Once novelas históricas para disfrutar de un verano lleno de viajes al pasado

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¡Saludos lectores! ¿No olfateáis algo? ¿Es aroma a blanca arena, a hierba aplastada, a agua clorada? Huele a vacaciones. Vacaciones. ¿Quién no dedicará buenos ratos a leer, con tranquilidad, con gusto, estos días de asueto? Yo desde luego, disfrutaré de poder leer relajadamente, sin las prisas de la vida diaria. Y creo que, si habéis llegado a este post, vosotros también.

Así que hoy voy a lanzaros unas cuantas recomendaciones sobre nuestro género literario favorito -no es por etiquetar, entendedlo, pero hablo de novela histórica, claro- para meter en la maleta en estas vacaciones que se acercan. Vamos al tajo.

¿El siglo XIX no interesa? Cuatro novelones para abandonar esa opinión

Mala hoja, de Alfonso Mateo-Sagasta (Reino de Cordelia, 2017). He dejado caer ya alguna vez en esta bitácora que Mateo-Sagasta está, sin duda, en ese grupo de autores españoles a los que hay que tener el ojo puesto. Esta novela salió el año pasado y si la hubiera leído a tiempo la habría incluido entre lo mejor de 2017. Dos hacendados se juntan a charlar en la sobremesa de un elegante restaurante de La Habana de 1874. En el tiempo que fuman un puro, ambos se cuentan las historias de sus vidas. Y en esa conversación, Mateo-Sagasta nos cuenta una historia de amor y venganza, un siglo de historia de esclavitud en la Corona española (tema tan jugoso como poco tratado en ficción) y de hombres hechos a sí mismos en la Cuba colonial. Un artefacto literario breve que funciona a la perfección. Una poderosa novela histórica, tan evocadora que te traslada, entre una nube de tabaco, a la Cuba del siglo XIX. Imprescindible.

La sinfonía del tiempo, de Álvaro Arbina (Ediciones B, 2018). Este año ya hemos hablado de la nueva novela de Arbina. Estaba claro que iba a ser uno de los grandes éxitos de este 2018 y las listas de ventas lo están demostrando. Un novelón del siglo XIX para lectores del XXI. Una novela embrujadora, atmosférica y juguetona que nos traslada a la Belle Époque y nos muestra sus luces y sus muchas sombras. Y en una trama que absorbe, nos plantea Arbina una buena reflexión sobre la historia. Seguirá dando que hablar en los próximos meses. Fue uno de los cuatro novelas que recomendé para el pasado Día de Libro.

[ENTREVISTA ÁLVARO ARBINA“La historia es un regalo que nos hemos hecho para aprender del pasado, y a veces no le hacemos ni puñetero caso”]

Días sin fin, de Sebastian Barry (traducción de Susana de la Higuera Glynne-Jones, AdN 2018). Otra de las ficciones absolutamente imprescindibles de entre lo que ha llegado este 2018 a las librerías. La historia de dos hombres, jóvenes y pobres, amantes que camparán por la historia del siglo XIX estadounidense: se vestirán de mujeres para bailar con los mineros que buscan un mujeres donde no las hay; se alistarán en la caballería y vivirán en el horror de las guerras indias y la guerra de Secesión, y entre todas esas vicisitudes y penalidades, lograran afianzar su amor y construir un futuro y una familia, en ocasiones a golpe de revólver. Brillante ficción, rebosante de crudeza, sangre, pero sobre todo humanidad. Una historia que a veces golpea duro, otras se vuelve insospechadamente tierna, pero que emociona en casi todas sus páginas. Una ficción que busca desmitificar una época y lugar definida por un género, el western, pero que, seguramente, acaba haciéndola más grande y real.

Grandes aventuras para el estío

El samurái errante. Aki Monogatari, de Carlos Bassas (Quaterni, 2018). ¿Una novela de misterio ambientada en el Japón del siglo XVII? Sí, y una novela que además funciona estupendamente. Esta es la tercera novela centrada en Aki Monogatari -aunque, como ha sido mi caso, se puede disfrutar sin haber leído las anteriores, aunque las referencias que hay empujan a hacerlo- y Carlos Bassas juega con acierto sus bazas: una ambientación lograda, un buen tono de misterio y un ritmo de novelas de aventuras de siempre, en el que las creencias y mitos nipones tan bien entrelazadas que logra dar un punto casi fantástico al asunto.  El Investigador de Asuntos Especiales, Miyamoto Tsunetomo, y a su hijo adoptivo y discípulo Aki son enviados por su señor a investigar una serie de muertes de muchachas que están afectando a los trabajos de construcción de un navío al estilo europeo para comerciar con el virreinato de Nueva España. Los trabajadores creen que el responsable es un kodama, un espíritu del bosque. La devoraréis en un par de sentadas.

