¡Los 10 mandamientos de mis padres! 2ª Partepor Carlos Dorado
¡Los 10 mandamientos de mis padres! 2ª Parte por Carlos Dorado

mandamientos

 

La semana pasada escribí los primeros tres mandamientos de mis padres, resumiendo así las enseñanzas que me dieron con su ejemplo, reflejadas en mi libro: “Cartas a un hijo”. Hoy quiero presentarle los tres siguientes:

4.- “Sé digno, y trabaja”  No hay nada que dignifique más al hombre que un trabajo noble y querido, ya que la verdadera felicidad no está en hacer siempre lo que se quiere, sino en querer lo que se hace. Mis padres siempre me decían: “Carlos, no te limites a cumplir. Eso lo hace la gente que está en la media. La gente de éxito siempre intenta dar el máximo en cada reto. Se compromete, ya que al fracaso llegas cuando te conformas y te quejas; pero  al éxito llegarás cuando te inconformas y trabajas”

Las metas sin trabajo son una utopía, el trabajo sin metas es un pasatiempo, pero el trabajo con metas es el pasatiempo de una utopía que se hará realidad; y sólo a través del trabajo duro y perseverante se logran habilidades que se van desarrollando con el tiempo, y que nos vuelven independientes en este mundo. ¡Esas habilidades serán nuestro gran tesoro!

Es un gran error pensar que el dinero es la única manera de compensar a una persona por su trabajo. La gente necesita dinero; pero también necesita ser feliz en su trabajo, y sentirse orgullosa de lo que produce. Nadie trabaja para nadie, uno siempre trabaja para uno mismo; y es precisamente el trabajo que nunca se empieza, el que más tarda en finalizarse.

Mi madre solía decirme: “Carlos lo bien que hagas la cama, es lo bien que dormirás en ella” ¿Trabajar para vivir? ¿Vivir para trabajar? ¡Trabajar viviendo! Todos queremos ir al cielo; pero nadie quiere morirse.

5.- ¡Las grandes obras no son hechas por la fuerza, sino por la perseverancia! Metodio es un nombre griego que se refiere a la persona que sigue su camino; siempre hacia adelante, con método, con perseverancia, con tenacidad, sin doblegarse jamás.

Estoy convencido de que aquello que separa a los hombres con éxito, de los que no lo tienen es la perseverancia, ya que es ésta la que conquista todas las cosas y obstáculos que destruyen o se interpongan en su camino. ¡Si tocas la puerta por tiempo suficiente y con la fuerza necesaria, puedes estar seguro de que despertarás a alguien y terminarán abriéndola!

Mi padre me decía: “Carlos, ¿Acaso la gota desgasta a la piedra por su fuerza o por su constancia y perseverancia? Si añades un poco a lo poco, y lo haces con suficiente perseverancia, ese poco llegará a ser mucho. Quizás el fallar una vez, sea una excelente excusa para tener la oportunidad de volver a intentarlo”

6. ¡Pasión por la vida! Pudiste haber sido feliz ayer; ¿pero hoy? Podrás ser feliz mañana; ¿pero hoy? La felicidad sólo vive en el presente; sin embargo, actuamos como si el lujo y la comodidad fueran lo más importante de la vida, cuando lo único que necesitamos para ser realmente felices es algo por lo cual entusiasmarnos y apasionarnos; ya que ésta es la que nos enseña la diferencia entre respirar y vivir, entre vivir o morir viviendo.

Quizás, hasta no debamos esforzarnos por tener éxito,  y concentrar nuestro esfuerzo en encontrar la pasión, pues una vez encontrada, el éxito aparecerá solo, como por arte de magia.

¿Es que acaso necesitas morir, para querer estar vivo? Es triste encontrar la muerte sin haber conocido la vida.  “Carlos, no hay remedio para la muerte, pero sí para la vida: La pasión” ¡Sobran comentarios!

Los demás mandamientos de mis padres continuarán la próxima semana.

 

cdoradof@hotmail.com