El Banco Español de Algas adscrito al Centro de Biotecnología Marina de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), ha diseñado un sistema para el cultivo orgánico de la microalga espirulina, con el objetivo de combatir la malnutrición y autoabastecer a familias con carencias alimentarias, principalmente en África. Dicha iniciativa, liderada por la técnico del BEA Águeda Angulo, supone un avance importante con la obtención de una técnica de cultivo sencilla, autosuficiente y familiar, utilizando únicamente elementos naturales de fácil acceso.

La espirulina es un alga microscópica que se cultiva en Canarias desde hace años y está considerada entre las más completas fuentes biológicas de proteínas, vitaminas, minerales, entre otros. Este microorganismo acuático, perfectamente comestible se puede producir localmente en regiones cálidas. De su composición destaca su alto contenido en vitamina B12 (difícil de encontrar si no es en la carne animal), hierro y un enorme aporte proteico cercano al 60%.

"De por sí sola no es un alimento completo pero no cabe duda del alto valor nutricional que aporta a nuestro organismo", afirmó Angulo, de quien partió la iniciativa de desarrollar esta tecnología de cultivo tras escuchar en la radio las declaraciones de una ONG en Somalia que hablaba de madres africanas que, para poder llegar a los centros de refugiados, tenían que elegir a qué hijos dejar morir.

"Fue tan impactante oír esto, tal choque de conciencia, que ese día, cuando llegué al Centro me propuse crear esta técnica de fácil cultivo. Se lo propuse al director del Banco Español de Algas, Guillermo García Reina, y nos pusimos a ello. Tenemos el conocimiento y los medios, que no se pueden quedar en un centro de investigación sabiendo que podemos incluso salvar vidas, y de esa necesidad parte esta iniciativa".

Los científicos seleccionaron una cepa entre diez de espirulinas y la que obtuvo mayor rendimiento fue la Espirulina platensis con código BEA 0016 de procedencia Lago Chad en Kanim, cedida por el Banco Español de Algas en los inicios del proyecto.

"Hemos basado este trabajo básicamente en el manual de cultivo artesanal de espirulina de JP Jourdan y sobre todo en el libro de Gille Planchon La Spiruline pour tous culture familiale. Dos manuales sencillos de cultivo a los que hemos adaptado nuestra visión".

La novedad en la aportación del BEA fue la de modificar las técnicas existentes y hacerlas más sencillas, de forma que el cultivo pueda llevarse a cabo en garrafas. "Hasta ahora, el cultivo de espirulina, que se viene haciendo desde hace años por parte de ONG en África, era en tanques, en pequeña escala, pero en tanques. Nuestro grano de arena ha sido cultivarla en garrafas y con productos totalmente orgánicos", indicó Águeda Angulo.

Dichos productos son el natrón (en Canarias se usa el bicarbonato), sal marina, orina y el hierro extraído de clavos oxidados. "Así logramos un cultivo autosuficiente, porque de lo que se trata es lograr que, en medio de la nada, teniendo un poco de agua y disponiendo de sal marina puedas cultivar tu propia espirulina para alimentar a tus hijos, en una garrafa por niño".

El objetivo del Banco Español de Algas es lanzar toda la información sobre la técnica de cultivo obtenido y que sea de uso público. "Nos interesaría mucho llegar a ONG y cooperantes africanos que conocen allí el terreno para que difundan la técnica entre las familias, para que sea más fácil compartir nuestro granito de arena y de esta manera ayudar a combatir la malnutrición, principalmente infantil, en zonas desfavorecidas".

No obstante, la investigación sigue su curso, y en este momento están estudiando una línea de cultivo sin hierro. "Una vez que veamos los resultados, lo vamos a trasladar aquí, en Canarias, utilizando incluso otros nutrientes, y la intención es impartir cursos más adelante, para poder autoabastecernos de esta alga".

Autorización

Curiosamente, la espirulina es una microalga utilizada en España en dietas de adelgazamiento, complementos de la piel... En el Archipiélago se lleva cultivando desde hace años, pero para otros fines ajenos al alimenticio, fundamentalmente para fertilizantes ecológicos.

"Lamentablemente en España la espirulina se puede cultivar en casa y consumir pero no vender para alimentación, porque no está contemplada por las autoridades sanitarias. Se puede comprar esta microalga para fines nutricionales si viene de Francia, Alemania o Italia, pero aquí aún el cultivo para alimentación no tiene registro sanitario", informó la investigadora.

La espirulina se puede consumir tanto fresca como deshidratada. "Viva es mucho más nutritiva, pero si tienes más de la que puedes consumir al día, se puede secar y echar en los zumos, ensaladas..."