El secreto de Wadi-as, de José María Espinar (Arzalia, 2018). Novela de aventuras de aires clásicos, pero con guiños y violencia más propias de las ficción más actual y una original ambientación. Os pongo en situación: últimos años del reino nazarí de Granada, una extraña y aterradora secta argárica pone en jaque a la ciudad de Wadi-as (Guadix), tanto, que sus líderes deciden rendirse a los Reyes Católicos y pedir su amparo. La reina Isabel elige al caballero don Alejandro de Gándara para castigar a los sectarios y a su cruel líder Yahaya. Tiene un punto alocado, pero es una novela épica que sorprenderá y que regala a uno de los villanos más grandes del género últimamente. Dice su autor que es un «Moriarty del siglo XV» y algo de eso tiene, sí.

Dientes de dragón, de Michael Crichton (traducción de Gabriel Dols Gallardo, Plaza & Janés). Parece propio de una trama suya que Michael Crichton, siga regalándonos grandes best-sellers después de muerto, pero así es, y ya van tres. Y esta vez, ni más ni menos, el autor de Jurassic Park nos ofrece un western paleontológico. Ni más, ni menos. Crichton novela, en forma de trepidante novela de aventuras (un best seller anglosajón de los de siempre, obviamente) las conocidas como Guerras de los Huesos (el marco histórico lo desmenuzó hace un tiempo Jacinto Antón en El País) entre los paleontólogos Othniel Charles Marsh y Edwin Drinker Cope por conseguir fósiles de dinosaurios en ese territorio salvaje del Oeste, lleno de indios y pistoleros. No es de las mejores novelas de Crichton, vale, pero engancha como casi todas. Al doctor Grant seguro que le encantaba.

Que no falte épica contra el calor

Las catedrales del cielo, de Michael Moutot (traducción de Elena Bernardo Gil y Alicia Martorell, Grijalbo, 2018). Esta novela me llegó cuando salió y cayó en la interminable pila de lecturas pendientes. Y allí permanecía, un tanto olvidada, hasta que recientemente y vía Twitter me llegó la recomendación del editor y traductor Xavier Beltrán. No la he acabado aún -me falta poco-, pero no me resisto a incluirla en esta lista. La he devorado. Las catedrales del cielo es una historia que abarca más de un siglo de historia y tres generaciones de una tribu india, los mohawk, que por la idea de que no sienten vértigo acaban convertidos en ironworkers, en trabajadores del hierro y su labor les llevará a levantar los esqueletos de muchos rascacielos y puentes por todo EE UU. Una historia épica (sí, sin batallas ni espadas ni escudos), humana y reveladora del siglo XX. El libro arranca el 11 de septiembre de 2011 con una descripción de los atentados contra las Torres Gemelas y las primeras labores de rescate y es un pasaje que pone los pelos de punta. Su autor fue corresponsal de la agencia AFP en Nueva York aquel día y ganó un premio por su cobertura. En las páginas de la novela, veremos cómo se construyeron las torres y otras muchas más. Didáctica y apasionante. Porque no solo de catedrales góticas vive la pasión constructora de la novela histórica.

Al servicio del imperio, de Pedro Santamaría (Ediciones Pàmies, 2018). Os la recomendaba hace no demasiado como una de las novelas históricas para salir de la Feria del Libro de Madrid con un buen botín literario. Santamaría se supera a sí mismo con cada novela y con este relato coral de la primera guerra judeo-romana logra un novelón épico y desgarrador. El autor nos adentra en la vida de una cohorte auxiliar cántabra documentada en aquel conflicto y nos hace testigos de una brutal y fanática guerra. Con pasajes que dejan helado, batallas que cortan la respiración y personajes que generan empatía, Santamaría demuestra que todavía se puede escribir novelas de romanos originales y que toque fibra. Y entre lo bélico, se cuelan mensajes llenos de poder sobre la religión, el fanatismo, los choques culturales, el mestizaje… Una de las novelas históricas nacionales del año.

