La pandemia trajo el teletrabajo (que estaba aquí pero de manera casi anecdótica). Llevamos meses contándolo. Según el INE, más de 3 millones de españoles teletrabajan de manera habitual y el número de empresas que ofrecen esta opción se ha multiplicado por 8 en solo 10 meses.

Natural entonces que ya tengamos nueva Ley del Teletrabajo; la que entró en vigor en octubre. El teletrabajo será voluntario para el trabajador y para la empresa, tendrá carácter reversible y requerirá de un acuerdo por escrito firmado.

¿Hacia dónde va el teletrabajo? Dos factores se muestran polémicos. De un lado, el pago de los gastos que tiene el empleado que trabaja desde su hogar. De otro, la productividad, que ha crecido desde que (para sorpresa de muchos empresarios) tantos hacen su labor desde casa.

El 63% de las empresas ha experimentado un aumento de la productividad de sus empleados durante el tercer trimestre de 2020, gracias a la reducción de los tiempos de desplazamiento, los horarios de trabajo flexibles y la adopción de herramientas de colaboración virtuales eficaces.

A más de la mitad de los trabajadores españoles les preocupa la idea de estar "siempre conectados"

Lo señala un informe del Capgemini Research Institute, que muestra que el 70% de las organizaciones empresariales considera que los aumentos de productividad por el trabajo a distancia se pueden mantener tras la pandemia. Eso sí, creen que eso dependerá "en gran medida" de la rapidez con la que aprendan y se reinventen, "teniendo en cuenta los cambios en la mentalidad de los empleados y la adaptación individual y organizativa".

¿Seguiremos teletrabajando tras la pandemia? Dos de cada tres creen que sí

De cara a los próximos años, las organizaciones prevén un aumento general de la productividad del 17%. Además, el 88% está eliminando gastos relativos a los costes inmobiliarios gracias al trabajo a distancia en los últimos tres o cuatro meses y un 92% calcula que el ahorro se incrementará en los próximos dos o tres años.

El estudio apunta que las funciones digitales y la Tecnología de la Información (68%) son las más beneficiadas por el aumento de la productividad, seguidas del servicio al cliente (60%) y los departamentos de ventas y marketing (59%). Pero los trabajadores tienen sus reservas. El 56% siente preocupación por el trabajo a distancia a largo plazo y por la expectativa de estar "siempre conectado".

Trabajar en casa cuesta algo

Trabajar en casa tiene sus gastos

La Ley del Teletrabajo que entró en vigor en octubre se ocupa de los gastos que trabajar desde casa puede tener para el empleado. Pero el sistema no parece perfecto. El Observatorio del Trabajo a Distancia (OTaD) advierte de que compensar los gastos del trabajo a distancia sólo con complementos salariales puede generar desigualdades entre los trabajadores.

En un estudio sobre la compensación de gastos y la dotación del equipamiento necesario para los teletrabajadores, el OTaD analiza en este informe los efectos fiscales que supone el trabajo en remoto e intenta ofrecer recomendaciones sobre uno de los aspectos de la nueva normativa que más dudas está generando entre trabajadores y empresas: la compensación de gastos.

Este observatorio, que cuenta con el asesoramiento de los exministros de Trabajo Manuel Pimentel y Valeriano Gómez, recuerda que en la ley el modelo de compensación de gastos se remiten a la negociación colectiva. "La inconcreción, sumada a los efectos fiscales de algunos de estos modelos, abre la puerta a que aparezcan diferencias acusadas entre trabajadores presenciales y remotos y a que no se garanticen las condiciones básicas de seguridad y calidad de los puestos de trabajo", avisa el OTaD.

En su informe, el OTaD advierte de que ofrecer un modelo cerrado de compensación y dotación para todas las empresas sería "ineficaz y contraproducente", ya que supondría dar una respuesta homogénea a las diversas realidades de empresas y trabajadores. Por ello, propone que las compensaciones y dotaciones se adapten a la intensidad y la frecuencia del teletrabajo y que el coste que acarrean se sitúen en una horquilla en lugar de ser una cifra concreta.