El "efecto Lula": ¿Así serán los resultados de López Obrador?

CIUDAD DE MÉXICO.- La semana ha sido espectacular para la moneda mexicana: en estos primeros cinco días de la era López Obrador ha avanzado 4.6%, para pasar de casi los 20 pesos por dólar a rozar los 19 pesos.

La divisa resplandece en relación al resto de monedas del mundo: muy por detrás queda la corona de Suecia (2.5%), el rand sudafricano (1.8%), la corona noruega (1.4%) o el euro (0.5%).

En Latinoamérica sólo se le acerca el peso argentino, que ha avanzado un 3.6% en la semana, una divisa que se ha desplomado este año ante la crisis de credibilidad del gobierno de Mauricio Macri, o el peso colombiano (+2.1%).

No sólo es el peso mexicano: el índice de referencia de la bolsa mexicana, el S&P/BMV IPC, se ha elevado, en dólares, un 6.8% durante la semana pasada.

La superaron la bolsa de Venezuela (13.7%) y Argentina (9.2%). Pero de nuevo, sacó mucha ventaja a otras bolsas mundiales como el Ibex-35 de Madrid (3.5%), el Dax de Fráncfort (2.2%), el Bovespa de Brasil (+1.9%) o el S&P 500 (+1.6%). Relanzó a la bolsa hacia los 50 mil puntos.

Lo de López Obrador nos recuerda un poco al “efecto Lula” cuando ganó la presidencia a finales de 2002. De pronto los inversionistas empezaron a creer en él: no importaba que anunciara aumentos estratosféricos en el salario mínimo, o que dijera que iba a aplicar a rajatabla su programa “hambre cero”.

Él decía que se conservarían las metas fiscales del gobierno, medidos sobre todo en términos de superávits primarios (excluyendo el pago de intereses) en relación al PIB.

Los mercados le creyeron: estimaron que con esas medidas, el crecimiento económico sería más robusto, los ingresos públicos se elevarían y el gobierno cumpliría con las metas fiscales. La realidad no sólo fue que lograron los objetivos, sino que los superaron.

Aquí, y lo hemos venido diciendo en estas páginas, está pasando un poco lo mismo: durante la campaña advertimos que no era López Obrador el que movía el peso, sino el TLCAN y la tasa de 10 años de Estados Unidos.

Lo más importante para el primero de julio era que la democracia funcionaria con una transparencia cristalina, lo cual sucedió; y que podría suceder un “efecto Lula”, en el que el peso volara, al menos inicialmente.

Por supuesto esto no quiere decir que así vaya a ser todo su mandato: ahora está en su luna de miel.

Para consolidar la tendencia de apreciación del peso, tendrá que trabajar con su equipo para establecer un plan económico viable y sostenible, en el que pueda cumplir con sus promesas sociales y de infraestructura sin descuadrar las cuentas fiscales.

Jbf