Industria editorial mexicana pide plan de rescate ante el coronavirus

Industria editorial mexicana pide plan de rescate ante el coronavirus
Por:
  • adriana_gochez

El cierre de librerías en el país, las cancelaciones de ferias y presentaciones de obras por el Covid-19 afectan a la industria editorial mexicana, pues estas actividades significan sus mayores ventas de ejemplares. El 60 por ciento de la comercialización proviene de las librerías y por la Feria del Libro de Coahuila, que tendría lugar en abril y mayo, pero se pospuso hasta agosto, facturan más de cuatro millones de pesos.

Por esta razón, la Cámara Nacional de la Industria Mexicana (Caniem) y editoriales independientes piden al Gobierno del país que, ante esta emergencia, ofrezca medidas fiscales para la protección del empleo y de los ingresos de los trabajadores, como diferir el cobro del ISR y la declaración anual de las personas físicas y morales; así como simplificar y acelerar la devolución del IVA a las compañías que tienen saldos a favor.

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“Estamos en la planeación del trabajo, viendo con el SAT para que la recuperación del IVA sea más expedita; eso nos ayudaría mucho. Esperamos que nos den salida, porque es un flujo muy importante. Otra alternativa podría ser la tasa cero para las librerías, que no tuvieran que pagar IVA; son los apoyos que han manifestado varias cámaras patronales”, señaló a La Razón Juan Luis Arzoz Arbide, presidente del consejo directivo de la Caniem.

Sin embargo, editoriales independientes afirmaron que una manera de apoyar al sector sería un fondo de emergencia para préstamos, pues si bien han incrementado sus ventas de libros en línea y descargas en formato electrónico, esto no les garantiza solventar sus gastos.

"Nosotros nos quedamos con la incertidumbre de cuánto va a durar esto, por lo que decidimos pausar nuestros proyectos y esperar hasta saber qué va a suceder para anunciar los libros nuevos”

Antonio Marts

Paraíso Perdido

“Preferiría que se pudiera crear un fondo para que el Gobierno, que además no lo ha hecho desde hace muchos años, comprara libros para surtir las bibliotecas, con esto podríamos pagar la renta y sueldos de empleados lo que dure la contingencia; se podría crear un programa a fondo perdido para préstamos que nos permitieran mantenernos. Tenemos empleados y no podemos dejarlos en la calle en esta situación”, explicó Antonio Marts, coordinador editorial de Paraíso Perdido.

El equipo que labora en la editorial es de cinco personas y por lo menos, para subsistir requiere de 30 mil pesos, que es para pagar sueldos y la renta. Hasta ahora han detenido la promoción de seis libros, entre ellos, Pequeños macabros, de Yesenia Cabrera; Quiltras, de Arelis Uribe; y Paracosmos, de Gerardo Sinfuentes.

“Por el momento la estamos librando, pero si esto se prolongara por más de dos o tres meses, no quiero pensar lo que ocuriría. Le estamos apostando a la fidelidad de los lectores, al apoyo de la comunidad para que nos compren, sobre todo en las tiendas en línea; pero somos muchas editoriales”, indicó.

“Nos cuesta trabajo pensar en las pérdidas, pues la edición independiente siempre ha vivido en la contingencia; como no somos productores de libros para los grandes públicos, no somos prioridad"

Carlos Armenta

Impronta

Por ello pide que la Secretaría de Cultura les pague los cerca de 30 mil pesos que les debe por la coedición del libro Habitaciones, ganador del Premio San Luis Potosí de Cuento Amparo Dávila.

“Nos ayudaría mucho que primero la Secretaría de Cultura pague lo que debe antes de anunciar programas; nosotros hicimos una  condición, a través del Instituto Nacional de Bellas Artes, el libro se editó desde noviembre del año pasado; ya con eso nos aliviaría por un mes”, dijo.

Por su parte, la editorial Impronta, cuyo equipo es de 12 personas, paró ocho proyectos de impresión y pospuso la presentación de novedades, un libro de Kimberly Kruge, una poeta estadounidense que vive en Guadalajara, y estaba imprimiendo un volumen de Carla Faesler.

“Algo que no contemplamos es recortar personal, por lo que estamos usando un fondo de ahorros que generamos entre todos para garantizar el pago de los sueldos; pero decidimos bajarlos para que el dinero rindiera más y en, la medida de lo posible, suspendimos el resto de pagos”, compartió Carlos Armenta, editor de Impronta.

Abundó que muchos proyectos se congelaron porque no se tenía la certeza de contar con los pagos. “El trabajo que hacemos es buscar fondos para editar, imprimir y demás se cayó por completo”, contó.

Armenta ve con preocupación que en los programas de apoyo para empresas no se esté incluyendo a las editoriales. “Los subsidios que está lanzado el gobierno de Guadalajara no nos contemplan a nosotros; sí lo hacen con bares, restaurantes y hoteles, pero como somos una librería, imprenta y cafetería pequeña, no hay forma de demostrar que sea un empleo formal; pero tampoco que sea informal, porque es un sector mucho más vulnerable al que va dirigido”, señaló.

Por ahora, para apoyarse, editoriales y empresas culturales crean el sitio Crisis Compartida, donde brindan información de las medidas que están tomando para hacer frente a la crisis por el Covid-19.

Con información de Raúl Campos