eloriente.net

15/septiembre/2014

Por Adrián Ortiz Romero

Aquí no hay riesgos, pero sí existen “candados”

Ante los intentos de separación de territorios en España e Inglaterra, en México tendríamos que volvernos a preguntar el por qué del contenido de algunos artículos de la Constitución federal. En particular, por qué el artículo 2 constitucional comienza con una frase tan tajante como “La Nación Mexicana es única e indivisible”, y por qué dice eso cuando parece claro que en México nadie quiere que la nación se desmiembre. El asunto cobra relevancia ante los intentos separatistas en las naciones antes enumeradas.

Es que, en efecto, en España hoy en día ocurren manifestaciones importantes a favor de la separación de Cataluña de la nación española. De hecho, el jueves pasado se llevó a cabo una multitudinaria manifestación en Barcelona en la que se defendió una iniciativa para llevar a cabo un referéndum al que se opone el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy.

El independentismo catalán plantea sus tesis sobre el principio de que el pueblo de Cataluña es una nación soberana, aludiendo básicamente a la interpretación de su historia, cultura, lengua propia y al derecho civil catalán, y sobre la afirmación de que Cataluña no alcanzará su máxima plenitud cultural, social ni económica mientras forme parte de España. El independentismo catalán defiende la tesis de que Cataluña es una nación oprimida por España desde su ocupación por las tropas borbónicas en 1714, y la posterior supresión de las instituciones catalanas y la prohibición de su lengua en la administración mediante los Decretos de Nueva Planta promulgados por Felipe V.

Una parte de los partidarios de esta corriente política no sólo aspira a la independencia de Cataluña, en sentido estricto, sino a la unión de lo que denominan Países Catalanes: la propia Cataluña; el Rosellón y la Cerdaña franceses (a los que denominan Cataluña Norte); la Franja Oriental de Aragón a la que denominan Franja de Ponent y consideran también parte de Cataluña, la Comunidad Valenciana, las Islas Baleares, la comarca murciana de El Carche y la ciudad sarda de Alguer, en Italia. Dichos territorios excluyendo el Valle de Arán; una vez independizados formarían un estado confederado catalán en el que también se incluiría el Principado de Andorra.

Obviamente, el gobierno español no está de acuerdo con este intento separatista y por eso el Ejecutivo de Rajoy impugnará ante el Tribunal Constitucional la ley de consultas que el parlamento catalán va a aprobar el día 19, como aval de la convocatoria del referéndum del 9 de noviembre. La mera admisión a trámite supone la suspensión de la ley. El gobierno español considera inconstitucional el referéndum independentista que impulsa en Cataluña el jefe del Ejecutivo regional, Artur Mas, y que el jueves defendieron cientos de miles de catalanes en las calles de Barcelona, 1.8 millones según la guardia urbana, en torno al medio millón según el Ejecutivo español.

Ahora bien, algo similar ocurre en Escocia, que hoy en día intenta independizarse de Gran Bretaña. Ahí, el referéndum para decidir si Escocia debería ser un país independiente tendrá lugar el 18 de septiembre. Actualmente, Escocia es una nación constituyente y región administrativa del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte con su propio gobierno autónomo (el parlamento escocés) con sede en Edimburgo.

La nación era un estado soberano antes de la aprobación del Acta de Unión de 1707 cuando el Reino de Escocia fue unido con el Reino de Inglaterra, por la fuerza, para establecer el Reino Unido. Tras un acuerdo entre el parlamento escocés y el Parlamento del Reino Unido, la pregunta formal de este referéndum será: “¿Debería Escocia ser un país independiente? ¿Sí o no?”.

Los temas principales del referéndum son la economía escocesa, la defensa de las Islas Británicas, las relaciones entre Escocia y sus vecinos y la afiliación con organizaciones internacionales como la Unión Europea, la OTAN y la Mancomunidad de Naciones. El ministro principal de Escocia, Alex Salmond, y su Partido Nacional Escocés (SNP en sus siglas inglesas) están a favor de la campaña independentista. El primer ministro británico David Cameron y la mayoría de los otros partidos políticos en Gran Bretaña están a favor de la continuación de la unión entre Escocia y el resto del Reino Unido.

EL CASO MEXICANO

Ahora bien, regresemos al caso mexicano. Aquí, cuando en 2001 se aprobó la reforma al artículo 2 de la Constitución, en materia de derechos de los pueblos y comunidades indígenas, se estableció esa leyenda anotada en el primer párrafo de este escrito, como una especie de “candado” contra los posibles intentos separatistas que podrían surgir una vez que el Estado mexicano le reconociera derecho y personalidad a los pueblos indígenas, bajo la lógica de que ese reconocimiento también daba por reconocido que esas naciones existían antes de que México se formara como nación y que, por tanto, una vez que esto fuera reconocido esas “naciones” quisieran su independencia del Estado mexicano.

Esa, creemos, fue una prevención excesiva. Pues en los hechos, el caso más emblemático de la inconformidad de un pueblo indígena con el Estado mexicano se dio antes de esa reforma, y fue en 1994 con el levantamiento armado del Ejército Zapatista de Liberación Nacional en Chiapas. Ellos, a través del subcomandante insurgente Marcos, reclamaban al Estado el olvido histórico que le habían proferido a las comunidades originarias de Chiapas y su total desinterés por atender las necesidades básicas de esos pueblos, que seguían viviendo en condiciones similares a las de la conquista, en el siglo XVI.
A pesar de esos reclamos, ni el subcomandante Marcos, ni el EZLN, ni nadie, habló nunca en el conflicto de Chiapas, de que ese estado o los pueblos inconformes, buscaran su independencia frente al Estado mexicano. Querían, más bien, autonomía plena para autogobernarse al margen del derecho occidental, pero nunca cuestionaron su pertenencia a la nación mexicana, o su identidad.

CANDADOS

Dice el artículo 2 de la Constitución española: “La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas”. De ese precepto tomó su forma el enunciado transcrito del artículo 2 de la Constitución mexicana. Que aquí no se necesita pero, según vemos, en España sí.

Foto: Nacho – Algunos derechos reservados

Entradas relacionadas:

Programas de útiles escolares: ¿derecho o infamia?

Programas de útiles escolares: ¿derecho o infamia?

eloriente.net 10/septiembre/2014 Por Adrián Ortiz Romero Gobierno debe dar los beneficios, sin discriminación Qué visión tan corta tienen los empleados de la Secretaría de Desarrollo Social y Humano del gobierno del estado que no alcanzan a ver que el programa de dotación de útiles y uniformes escolares para los niños que estudian en instituciones públicas […]

September 10, 2014

Conflicto educativo en Oaxaca: bumerang para EPN

Conflicto educativo en Oaxaca: bumerang para EPN

eloriente.net 8/septiembre/2014 Déficit financiero, “papa caliente” para SEP en 2015 El jueves pasado el gobierno del estado publicó un inusual comunicado en el que repasaba las circunstancias en que se dio el proceso de rezonificación salarial de los trabajadores de la educación en Oaxaca y, disimuladamente, le “anunciaba” al gobierno federal el déficit y los […]

September 8, 2014

Un Estado débil: Oaxaca es la muestra

Un Estado débil: Oaxaca es la muestra

eloriente.net 5/septiembre/2014 Por Adrián Ortíz Romero Presión magisterial, freno a democracia Sostenidamente, el gobierno y el Congreso de Oaxaca hacen dos aseveraciones respecto a su supuesta independencia de los poderes fácticos: por un lado dicen que ninguna presión ejercida desde la sociedad es determinante para la toma de decisiones, y por el otro sostienen que el […]

September 5, 2014