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Empresario de Hidalgo cercano a Osorio Chong, se benefició con un contrato que Pemex asignó a Odebrecht por 2 mil 686 mdp

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Por medio de un contrato que Pemex había asignado a la constructora brasileña Odebrecht mediante el supuesto pago de sobornos, fue lo que hizo que se terminara beneficiando a la empresa del hidalguense Carlos Aniano Sosa Velasco, quien ya ha sido relacionado con el Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong.

De acuerdo con documentos obtenidos por Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), la obra que Pemex había asignado en diciembre de 2013 a Odebrecht,por 2 mil 600 millones de pesos, para modernizar la refinería de Tula fue cedida a otras firmas subcontratadas, entre ellas Grupo Constructor Tulancingo y Construcciones Sky Universal, propiedad de Sosa Velasco.

En tanto, Reforma publicó el domingo que “este empresario es uno de los beneficiados con obra pública federal en el actual sexenio”, además se mencionó que “el contratista es propietario de la casa que ha habitado el también ex Gobernador de Hidalgo en Paseo de las Palmas, en la Ciudad de Mexico”.

Se ha mencionado también que, Sosa Velasco primero facilitó la casa, en 2012, y luego le llovieron los contratos. La obra ha sido señalada ante distintas autoridades de México y Brasil “de haberse ejecutado mediante actos de corrupción, como asignaciones directas a cambio de 6 millones de dólares en sobornos y sobrecostos de hasta 300 por ciento en materiales”.

Cabe destacar que el contrato original asignado a Odebrecht fue de mil 666 millones de pesos (IVA incluido), para después incrementarse 2 mil 686 millones de pesos, debido a que se subcontrató prácticamente toda la obra, de acuerdo con el expediente al que MCCI tuvo acceso.

Grupo Constructor Tulancingo y Construcciones Sky Universal, propiedad del empresario hidalguense Carlos Aniano Sosa Velasco, aparecen como subcontratistas de Odebrecht en el contrato PXR-OP-SILN-SPR-CPMAC-A-414, cuyo expediente fue turnado por Pemex a la PGR para integrarlo a la investigación del caso, y del cual MCCI obtuvo copia.

Para ejecutar la obra en la refinería de Tula, Sky y Grupo Constructor Tulancingo —la otra empresa del casero de Osorio— se aliaron con Construcciones Industriales Tapia (Citapia), que ha sido señalada por un delator de Odebrecht de haber sido recomendada por Emilio Lozoya para obtener contratos con Pemex.

En los documentos obtenidos por MCCI aparecen los membretes de esas tres empresas como contratistas en la obra denominada “acondicionamiento de sitio para el aprovechamiento de residuales de la refinería de Tula”, que había sido asignado por Pemex a Odebrecht en diciembre de 2013.

“En 2011, había sido Lozoya quien recomendó a Odebrecht que se asociara a una empresa local, la contratista Construcciones Industriales Tapia, para participar en la futura licitación de la construcción de una nueva refinería en Tula”, publicó el pasado 13 de agosto el diario brasileño O’Globo, al revelar la delación jurada que había presentado ante la Procuraduría de Brasil el ex director de Odebrecht en México, Luis Alberto de Meneses Weyll.

“El dueño de Citapia, Juan Carlos Tapia, era de la ciudad de Tula y transitaba entre todo el espectro político y en las tres esferas de Gobierno, siendo capaz de, asociado a la experiencia de Odebrecht, conquistar la millonaria obra que se avecinaba”, abundó O’Globo al parafrasear la delación de Weyll.

De acuerdo con las investigaciones de la organización, “a principios de 2013, Weyll se acercó otra vez a Lozoya —ya para entonces director de Pemex— para informarle que ya se había asociado con Tapia y le pidió ‘su apoyo para influir sobre los miembros del Consejo de Administración’ para la asignación de contratos a Odebrecht, según la delación a la que también tuvo acceso la organización mexicana El Quinto Elemento”.

Fue entonces que se negoció el pago de un soborno, de acuerdo con la confesión de Luiz Mameri, director para América Latina de Odebrecht, obtenida por El Quinto Elemento. “En 2013, Luis de Meneses me informó que estaba participando en la licitación de un proyecto para ampliar la refinería Miguel Hidalgo, promovida por Pemex, cuyo presidente era Emilio Lozoya. Me dijo que a petición de Emilio Lozoya se fijó un pago de seis millones de dólares para apoyar a la compañía a ganar el concurso. Autoricé los pagos”.

La confesión de Mameri coincide con la investigación que del caso ha seguido el Departamento de Justicia de Estados Unidos. “Odebrecht aceptó pagar un soborno a un funcionario de alto nivel de una empresa propiedad del Gobierno mexicano a cambio de que ayudara a Odebrecht a ganar un proyecto. Entre diciembre de 2013 y finales de 2014, Odebrecht, a través de la División de Operaciones Estructuradas (la oficina de sobornos), pagó al funcionario 6 millones de dólares”, cita el expediente de las autoridades estadounidenses.

Esa misma obra, señalada en EU y Brasil por actos de corrupción, ya fue sancionada en México por la Secretaría de la Función Pública y la Auditoría Superior de la Federación, que en sendas investigaciones realizadas este año “determinaron pagos indebidos e indicios de corrupción”.

Al mismo tiempo, Lozoya ha negado en repetidas ocasiones las imputaciones hechas en las declaraciones juradas en Brasil. Cabe señalar que MCCI tuvo acceso a los contratos y ampliaciones firmados por Odebrecht en Tula, en los que queda en evidencia que cobró un sobrecosto del 66 por ciento.

“El contrato original en la obra asignada en diciembre de 2013 era por mil 666 millones de pesos (IVA incluido), pero costó 2 mil 686 millones, tras dos ampliaciones autorizadas en noviembre de 2014 y en mayo de 2015. Una auditoría concluida en octubre del presente año determinó que el incremento en el costo se debió a que Odebrecht subcontrató prácticamente toda la obra”, señala la organización.

Mientras se desarrolló la revisión de la obra se descubrieron pagos en exceso a Odebrecht por 708 millones de pesos, “con sobrecostos de hasta 300 por ciento en algunos insumos. Además, se detectaron pagos improcedentes a la misma constructora por otros 245 millones”, se informó.

“El daño al erario público tan sólo en esa obra en Tula lo cuantificó el órgano fiscalizador en 953 millones de pesos. La auditoría también puso en evidencia la triangulación de la obra. Un ejemplo: Odebrecht subcontrató a una empresa para que manejara material contaminado que se extrajo de la refinería, y ésta a su vez contrató a otra compañía, lo que provocó sobrecostos”, publica Reforma.

El costo de la subcontratación fue por 956 millones de pesos, que representó el 40 por ciento del importe pagado en todo el contrato. El informe de la auditoría no menciona los nombres de esos subcontratistas.

“Tanto en el contrato original como en las ampliaciones firmó como representante de Odebrecht Luis Alberto de Meneses Weyll, en aquel entonces director de la compañía en México y actualmente delator colaborador ante las autoridades brasileñas”, se puntualiza.

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