Cuando en 2001 quedamos finalista del certamen 50k que el Instituto San Telmo hacía en Sevilla, Juan Martínez -Barea recién aterrizado del MIT decía que el problema para desarrollar un proyecto empresarial nunca es el dinero. Solo fue años más tarde cuando me di cuenta de que aquello era verdad aunque con matices.

Ahora tras presentar su nuevo libro en Málaga, El mundo que viene, asegura que «nunca en la Historia de la Humanidad ha sido menos importante la geografía que hoy». Creo que, con matices también, lleva razón. Es decir, el lugar físico no tiene importancia hoy en día para desarrollar un sinfín de proyectos empresariales, de hecho, cuando Google compró Virus Total una de las empresas españolas que ha adquirido y que es de Málaga, no la trasladó a su cuartel general en EEUU sino que la mantuvo aquí, concretamente en la zona Este de la ciudad, y aquí sigue. Añade Juan Martínez-Barea que también llegará la meritocracia total. Esta idea también es fantástica pero con matices, ya que para que la meritocracia total sea justa deben ser iguales las oportunidades que todos los individuos tienen, por tanto, cuanto más igual dé donde nazcas mejor funcionará la meritocracia total.

Quizá ocuparse de que no importe dónde nazcas debería ser lo que todos como ciudadanos, y sobre todo la administración como garante, debiéramos tener en nuestra mente cada mañana. ¿Es lo mismo nacer en un barrio marginal de Granada que en un chalet en Puerto Sol? ¿Es lo mismo nacer en una familia en la que aprendes dos idiomas desde pequeño que en una en la que no sabes expresarte bien en tu propia lengua? La administración debería medir si los programas, institutos, estudios, planes, observatorios, medidas de choque, o como quiera que se llamen sus inversiones de tiempo y dinero van en esta dirección.