dieta vegetariana

Una de las cosas que ocurren recurrentemente ahora es que, a la hora de decidir qué comer o a la hora de hacer dieta, nos dejemos influenciar por los famosos y sus gustos (o, ahora que las redes sociales han tomado el poder, por lo que dicen los influencers, que no son famosos de siempre sino más bien celebridades de las redes sociales y expertos en diversos temas). No hay más que mirar en herramientas como Google Trends o echar mano de lo que han publicado en los últimos tiempos las revistas de estilos de vida para encontrar referencias a la dieta de Fulanito o la dieta de Menganita. Aunque nos pueda parecer de lo más moderno, los famosos son mucho más antiguos de lo que pensamos y la influencia que sus hábitos tienen en lo que hacemos también.

Lord Byron, por ejemplo, era un super famoso de escala, uno de esos que la gente persigue (¡se agolpaban en la puerta de su casa para verlo!) y que impuso muchas modas.

Percy Shelley era uno de los que estaban muy pendientes de lo que hacía (Byron era un ídolo de masas y una referencia para los jóvenes literarios), aunque él también era joven, escandaloso y por tanto famoso. Y, como otros muchos famosos del momento, tenía opiniones sobre los temas candentes de su momento, como era el qué comer. Byron tenía también una dieta estricta, pero la dieta de Lord Byron era con la idea de perder peso (se vestía también con ropa de lana mojada para poder sudar). En el caso de Shelley, era una cuestión de principios.

Shelley defendía una dieta vegetariana, aunque él no la llamaba así (el término es más moderno) y hablaba de fructívora. En 1813 publicó un panfleto defendiendo ese tipo de alimentación, que él mismo seguía junto con Harriet, su primera esposa, entonces. En A Vindication of Natural Diet defiende no comer animales porque juzga que es más natural y que mejora la salud. También condena el beber alcohol. El texto es fácil de encontrar completo en internet si se busca en inglés (aquí está, por ejemplo).

El escritor no era un pionero. Tampoco estaba dando voz a una tendencia de masas. A principios del siglo XIX, muchos eran los que cuando se preocupaban por comer se preocupaban por lo que podrían conseguir para comer y no la salud derivada de su comida. Las clases altas eran las únicas que podían permitirse algo así y entre las clases altas británicas del momento aparecieron unos cuantos defensores de la dieta vegetariana. Entre ellos había unos cuantos nombres conocidos e influyentes, lo que hizo que la idea generase un cierto debate.

La cuestión de base para todos ellos es que parecía mucho más sana. Entonces, se hablaba de la dieta pitagórica, ya que la inspiración para estas personas venía de Pitágoras y sus hábitos de alimentación.

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