MÚSICA

Monkey Weekend: El Puerto, capital de la música

La tercera edición de esta cita se ha desarrollado durante este fin de semana con un enorme éxito

La Plaza Alfonso X El Sabio se llenó durante la cita P. Bernardo

La Voz

Monkey Weekend ha vuelto a convertir El Puerto de Santa María por unos días en una auténtica ciudad de la música. Y lo ha hecho además en ésta su tercera edición arropado por un fantástico éxito de público.

Este domingo Monkey Weekend 2019 echaba el cierre con el concierto de la Escuela Coral Jardín Menesteo , ese coro de niños acompañados por Los Jaguares de la Bahía y Nuria Capote (Furia Trinidad) con unas versiones increíbles de hits de ayer, hoy y siempre.

No podía haber mejor broche final a una edición fabulosa, que abría las puertas del Castillo de San Marcos el pasado viernes colgando el cartel de 'no hay entradas' en una primera noche en la que brillaron con luz propia los tres protagonistas del Escenario Ron Contrabando . Unos Flamin' Groovies que, repuestos de la baja de Roy Loney por accidente pero con un inmenso Cyril Jordan al frente, tiraron de oficio para entregar uno de esos directos que solo pueden facturar veteranos en estado de gracia. Esa María Guadaña erigida en la respuesta patria a PJ Harvey, puro espectáculo sobre las tablas con una banda además de las que cortan el hipo. Y los cada vez más en boca de todos Derby Motoreta's Burrito Kachimba, que volvían al festival tras llamar poderosamente la atención el pasado año como promesas y hoy ya como toda una innegable -y triunfal- realidad.

Ni siquiera la after party, que se extendió hasta altas horas de la madrugada gracias al buen hacer de La Rubia Pincha, Tali Carreto y Betty Miserias & Pío Paradox, mermó las fuerzas del numeroso público que acudió este año al festival portuense, que no dudó en lanzarse a las calles el sábado desde bien temprano para disfrutar de las no menos numerosas delicias que ofrecía el programa. Comenzando al mediodía por Los Hermanos Cubero -que llegaban al festival de la mano de AIEnRUTa Artistas- en plenas Bodegas Osborne, en uno de esos conciertos que solo se ven en Monkey Weekend: un bautismo total entre artistas, entorno y audiencia.

María Guadaña: veni, vidi, vici. Pablo Bernardo.

Mientras las sorpresas continuaban por las calles, las salas del centro de la ciudad abrían sus puertas a la programación del festival, porque como todos sabemos Monkey Weekend -como su hermano mayor Monkey Week SON Estrella Galicia- es ese festival que se celebra en bares y espacios singulares.

Así, La Cristalera se transformaba en el Escenario Mangaroca , donde poder disfrutar de propuestas tan frescas como María Yfeu -otra revelación-, Jose Domingo y L'Exotighost, canciones bellas mecidas por la brisa junto al río Guadalete. La Sala Gold a su vez acogía los beats de Bronquio, Rastrejo y Antifan en su Escenario Burdon, que apostaba por los sonidos más innovadores. Mientras tanto una de las míticas, la Sala Milwaukee , ofrecía desde su Escenario Jägermeister todo un minifestival: Candeleros, Uniforms, Goa y Los Estanques (uno de los conciertos sin duda más esperados de este Monkey Weekend), aderezados por las sesiones de Mrs. Purple y Los Dominguito. Otra de las salas en la que no cabía un alma sería Guateque, que rozó todo el día el lleno absoluto con los conciertos de Riverboy, Vancouvers y Exnovios. Como estuvo también, hasta los topes, el Monkey Club , que contó con los directos de la siempre exquisita Aries, un Joe Crepúsculo dispuesto a hacernos sudar como monos (nunca mejor dicho), y La URSS, directos al estómago y toda una garantía sobre las tablas, además de la bailonga sesión de Cherni Espectro Sonoro.

Mención especial a la azotea del Bar Santa María , todo un clásico del festival, y que se ha convertido en destino indispensable para todo visitante y que convirtió los directos de El Grajo, Amparito y Lucro en casi gymkanas.

Homenaje a La Leyenda del Tiempo

Claro que si hubo un momento de llenazo brutal en esta tercera edición de Monkey Weekend, no podía ser en otro momento: el homenaje -realizado en colaboración con Fundación SGAE- a La Leyenda del Tiempo , el histórico disco de Camarón de la Isla que cumplía justo este domingo 40 primaveras desde su lanzamiento y que contó además con un invitado de excepción, el productor Ricardo Pachón . Al escenario gratuito ubicado en la Plaza Alfonso X El Sabio se iban acercando en los conciertos previos paulatina pero constantemente más y más personas, contagiándose de la simpatía a raudales de Detergente Líquido, dejándose seducir por las cadencias country de Aaron Rux & The Crying Cowboys y enamorarse (una vez más) de la elegante propuesta pop rock de unos cada día más sorprendentes All La Glory.

Apoteosis final en el homenaje a La leyenda del tiempo P. Bernardo

Cercana a la medianoche, el numeroso público que se dio cita en la plaza enmudeció con los primeros acordes de los 'Tangos de la Sultana' emprendidos por Derby Motoreta's Burrito Kachimba y a los que puso portentosa voz Charly Riverboy. La banda sevillana fue la encargada de dar inicio a un repertorio mágico, cediendo protagonismo a Andrés Herrera 'Pájaro' y Raúl Fernández en 'La tarara' y a una tremenda Rocío Márquez en 'Viejo mundo', antes de regalar a un ya entregadísimo público una 'Nana del caballo grande' en la voz de su cantante, Dandy Piranha, y que puso a la plaza literalmente del revés. Precisamente Dandy Piranha colaboró en la primera de las versiones realizadas por Bronquio, 'Romance del amargo', cediendo luego el testigo al joven cantaor Álvaro Romero y sus impresionantes quejíos sobre bases, samples y loops en 'Homenaje a Federico' y 'Mi niña se fue a la mar'. Y llegó el turno de la troupe granadina: Napoleón Solo comandaron la recta final, contando con tres colaboraciones de lujo: Soleá Morente, pura delicatessen, en 'Bahía de Cádiz'; un muy punk Antonio Arias en una personalísima versión de 'La leyenda del tiempo '; y Lorena Álvarez, más rumbera y canalla que nunca en 'Volando voy'. Aplausos atronadores y una tormenta de vítores en un fin de fiesta para el recuerdo, con un momento de ésos que se recordarán en el futuro: todos los artistas juntos, abrazados y bailando en homenaje al maestro Camarón y una obra legendaria.

Una imagen que resumía además a la perfección las señas de identidad de un festival único en su especie: la apuesta por los valores del mañana, las miradas respetuosas a nuestro pasado y la música como motor de nuestras emociones a flor de piel .

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