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Entrevista

Vicente Folgado: "El mueble ya no es un sector mal visto por la banca"

"Las organizaciones empresariales no entendemos por qué Montoro no viene a reunirse con nosotros, cuando lo ha hecho con otras autonomías", dice

Vicente Folgado fernando bustamante

Vicente Folgado, empresario del sector de la madera con vocación exterior, advierte de que las empresas ya están notando el parón en las grandes economías europeas y asegura que, aunque hay una mejora macroeconómica y de la financiación, el consumo interno sigue sin levantar el vuelo.

El Gobierno insiste en que la recuperación ya está aquí. ¿La está percibiendo el sector del mueble y la madera valenciano?

A nivel de datos macroeconómicos, la situación ha mejorado respecto a hace un año o año y medio. El crecimiento de la producción, el mantenimiento de las exportaciones, como sucede en el mueble y la madera, la prima de riesgo mucho más baja... son tendencias que corroboran que hay una cierta mejoría. Además, el desempleo parece que también se ha frenado. Ahora bien, traducido eso a nuestro sector, observamos que hay atonía en la demanda interna. El consumo nacional está más o menos como hace un año. Sí ha mejorado la selección de los clientes, en el sentido de que se ha reducido la morosidad, pero no hay un incremento sustancial que nos indique que hemos vuelto a unos niveles aceptables para la cuenta de resultados de las empresas. Mientras el mercado interno no sufra una mejora sustancial, el sector tiene dos retos a superar: que las exportaciones puedan compensar la falta de ventas internas y que la producción ociosa deje de estarlo y se convierta en productiva de verdad.

¿Cuál es el porcentaje de producción ociosa?

En cuatro o cinco años, la capacidad de producción ha caído cerca de un 40 %, es decir que hay un 40 % que está parado.

¿Ha mejorado la financiación de las empresas?

Sí. La opinión general de las entidades financieras es que nuestro sector ya no está demonizado. Estudian caso por caso y a las empresas que ven viables ya les dan créditos. En las últimas semanas, por contactos con las entidades financieras, nos informan de que en los próximos meses ya no solo habrá líneas para circulante, sino también para proyectos de inversión. Ya no somos un sector mal visto a priori por la banca.

Las grandes economías europeas se están ralentizando o han vuelto a la recesión, como Italia. ¿En qué medida va a perjudicar al sector esa circunstancia, si este basa su supervivencia en las exportaciones?

Se ha notado ya. En el primer semestre, el incremento de las ventas al exterior superaba la media nacional. En este segundo semestre, la balanza sigue siendo positiva pero ha caído un par de puntos. El aumento estaba en torno al 12 % y ahora ha bajado al 10 %.

Otros años por estas fechas el sector se estaba preparando para la feria del mueble, que antes se celebraba en septiembre y desde este año ha sido trasladada a febrero, junto a Cevisama. ¿Cómo ha vivido el sector este cambio? ¿Qué perspectivas tienen para la próxima edición?

Era una gran incógnita el cambio. Teníamos nuestras dudas, pero la realidad es que la alianza puede ser un modelo muy válido. Para la segunda edición hemos contactado con colectivos que nos habían dejado de lado como el mueble urbano, el de cocina o los agentes comerciales y la perspectiva es que va a haber un regreso de expositores nacionales. Las preinscripciones antes del verano estaban por encima de las que hubo el año pasado.

Se ha barajado la posibilidad de fusionar institutos tecnológicos ante las dificultades que atraviesan. ¿Aidima está en el proceso o puede sobrevivir solo?

Aidima formaba parte de uno de esos grupos, junto a los de la construcción y la cerámica, pero a fecha de hoy no hay nada decidido. Los institutos tecnológicos tienen una parte de ingresos privados y otra de públicos y en la medida en que eso se pueda equilibrar tendrán supervivencia. Desde el consejo rector de Aidima hemos trasladado a la Generalitat la necesidad de que incremente la parte pública de financiación.

El pasado lunes el comité de la Cámara analizó el nuevo borrador de ley autonómica del sector. ¿Cómo valora usted ese texto en su doble función de dirigente patronal y cameral?

Lo veo positivo, porque las organizaciones empresariales lo han asumido sin problemas. El borrador deja claras las cuestiones esenciales, al mismo tiempo que tampoco incorpora grandes cambios. Todos los fondos públicos de la Generalitat y de Europa antes eran coordinados por el consejo de cámaras y ahora además serán gestionados directamente por este, que trasladará a cada cámara lo que le corresponda.

¿Hay motivos para que las organizaciones empresariales teman un exceso de recursos hacia las cámaras y en perjuicio de ellas?

No. La actuación de las cámaras será como instrumento empresarial, pero una de las posibles causas de enfrentamiento, como era la formación, no lo será porque la formación ocupacional o la dual quedan fuera del ámbito cameral.

La patronal autonómica Cierval atraviesa serias dificultades. Ya se ha abierto el debate sobre su futuro y parece haber dos opciones: darle mayor protagonismo en detrimento de las provinciales o volver atrás y dejarla de nuevo como algo representativo y devolver el peso a las provinciales. ¿Qué opina usted?

Se debe consensuar. Pienso que Cierval debe ser la cabeza visible de las organizaciones empresariales valencianas, a la hora de representación e interlocución. Otra cosa es que internamente consideremos si hay que volver al modelo anterior o darle más protagonismo interno a las provinciales. Debemos sentarnos a hablar y habrá que reinventar el modelo, porque es el momento.

La prometida entrevista de los empresarios con el ministro de Hacienda Cristóbal Montoro no se consuma. ¿Qué más pueden hacer los empresarios para que les oigan en su reclamación de una mejora de la financiación?

Lo que debemos hacer es insistir y demandar al Gobierno central que nos escuche. Yo pienso que no estaría mal que las reivindicaciones que estamos planteando aquí las vayamos trasladando a partir de ahora a Madrid, de la mano del Consell, porque nos da la sensación de que al Gobierno todavía no le ha llegado bien el mensaje. ¿Cómo se hace? Tenemos instrumentos, como las organizaciones empresariales, los grupos de presión propio, fundaciones conectadas con Madrid y debemos utilizarlos. La idea sería redoblar la presión. Las organizaciones empresariales no entendemos por qué Montoro no viene a reunirse con nosotros, cuando lo ha hecho en otras autonomías.

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