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Opinión

6 de Marzo de 2020

¿Aprueba o rechaza? La Señora Juanita hoy

No decide elecciones como en décadas anteriores ni es la protagonista principal de lo que está pasando hoy en la arena política nacional. Aún así, es interesante saber cómo se enfrentará al plebiscito de abril y -lo primero- enterarnos sobre qué ha sido de su vida.

Alvaro Peralta Sainz
Alvaro Peralta Sainz
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El orígen de este personaje tan usado años atrás para reflejar las inquietudes de cierto tipo de votantes nacionales tiene un autor claro: el ex presidente Ricardo Lagos. Fue él, quien en un punto de prensa a fines de febrero del año 2004 en el que se abordaba el tema de la fijación de tarifas de telefonía y agua potable, explicaba los alcances de esta propuesta con un muy gráfico: “Lo que estoy tratando de decirle a la señora Juanita, que entiende poco de finanzas internacionales, es que en la cuenta que va a pagar por los servicios públicos habrá una disminución”. ¿De quién hablaba Ricardo Lagos cuando se refería a la señora Juanita? No era la mujer a la que solía comprarle empanadas cerca de su parcela de Caleu, de ella sólo tomó el nombre. En realidad, se refería a las mujeres de estratos sociales más bajos que históricamente habían votado, primero por la opción NO en el plebiscito de 1988, y luego por los distintos candidatos presidenciales de la Concertación que lo antecedieron. Pero ojo, no se trataba de un grupo de votantes duros, militantes y a todo prueba. Todo esto lo explica muy bien el periodista Daniel Matamala en su libro del 2013 “Tu Cariño se me va, la batalla por los votantes del nuevo Chile”, en el que profundiza sobre el perfil de mujer que representaba la señora Juanita:

-Mujeres, independientes y de escasos recursos. Así era el retraro del votante blando del NO. Combinemos los tres elementos y tenemos entre nosotros a la señora Juanita. Como se la describiría años después en un seminario de la Universidad del Desarrollo, “la señora Juanita identifica a las dueñas de casa entre 45 y 65 años, de los segmentos C-3D”, a las que se sumaban los adjetivos ya más discutibles de “hogareñas, conservadoras, nostálgicas y, en cierta medida, frustradas”.

       Más allá de su clasificación de género, edad y estrato social; Matamala destaca un punto clave en lo que a su comportamiento electoral se refiere: vota pensando en el beneficio directo sobre su bolsillo. Por lo mismo, si bien votó por el NO pensando en que la Concertación manejaría bien la (su) economía, cuando hacia fines de la década del noventa la crisis asiática le golpeó el bolsillo, la cosa fue distinta frente a la urnas y su candidato natural Ricardo Lagos. “En todas las comunas populares su performance (la de Lagos) fue notoriamente mejor entre los hombres que entre las mujeres. No fue casualidad”, explica en el libro el periodista de CNN Chile. De hecho, cuenta Matamala, de cara a la segunda vuelta contra Joaquín Lavín, Lagos debió reclutar a Soledad Alvear como generalísima para -justamente- acercarse a la por esos días díscola señora Juanita. Y la estrategia resultó, porque Lagos logró superar a Lavín por menos de doscientos mil votos. Obviamente, con la ayuda de esta señora. Sin embargo, nada es para siempre, ni siquiera ella.

¿Señora Juanita 2020?

