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OPINIÓN: El Día de la Niña está marcado este año por un estado de emergencia

Gayle Smith escribe que este año, como hay más de 130 millones de niñas que no van a la escuela en todo el mundo, debemos empezar a priorizar su educación.
mié 11 octubre 2017 09:44 AM
niñas
Preparación Una niña educada es una niña poderosa, preparada y empoderada para cumplir sus sueños y mejorar el mundo, tanto para ella como para todos los demás, aseguran expertos. (Foto: Cortesía Karl Schoemaker)

Nota del editor: Gayle E. Smith es presidenta y directora ejecutiva de ONE Campaign, un organismo dedicado a acabar con la pobreza extrema y las enfermedades prevenibles, particularmente en África. Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente a la autora.

(CNN) — Hoy, más de 130 millones de niñas en todo el mundo no fueron a la escuela. Millones más viajaron largas distancias o se expusieron a peligros para llegar a salones a los que el maestro nunca llegó o en los que no hay libros de texto ni materiales para aprender.

Esto no solo es una injusticia, sino una crisis con consecuencias profundas y duraderas.

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Hoy es el Día Internacional de la Niña, un día para que el mundo haga una pausa y reconozca la importancia de las niñas en la sociedad. Este año, como hay tantas niñas privadas de educación, declararemos un estado de emergencia. Tenemos mucho camino por andar para ayudar a cientos de millones de niñas a liberar todo su potencial. Es esencial que los líderes mundiales empiecen a priorizar la educación de las niñas, particularmente en países frágiles.

África puede aprovechar un extraordinario dividendo demográfico. Para 2050, África albergará a más de 1,000 millones de jóvenes que deben recibir educación y a los que hay que empoderar para impulsar el crecimiento económico mundial y para salvaguardar la estabilidad mundial.

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Sin embargo, las niñas se están rezagando. En un informe de ONE Campaign , que se publicó esta semana, se determinó que 9 de los 10 países en los que a las niñas les cuesta más recibir educación están en África. Estos países no solo están entre los más pobres del mundo, sino que son frágiles y vulnerables a los conflictos. Según el informe, en estos países "es 57% más probable que las niñas dejen la escuela a nivel primaria; la disparidad empeora conforme las niñas crecen": el índice de deserción de las niñas es del 83% a nivel secundaria.

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Las cosas son aún peores para los millones de niñas que viven en países que no llevan cuenta suficiente de esta clase de información, como Somalia. En estos países, las niñas usualmente no cuentan.

Las consecuencias de que las niñas no vayan a la escuela en los países más pobres suelen ser más dramáticas que para los niños. Es más probable que una niña que no va a la escuela se case muy joven (y muchas veces contra su voluntad) y es muy probable que tenga muchos hijos mucho más pronto. Esto puede tener consecuencias de vida o muerte: los bebés de adolescentes están en un riesgo sustancialmente mayor de morir que los bebés de mujeres jóvenes; además, las complicaciones del embarazo y del parto son la segunda causa de muerte de las niñas de entre 15 y 19 años en todo el mundo.

Pero cuando se educa a las niñas, tienen mejores oportunidades laborales y su potencial de ganarse la vida aumenta. Es menos probable que se casen demasiado jóvenes y suelen tener familias más pequeñas y más sanas. Cuando se suman los beneficios para los hogares y los países, educar a las niñas al mismo nivel que a los niños podría traducirse en un crecimiento económico de entre 112,000 y 152,000 millones de dólares al año en los países en desarrollo.

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Educar a las niñas es la inversión más inteligente que podemos hacer. Cuando las empoderamos a través de la educación, ayudan a sacar a todos de la pobreza más rápido. Todos nos beneficiamos.

A pesar de todo, en gran medida ha faltado liderazgo mundial en el tema de la educación. El financiamiento mundial para la educación es pésimo. Solo el 10% de la ayuda económica mundial se destina a la educación; en África, la mayoría de los gobiernos está faltando a su compromiso de destinar el 20% de su presupuesto a la educación.

Los líderes mundiales tienen dos grandes oportunidades a principios del año próximo para cambiar la situación. La primera es la Cumbre de la Unión Africana, que se celebrará en Etiopía. Los líderes africanos adoptarán recomendaciones sobre el tema de este año, que es "aprovechar el dividendo demográfico", es decir, la creciente población de jóvenes. La educación está en la agenda y es importante.

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Luego, en febrero, la Alianza Mundial para la Educación (el único fondo mundial dedicado exclusivamente a la educación en países en desarrollo) se reunirá en Senegal para tratar de recaudar 3,100 millones de dólares para ayudar a más de 13 millones de niñas a terminar la primaria y la secundaria para el 2020. ONE está haciendo un llamado a los líderes a que alcen la voz y se aseguren de que la alianza consiga todo el financiamiento. Esta es una de las mejores oportunidades que tendremos para empezar a contrarrestar la emergencia educativa.

Sin embargo, el dinero no basta. También tenemos que derribar los obstáculos que impiden que las niñas vayan a la escuela, invertir en mejores maestros, conectar las aulas y estar pendientes de los resultados para poder tener éxito.

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Debemos ser justos al pelear por la educación para todos, pero también debemos ser firmes en nuestra determinación de llevar a las niñas a la escuela, que es a donde pertenecen. Cuando las niñas reciben educación, los países son más sanos, más ricos y más estables.

Una niña educada es una niña poderosa, preparada y empoderada para cumplir sus sueños y mejorar el mundo, tanto para ella como para todos los demás. Cada niña, en cada país, merece una educación de calidad y a todos nos conviene asegurarnos de que la reciba. Su futuro —y el nuestro— dependen de ello.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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