Schererzado: las mil y una noticias

Julio Scherer en su estudio. Foto: Ulises Castellanos.

Julio Scherer en su estudio. Foto: Ulises Castellanos.

Nació el 7 de abril de 1926. De sangre alemana por el lado paterno, pero más amante de los tacos que de las salchichas, Julio Scherer García nació, jugó, sufrió, luchó, hizo periodismo y murió en México el 7 de enero, ayer apenas.

Muy chamaco se hizo periodista luego de abandonar la carrera de Derecho y también la de Ciencias de la Comunicación, en la UNAM. Sin otra palanca que la del trabajo constante y su ojo fino para atrapar buenos asuntos periodísticos, el rubio y grandote mexicano ocupó un lugar destacado como perseguidor y redactor de noticias del diario Excélsior “el periódico de la vida Nacional”

¡Extra, extra!

Cada mañana salían calientitas las noticias del prestigiado diario. Lo más críticos lectores buscaban la nota de Scherer. Y es que a Julio le gustaba llegar puntal a la noticia, hacía entrevistas e investigaba causas y razones. Y escribía con responsabilidad. Nunca inclinó su pluma a favor de los poderosos, los dueños del dinero. Y esto terminó por incomodar al entonces Presidente de la República, Luis Echeverría Álvarez. “Arriba y adelante” era su lema. Pero el Estado le cayó “Encima y vas Patrás” a Excélsior, para obligar a su voz cantarle más bonito al gobierno.

Julio Scherer cambia de casa y funda la revista Proceso, que se convertiría en Piedrita filosa en el zapato de los “compraperiodistas” y Voz para los más desprotegidos y perseguidos de México. Un algo como Manuel Buendía, como Miguel Ángel Granados Chapa, como Carmen Aristegui. O como estos otros, contados con dos dedos, en quienes estás pensando.

Vivió 88 años Julio Scherer, más de sesenta dedicados al periodismo. Su nombre ocupará un lugar entre los más dignos de la Historia de México. Él lo sabía. Y también se lo dijeron sus amigos y lo reconocieron, hipócritamente, sus enemigos…

Si ser justo, veraz e insobornable es mejor que lo contrario: ser injusto, mentiroso, hablador de mentiras a favor del poderoso, si ser un buen periodista es mejor, ¿por qué se dejan vender tan fácilmente los periodistas en este lugar de La Mancha, cuyo nombre no me quiero acordar, pero que me duele por ver tanta pobreza y sufrimiento de su gente y tanto derroche y hurto de los derrochadores y hurtadores en turno?

Gracias don Julio. Que su vida íntegra inspire a muchos jóvenes a seguir su ejemplo.

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