Ha pasado mucho tiempo desde que el ex presidente Ricardo Lagos la mencionó por primera vez y muchas cosas han sucedido desde entonces. Michelle Bachelet se convirtió en la primera mujer en llegar a la presidencia del país, luego Piñera trajo de vuelta a la derecha al poder -de manera democrática- tras cincuenta años. Se repitió el plato Bachelet, se repitió el plato Piñera, se acabó la Concertación, se formó la Nueva Mayoría, apareció el Frente Amplio y así, suma y sigue. En este panorama lo cierto es que pocos se acuerdan de la señora Juanita y vale la pena preguntarse si aún existe como sujeto político y si es así, si puede llegar a tener la relevancia que tuvo en las elecciones de 1999 cuando coqueteó con Joaquín Lavín y casi lo hace presidente. “No hay muchas señoras Juanita hoy. En realidad hay muchas otras, producto de la fragmentación de la sociedad chilena. Hoy en día cada uno va participando de su propia tribu”, explica el sociólogo Eugenio Tironi, agregando que “actualmente somos un archipiélago de tribus, o en el mejor de los casos de individuos, que duramente vamos construyendo nuestra identidad frente a todos lo que nos llega o toca vivir”. Otro sociólogo, más joven y más a la izquierda que Tironi, Alberto Mayol, tampoco le ve a esta creación de Ricardo Lagos un lugar protagónico hoy en día. “No se puede hablar hoy de la señora Juanita porque aunque existe, etáreamente y como perfil, su peso político es cero. No es el sujeto político de la época. El sujeto político de esta época está en una edad mucho más baja, en la población millennial, que puede doblegar incluso los criterios más sólidos de las estructuras laborales o familiares existentes”. A diferencia de lo que planteaba Matamala en su libro de 2013, para Mayol la señora Juanita se comporta -o comportaba- como un vontante blando como una respuesta al accionar de la por ese entonces Concertación. “Fue un concepto que en su momento se instauró y permitió dar explicaciones de una época determinada, porque efectivamente la transición tuvo a ese rango etario como sujeto histórico. Personas que habían vivido la dictadura siendo jóvenes o adultos jóvenes, por lo que la vinculación con la posibilidad de salir de ésta era muy fuerte. Pero no hay que olvidar que ese votante se volvió blando cuando la Concertación también se volvió blanda. Me explico. La Concertación el año 1998 defiende a Pinochet en Londres y cierra filas con la derecha. Y Pinochet era el único elemento distintivo en ese momento entre la Concertación y la derecha, ya que habían aceptado antes su sistema económico. Por lo tanto la señora Juanita es un sujeto político de la época, despolitizado. Es la que efectivamente abre la puerta al cosismo (de Lavín), pero no es por un perfil etario ni sociológico de ese grupo si no que porque es a quien le cala más hondo dentro del proceso transicional esa posibilidad”, afirma quien fuera precandidato presidencial en las primarias del Frente Amplio en 2017. Podríamos decir entonces que como Chile cambió (algo que se esucha en tono serio y también irónico mucho por estos días), la señora Juanita a su vez cambió. “Ella tenía un sentido común, una confianza en lo público como una constante que hoy se ha ido perdiendo. Solía pertenecer a ciertas instituciones como juntas de vecinos o su iglesia, con la que tenía un nexo bien fuerte. Además solía tener una familia más bien extendida. Todas esas cosas no existen hoy, o al menos no se dan de un modo tan marcado”, acota Eugenio Tironi tratando de explicar cómo encaja -o no- la señora Juanita en este 2020 que vivimos.

El plebiscito

Aunque su voto no tenga la relevancia que tuvo en elecciones pasadas, es imposible no preguntarse cuál sería el comprotamiento de la señora Juanita en el pebiscito del próximo 26 de abril. Mal que mal, sigue representando a un grupo de votantes a lo menos importante. “Lo de votar preocupándose por el bolsillo es algo que siempre se ha dado y se va a dar, pero eso siempre varía en lo individual en relación a en qué momento de la vida te toca una elección, en qué estás y a quién le echas la culpa”, explica Eugenio Tironi, aclarando que si bien hay mucha rabia en el ambiente no cree que esto empuje a la selora Juanita a votar Rechazo ya que “en este momento todas las culpas se las está llevando el gobierno de Piñera y de una manera muy exacerbada”. Alfredo Mayol concuerda en el diagnóstico de Tironi aunque aporta algunos matices en el comportamiento actual de la señora Juanita en comparación con elecciones o momentos de votación anteriores. “La diferencia es que si en ese momento (anteriores elecciones) iba a tomar una decisión por su propia cuenta, pensando en su propia opinión; en este momento ella está esperando a ver el clima ambiente, porque no comanda el proceso. Entonces sus hijos le dirán un par de cosas y ella dirá que tienen razón. Eso que le dijeron los hijos se va a parecer a lo que vio con Kramer en el festival, y le encontrará más razón. Pero también tendrá un poco de miedo por las cosas que están pasando y dirá que eso también hay que tenerlo en cuenta. Y por lo tanto es posiblemente el votante que está más voluble en el sistema”, sin embargo, Mayol es claro en señalar que lo más probable es que la señora Juanita “como la mayoría de la población, estadísiticamente hablando, opte por el Apruebo, tal como lo vimos en una encuesta presencial con tres mil casos en todo Chile que hicimos en la Universidad de Santiago”. Así las cosas, todo indica que la querida señora Juanita votará Apruebo en el plebiscito pero en ningún caso será decisiva a la hora de decidir los resultados del 26 de abril. Como concuerdan varios de los entrevistados para esta crónica, su tiempo político ya pasó y los llamados a cambiar las cosas son otros, más jovenes. Por otra parte, también es lógico que la señora Juanita vote Apruebo. Mal que mal, Ricardo Lagos, su creador, apoya su posición y Joaquín Lavín -con el que casi se va dejando botado a Lagos- también.

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