en dos puntos).

Para las plusvalías obtenidas sí que pagan el tipo fijado para las rentas de capital en el IRPF: un 20% para los primeros 6.000 euros anuales, un 22% para las cantidades entre 6.001 y 50.000 euros y un 24% a partir de ahí.

Otra de las grandes ventajas de una sicav es que sus propietarios pueden sacar dinero del fondo sin tener que pagar impuestos siempre y cuando se cumpla una condición: que la cantidad que saque sea inferior a la invirtió al principio. El motivo es que Hacienda considera que el capital que se retira, valga la redundancia, es capital y no la rentabilidad que ha obtenido con él.

Suma y sigue, porque no podemos olvidar que, como cotizan en bolsa (concretamente, en el Mercado Alternativa Bursátil), las acciones pueden comprarse y venderse en cualquier momento. Por tanto, ofrecen liquidez a los titulares.

Por si fuera poco, el dueño de una sicav puede controlar hasta el más mínimo detalle del capital, algo que no sucede en un fondo de inversión cualquiera, que depende de la volatilidad del mercado.

También tienen puntos flacos

A pesar de sus evidentes beneficios, las sicavs también algún que otro inconveniente.

Para empezar, es necesario que cuente con un centenar de socios para constituirse y que estos aporten, como mínimo, 2,8 millones de euros.
Además, las ganancias que se obtengan a través de ellas (es decir, las plusvalías), soportan un tipo del 21%.

También están sometidas a un exhaustivo control por parte de las autoridades para evitar retenereles menos de lo debido. Y todo ello sin olvidar que, como estos vehículos se crearon para evitar una fuga de capital de España, su actividad no pueden ser trasladada a otro país. Por tanto, si sus propietarios quieren salir al exterior tendrán que liquidar la sicav.

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