Tetralogía de la Guerra de las dos Rosas, de Conn Iggulden (Duomo Ediciones). Una recomendación que, en realidad son cuatro. Sabéis, porque ya lo he escrito alguna vez, que no me gusta mucho la historia novelada, pero Conn Iggulden ha logrado con su relato ficcionado de la Guerra de las dos Rosas, desde sus precedentes hasta el alzamiento de la dinastía Tudor, algo épico, intrigante y que supone un auténtico descenso a un bastante complejo conflicto. Nos lleva en volandas y nos hace sufrir, empatizar y odiar a sus personajes. Saga muy entretenida, aunque tiene novelas más flojas que otras, que arranca muy en alto -ya os hablé en su momento de la primera- y que ha terminado en España este 2018 con la última entrega Amanecer.

Y unos toques de misterio

El monasterio, de Luis Zueco (Ediciones B, 2018). La conclusión de la Trilogía Medieval de Luis Zueco ha cumplido con creces las expectativas construidas por su autor con sus anteriores dos novelas. Al escritor aragonés le podíamos calificar como el gran ideador  high concept de la novela histórica española, con la gran virtud de que suele resolver con habilidad esas premisas argumentales. En esta ocasión, crear un enigma de habitación cerrada en el monasterio de Veruela y durante la Guerra de los Pedros funciona a las mil maravillas. La novela funciona en su nivel de intriga y logra una recreación estupenda de lo que sería la vida de un monasterio de la época.

[ENTREVISTA LUIS ZUECO “La historia siempre ha sido y será un arma política”]

Se llamaba Manuel, de Víctor Fernández Correas (Ediciones Versátil, 2018). Quien dude que la novela negra con ambientación histórica está logrando algunos de los mejores retratos de la España del siglo XX debería ponerse a descubrir algunos títulos recientes. Uno de ellos va a ser, sin duda, esta recién llegada a las librerías. Novela policiaca que arranca con la aparición de un cadáver en el Cerro Garabitas de la Casa de Campo de Madrid en la Nochebuena de 1952 y que va jugando con tres historias paralelas, a través de las cuales Fernández Correas va mostrando aspectos de la vida y la historia durante el franquismo: la homosexualidad, los odios latentes tras la Guerra Civil, los acuerdos con EE UU… Este autor sorprende a cada novela que escribe, cambiando radicalmente de época y registro en cada ocasión, pero siempre manteniendo una mirada y unos personajes terriblemente humanos y empáticos. Y en esta ocasión, le ha salido una emocionante novela negra.

Y vosotros, ¿qué novelas históricas recomendáis para estas vacaciones de verano?

¡Buenas lecturas!

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3 comentarios

  1. Dice ser cynthia

    Una sugerencia a 20 minutos. Que tal poner articulos sobre novelas en general. Solo sabeis hacer articulos de novela historica, muy bien para los que les guste este genero, pero existen mas generos. A mi la historica me repele. Que tal la ciencia ficcion? o la romantica? divulgacion? fantastica? suspense?

    disculpa por las faltas. Estoy usando un teclado britanico.

    28 junio 2018 | 09:35

  2. xx-siglos

    Buenas #Cynthia. Da la casualidad de que has entrado en el blog de novela histórica, por lo que es difícil que tenga lo que pides. De todas maneras, en 20minutos tenemos un estupendo blog de literatura en general (Diario de una librera de Regina Ex Libris) que te recomiendo y que ahí encontrarás más variedad. Un saludo¡

    28 junio 2018 | 09:37

  3. Dice ser xx-siglos

    donde esta este blog?
    De todas manera era un comentario debido a la obsesion de la historica por las editoriales en Espanya. No es algo de 20 minutos. Espanya, o mejor dicho, las editoriales espanyolas tienen un problema con el genero fantastico. Solo hay que mirar los clasicos de literatura inglesa y comparar con los clasicos de literatura espanuola. Historica, drama, realismo.

    Los fans de la ciencia ficcion y fantastica nos sentimos a veces como los fans del esqui en el congo. Hasta la aparicion de Amazon yo misma tenia que encargar muchas novelas a librerias que me las traian del extranjero porque en espanyol ni se publicaban.

    28 junio 2018 | 12:53

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