Un comité con representación de todos los sectores será el que decida la hoja de ruta a seguir
27 oct 2018 . Actualizado a las 17:00 h.La Universidad de Vigo ha decidido dar un paso más en la prevención del plagio y para ello ya está en fase de constitución el comité que se encargará de crear un código ético. Hasta ahora cada facultad y escuela funcionaba por su cuenta, sin coordinación, tras la iniciativa pionera de la Escuela de Ingeniería Industrial en el 2013. De la coordinación se encargará el Vicerrectorado de Responsabilidad Social, Igualdad y Cooperación, con la profesora de Ciencias de la Educación del campus de Ourense, Isabel Doval, al frente.
«Estamos en fase de estudio, porque son cuestiones importantes que tienen que ver con el proyecto de universidad. Me gustaría tenerlo para este curso y hacemos lo posible; desde junio trabajamos en este tema», comenta la vicerrectora. La idea es que sea un órgano participativo en el que todo el mundo se sienta representado, incluido el alumnado, al tratarse de aspectos que directamente le atañen. «Se contactará con lo mejor de la Universidad, que en algunos casos ya no pertenecen a la institución, como son los jubilados, cuyo talento de profesor e investigador sénior puede aportar mucho», indica. También tienen intención de recabar las «buenas prácticas» de otras universidades extranjeras, que pueden reportar beneficios.
En la actualidad el proyecto se encuentra en fase de estudio para ver cómo se quiere hacer y cómo va a funcionar. «No se trata de un instrumento normativo, sino de un proyecto de universidad. El momento actual es de reflexión y de escuchar a muchas voces, porque queremos hacerlo bien», indica Doval. Advierte que el actual equipo pone la lucha contra el plagio como una de las condiciones para mejorar la institución. Su intención es que se diseñe un tutorial sobre honestidad académica, una hoja de ruta sobre el uso ético de la información, donde se responda a preguntas como si es ético el plagio, cómo evitarlo, por qué no se puede copiar o legislación actual. «Este equipo de gobierno lleva poco tiempo, pero estamos empezando a generalizar la utilización de herramientas informáticas de detección de plagios. Estamos convencidos de que todo esto debe de ir acompañado de un cambio cultural más amplio. Creemos que lo más importante es que el alumnado considere que copiar es una falta de respeto a sí mismo, a los compañeros y al profesorado. Copiar no es una forma inocua de picaresca, no es algo que debamos aplaudir y pasar por alto», añade, tras recordar que la universidad es «la casa del saber ético y responsable».
La profesora admite que se detectan casos de plagio entre los estudiantes, pero la mayoría, dice, no lo hace. «No es cierto que todos plagien, son contadas las excepciones. Llevo desde l998 dando clase y todos los años detectas un caso, dos o tres».
«El programa de salud integral incorpora temas de responsabilida social»
«Estamos muy ilusionados con la próxima presentación del programa de salud integral de la Universidad de Vigo, que incorpora también temas de responsabilidad social, de compromiso y de ética», anuncia la vicerrectora Isabel Doval. En colaboración con la biblioteca y el vicerrectorado de profesorado implementará medidas preventivas y formativas en diferentes formatos, como sesiones tutoriales, talleres, seminarios clases magistrales y conferencias sobre temas relacionados con el plagio que tendrán carácter obligatorio para todo el alumnado. Por ejemplo, habrá un curso on line de la biblioteca para alumnos de primero con un apartado explicando como evitar el plagio.
En realidad, ya se hacen algunas cosas en esta línea, pero se pretende que sea algo obligatorio. «La salud la entendemos como algo integral. Ser una persona o institución sana o saludable significa ser socialmente responsable, comprometida y ética», apunta Doval. Destaca la responsabilidad que tienen los medios de comunicación en transmitir lo bueno que se hace en la universidad frente a las cuestiones anecdóticas. Eso no evita que cuando se reúnen los vicerrectores de las universidades públicas no sean conscientes de la amenaza que puede suponer el plagio para las instituciones.