Estar en sociedad implica comunicación, lo que no sólo significa saber hablar y relacionarse, sino, por encima de todo, saber qué quieren los demás (en su vida y de nosotros). Escuchar es un poder que nos permite conocer a los demás, equivocarnos menos, y ganar amigos y oportunidades. La intención de cualquiera de nosotros de «Escuchar», incluso a quienes están en desacuerdo con nuestras ideas, nos dota de una valor tan importante como la tolerancia.

¿Para qué te sirve escuchar a los demás? Pues para obtener su apoyo, nada menos. Para influir sobre tu prójimo necesitas conocerlo y saber qué lo motiva. Además, te presenta como una persona amistosa y te permite reconocer a la gente conflictiva más rápidamente. Cuando escuchas, se abren nuevos horizontes, nuevas personalidades y muchas posibilidades de aprender.

Distinguido colega farmacéutico, en tu farmacia, ¿Escuchas a tus clientes?, ¿Escuchas a tus compañeros de trabajo, empleados? ¿Pudieras destacar algo que con la escucha activa hayas logrado en tu negocio? ¿Escuchas a tus proveedores, laboratorios? ¿Escuchas las oportunidades del mercado?. En mi opinión, escuchar es como estar en estado de intuición continua, escuchar es una de esa habilidades blandas (soft skills) que no nos enseñan en la facultad y que la podemos incorporar en nuestras vidas y en nuestro ejercicio profesional si estamos abiertos y dispuestos a ello.

Así pues, presta atención a tu interlocutor; no interrumpas; respeta los silencios (que son estupendos para analizar la conversación y sacarle más jugo); controla tus impulsos ante un tema del que discrepes; usa un tono de voz conciliador; no critiques a gente ausente ni rechaces de plano un tema; habla lo necesario; y presta especial atención al lenguaje no verbal, que te dará pistas de apatía o simpatía por parte de tu interlocutor.

Porque una comunicación fluida va de la boca al oído y viceversa.

Guillermo Rodríguez
Salud, Ilusión y Éxitos.