La reconstrucción de casas llevará tiempo y poblanos asumirán las labores, advierte Peña
SAN JUAN PILCAYA, Pue. (apro).- El presidente Enrique Peña Nieto visitó hoy este poblado de la sierra mixteca de Puebla, epicentro del terremoto que azotó el centro del país el pasado martes 19, donde ocho de cada diez casas quedaron destrozadas.
Ante los pobladores de la zona devastada, el mandatario se comprometió a apoyar en el levantamiento de las casas y de la iglesia, pero advirtió que serán los mismos habitantes quienes asumirán las labores de "autoconstrucción", con la ayuda de "profesionales".
Durante su breve discurso --en el que erróneamente llamó Chiautla de Morelos a la cabecera municipal del poblado, lo que provocó burlas en el público-- el mandatario negó que las labores de rescate cesaron en la Ciudad de México, como circula en las redes.
Tras darse una vuelta alrededor de la iglesia medio derrumbada, y luego de pasear cerca de las casas derruidas, Peña Nieto adelantó que el proceso de reconstrucción tomará cierto tiempo.
Precisó que durante los próximos 10 a 12 días, operadores de Protección Civil realizarán censos para determinar los daños de las casas, posteriormente se llevarán a cabo las demoliciones de los edificios inservibles, y finalmente vendrá la etapa de construcción de nuevas viviendas.
El Ejecutivo no ofreció más detalles sobre el tiempo que tomará este proceso.
Mientras tanto, los habitantes del poblado, al igual que gran parte de las comunidades aledañas al epicentro, dormirán a la intemperie, en los patios de sus casas.
En otra parte de su discurso, Peña Nieto intentó atenuar la inconformidad social que ha comenzado a surgir en la Ciudad de México, ante la posibilidad de que el Ejército comience a limpiar las zonas devastadas por el sismo, cuando aún hay víctimas debajo de los escombros.
Aseguró que continuarán las labores de rescate en los sitios donde pueda haber personas con vida.
En la capital mexicana, agregó, hay condiciones diferentes a las que ocurrieron en otras entidades afectadas durante el sismo del pasado martes.
En los otros estados, precisó, “se cayeron casas, la gran mayoría de un solo piso, algunas de dos”. En cambio, sostuvo, “en la Ciudad de México hay 38 edificios siniestrados, donde todavía hoy en día se están realizando labores de rescate, y ha habido algunas filtraciones, o rumores falsos, de estos que llegan a correr a veces en las redes sociales, de que se habrá de suspender la labor de rescate”.
Subrayó: “Las labores de rescate continúan en la Ciudad de México. No se suspenden”.
Peña destacó que esas labores en los sitios siniestrados de la capital del país, a causa del sismo, continuarán hasta las últimas etapas que permitan tener probabilidad de que hay gente con vida debajo de los escombros.
Pasada la una de la tarde, la delegación presidencial aterrizó en este poblado en tres helicópteros, con varios miembros del gabinete a bordo: Miguel Ángel Osorio Chong, Salvador Cienfuegos, Francisco Vidal Soberón y Cristina García Cepeda, secretarios de Gobernación, de la Defensa Nacional, de la Marina y de Cultura, respectivamente.
A la visita también acudió Antonio Gali, gobernador de la entidad, quien multiplicó los gestos de cercanía con el presidente a lo largo del recorrido.
El panista, a su vez, trajo a decenas de funcionarios de su administración, por lo que de repente el poblado se llenó de vehículos blindados, autos lujosos y patrullas de policía, tanto federal como estatal.
Acabado el evento, la mayor parte de los funcionarios abandonaron el lugar, mientras voluntarios --tanto universitarios como citadinos poblanos-- seguían repartiendo despensas y víveres a los pobladores.
Nadie de los tres órdenes de gobierno entregó nada a las víctimas del terremoto. Decenas de voluntarios sustituyeron a la autoridad en la entrega de comida y ropa.
La devastación en este poblado del municipio de Chiautla de Tapia, donde oficialmente se ubicó el epicentro del terremoto, es manifiesta: las casas, la mayoría de ellas de adobe, se vinieron abajo desde el momento mismo del temblor, que jamás aquí se había sentido de tal intensidad.
La misma situación padecen numerosas comunidades de la región mixteca de Puebla, algunas de las cuales quedaron olvidadas por las autoridades y donde los víveres fueron abastecidos por voluntarios de Puebla capital.
Todavía esta tarde, numerosos convoyes de civiles cargados de despensas recorrían las carreteras que llevan a las localidades más remotas de la región.