Almería

Una provincia en 'B'

  • Almería se consolida como el territorio que más proporción de su PIB ocupa el dinero negro desde que comenzó la crisis Un 33,6% de su economía evita mirar al fisco

¿Por qué Almería sustenta el 33,6% de su economía en el dinero negro? Puede tener que ver con el que haya sido una de las provincias más dañadas por la crisis, pues el aumento de la economía sumergida se ha producido en los últimos años, también con la forma de entender la forma de producir y obtener remuneración por parte de la población, pues Andalucía es una de las comunidades autonómas con mayor índice en este ranking, pero también cuenta la concentración de empresas. Para entenderlo habría que prestar atención, por ejemplo, a el último informe realizado por el Sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda, que hace hincapié en el peculiar caso de Madrid, que registra una tasa de economía sumergida "llamativamente baja", del 17,3% de su PIB, la más moderada del país. Este fenómeno se explica por la elevada concentración de grandes empresas nacionales y extranjeras y grandes fortunas, que concentran los ingresos tributarios de sus actividades en esta comunidad mientras que gran parte de su negocio se genera en otras autonomías. Almería, en este sentido, tiene aún mucho que progresar, porque aunque ha encontrado una mejora sustancia en la incorporación de contratos en terrenos como el de la agricultura, aún queda bastante camino por delante. La picaresca a la hora de encontrar ayudas a través del régimen agrario es otro de los factores que influyen. También la inmigración, personas que no tienen papeles, no están dados de altas y generan dinero para la economía en 'B'.

El caso es que Almería es la provincia de España con mayor porcentaje de dinero negro entre su Producto Interior Bruto (PIB) con un 33,6%. Hace apenas 14 años (en 2000), cuando el crecimiento económico de Almería también estaba en su punto más álgido, el dinero en 'B' de los almerienses representaba el 18,2%, situándose en la zona media-baja del panorama nacional. Muy lejos de provincias con menos fraude, como Girona (9,6%), pero también a décadas de otras con mayor, tales como Tenerife o Ciudad Real, con un 29%. Se trata, estas tres, de provincias que en la actualidad tienen una cifra de desempleo que supera el 30%, llegando hasta el 38% en el caso de la provincia almeriense.

El dinero negro incide directamente, tal y como apuntan diversos informes, entre ellos el del Ministerio de Economía y Hacienda (Gestha) y la Fundación URV, sobre el IVA y el Impuesto de Sociedades, que se derrumban y en los últimos años caen de media casi un 100%.

La media autonómica de economía sumergida es de un 28%. Su evolución es espectacular. En 1990, el dinero oculto del fisco significaba un 11% del PIB, tres años después ya era del 21,6%. El periodo de tiempo de este repentino aumento coincide de forma plena con la anterior crisis nacional, la del inicio de la década de los noventa. Sin embargo, en 1995 vuelve a reducirse y cae hasta el 13,3%. Aumentaría hasta el 22% en 1997 y un año después de que comenzara la crisis se mantenía en un 24,9%. La media nacional también ha incrementado de un 17% a un 24% en los últimos seis años. En Almería, este 33,5% representa en torno a 4.000 millones de euros anualmente. Cada almeriense oculta a hacienda rentas por valor de en torno a los 5.000 euros.

En la elevada tasa de economía sumergida ha jugado un papel fundamental el efecto 'arrastre' que generó el boom inmobiliario, que hizo la economía española tan dependiente del ladrillo que fue incapaz de "cortar por lo sano" con el sector en los primeros momentos de la crisis económica. Pero, más allá del huracán de la construcción, el aumento del fraude ha tenido mucho que ver con el espectacular aumento del paro, las subidas de impuestos que no fueron acompañadas por un eficiente control tributario y la multiplicación de los casos de corrupción política y empresarial. La idiosincrasia de cada provincia también ha determinado el mayor o menor índice de economía sumergida . Por ejemplo, el informe constata que hay mayor economía bajo cuerda en aquellas provincias con mayor número de parados de más de 50 años y de larga duración.

El informe de Gestha relaciona la moralidad con los niveles de autonomía sumergida: "Detrás de la existencia de un determinado nivel de economía sumergida está lo que una sociedad quiera ser. Se trata, básicamente, de un problema de moralidad. Cuando a una sociedad no le parecen condenables ciertas actitudes relacionadas con la economía sumergida (por ejemplo, no está mal visto no pagar el IVA o intentar defraudar a Hacienda) es que esta sociedad está optando por una economía con un elevado índice de economía sumergida y con todas las implicaciones que ello conlleva".

Este tipo de economía consiste en evitar el pago de impuestos, el pago de las cotizaciones a la Seguridad Social, no cumplir las normas laborales y de otro tipo (ciertos mínimos legales como el salario mínimo, el número máximo de horas trabajadas, estándares de seguridad o de salud...). Además, se busca no entrar en algunos procedimientos administrativos tales como rellenar cuestionarios u otros formularios.

De los países que forman parte del entorno más inmediato de España sólo Italia, Portugal y Grecia presentan valores superiores a los españoles pero quedando lejos de países como Alemania (13,1%), Francia (10,8%) o Gran Bretaña (10,1%).

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