viernes, 15 de julio de 2016

Problemas para dormir podrían aumentar el riesgo de suicidio

Las dificultades para dormir podrían aumentar el riesgo de suicidio entre las personas mayores incluso aunque no haya otros síntomas de depresión, sugiere un estudio reciente.

El estudio se enfocó en personas de a partir de 65 años, y dormir mal incluía dificultades para quedarse o permanecer dormido, despertarse temprano por la mañana, experimentar somnolencia diurna y no sentirse del todo descansado tras dormir durante la noche.

"Estos hallazgos sugieren que las perturbaciones del sueño son de forma individual un factor de riesgo válido, independiente del estado de ánimo deprimido, y que vale la pena enfocarse en ellas como un potencial factor de riesgo y herramienta de detección e intervención [para el suicidio]", señaló la investigadora líder, Rebecca Bernert, profesora de psiquiatría de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford. "En comparación con muchos otros factores de riesgo conocidos del suicidio, las perturbaciones del sueño son discutiblemente menos estigmatizantes, se pueden revertir y son altamente tratables".






De los 20 participantes del estudio que se suicidaron, 19 eran hombres. Los investigadores emparejaron al azar a esas 20 personas con 400 participantes vivos según la edad, el sexo y la ubicación, y entonces compararon puntuaciones sobre la calidad del sueño y la depresión.

El estudio no pudo probar que los problemas para dormir provocaran los pensamientos o los intentos suicidas, ni pudo explicar el motivo por el cual quizá exista un vínculo. Pero, dijo Bernert, es probable que un sueño de mala calidad afecte a la capacidad de regular los estados de ánimo.

"La idea es sencilla: cuando dormimos mal, eso afecta la forma en que nos sentimos y en que manejamos muestras emociones, además de la toma de decisiones", apuntó Bernert. Las investigaciones anteriores han mostrado que un sueño fragmentado puede resultar en unas emociones negativas más intensas, en un juicio afectado y dificultades para manejar el miedo o la ira.

Los que reportaron que dormían mal al inicio del estudio tenían unas probabilidades un 40 por ciento más altas de morir por suicidio durante los 10 años siguientes, antes de que se tomaran en cuenta los síntomas de depresión. Incluso tras hacer cálculos para eliminar los efectos de los síntomas de depresión, las probabilidades de morir por suicidio era un 30 por ciento más altas entre los que reportaban un sueño de peor calidad, apuntaron los autores del estudio.

Y los que reportaban no sentirse bien descansados tras dormir tenían el doble de probabilidades de morir por suicidio, en comparación con los que no reportaron problemas del sueño, incluso tras tomar en cuenta los síntomas de depresión. Y las perturbaciones del sueño predijeron mejor quién moriría por suicidio durante una década que los síntomas de depresión, reportaron los autores del estudio en la edición en línea del 13 de agosto de la revista JAMA Psychiatry.

Los investigadores usaron dos cuestionarios distintos, uno sobre la calidad del sueño y otro sobre los síntomas de depresión, para realizar sus cálculos. Pero William Kohler, director médico del Instituto del Sueño de Florida en Spring Hill, Florida, se muestra escéptico sobre qué tan bien pudieron loe investigadores tomar del todo en cuenta los síntomas de depresión, dado que son tan parecidos a los síntomas de dormir mal. "Debemos preguntar qué llega primero, el huevo o la gallina, porque no es común que se duerma realmente mal y que luego se tenga un alto nivel de energía y positividad", planteó Kohler. "Sabemos que los problemas para dormir provocan síntomas de depresión, como la falta de energía, falta de interés en las cosas que uno disfruta y sentirse un poco desanimado al día siguiente, así que no estoy seguro de cómo separarían eso", añadió.

Pero separar los factores es lo que los investigadores afirmaron que intentaron hacer. "Las perturbaciones del sueño y la ideación suicida son síntomas, en una constelación de síntomas, de la depresión, motivo por el cual es esencial desenredarlos como factores de riesgo y la forma en que podrían interactuar para aumentar el riesgo", apuntó Bernert. "Es importante anotar que el suicidio es el trágico resultado de varios factores de riesgo y afecciones médicas que con frecuencia interactúan". Alrededor de doce de cada 100,000 personas mueren por suicidio cada año en Estados Unidos.

Los individuos que están contemplando el suicidio pueden ponerse en contacto con un centro de crisis certificado cercano llamando a la línea telefónica nacional de prevención del suicidio al 1-800-273-TALK. La Administración de Servicios de Abuso de Sustancias y Salud Mental de EE. UU. califica las dificultades para dormir como una de las diez principales señales de advertencia del suicidio.

Estudios anteriores han vinculado el insomnio, las pesadillas y una mala calidad general del sueño con un mayor riesgo de ideación suicida y de intentos de suicidio. Pero en general esos estudios no controlaron la depresión. Este nuevo estudio es distinto de investigaciones anteriores debido a su tamaño, duración, y su enfoque sobre los estadounidenses mayores.

Los investigadores dieron seguimiento a más de 14,000 adultos a partir de los 65 años de edad durante un periodo de 10 años. Los adultos evaluaron la calidad de su sueño y síntomas de depresión seis veces durante esa década. Bernert dijo que ella y sus colaboradores ahora investigan el posible motivo de la existencia de un vínculo entre dormir mal y el suicidio.

 Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. y los Institutos Nacionales de la Salud de EE. UU. contribuyeron a la financiación para el estudio.

Con información de: Agecias | HealthDay | Hispanicare  

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