Rompen la silla de ruedas a un tenista paralímpico durante un vuelo y no le pagan ni la mitad

"La silla de ruedas son mis piernas", explica Daniel Caverzaschi. "Puede que para algunos suene un poco victimista, pero es la verdad", añade. Por eso el tenista paralímpico está indignado con la compañía aérea con la que viajó a Londres hace un par de meses. Le destrozó la silla, que vale 5.000 euros, y sólo le ofrecen 2.000 como compensación. Dani lleva dos meses luchando para que le abonen el valor real de la silla y está dispuesto a ir a por todas. Ha puesto en manos de un abogado el tema y ha conseguido que las redes sociales echen humo a través de su perfil de twitter @DaniCaver. Su hastag #Airquejoderse fue este domingo Trending Topic.

"Normalmente voy en la silla hasta el avión y, al entrar, se la lleva alguien de la compañía hasta que llegamos al destino. Una vez allí, me esperan con ella en la puerta para cuando salga. Esta vez me trajeron una silla del aeropuerto y la mía salió con el resto del equipaje. Estaba completamente destrozada", explica el madrileño, que en aquel momento no daba crédito.

Dani reclamó en el mismo aeropuerto. "Necesitaba una silla de ruedas para moverme pero la compañía me dijo que no tenía. Ni siquiera me daban unas muletas para ir con la prótesis", sigue relatando.

El tenista paralímpico nació con una malformación en la pierna derecha, que no se desarrolló de rodilla para abajo, y con un problema en la cadera también. "Y mi pierna izquierda no está perfecta, llevo ya dos operaciones. Por eso sólo puedo usar la prótesis para distancias cortas porque se me carga muchísimo la espalda por mi discapacidad", explica Dani. "¡Están quitándome mis piernas!", añade indignado.

Dos mil euros y gracias
Sin silla fue como tuvo que pasar su estancia en Londres, a donde acudía para su graduación universitaria junto a su madre y su abuelo. Presentaron una reclamación formal al llegar a Madrid, como la propia compañía les había indicado en Londres. "No es sólo el dinero, es que me dejan tres meses como mínimo sin mi forma habitual de moverme. Parte de mi silla viene de Estados Unidos y otra de Alemania. Entre que me toman medidas y envían desde el extranjero son eso, tres meses. ¿Qué hago ahora? Porque la prótesis me mata".

Además de la reclamación, Dani empezó a mover el asunto en las redes sociales, algo que no gustó a la compañía, que le ofreció 2.000 euros. "Al principio pensaba que era la compensación por destrozarla y dejarme sin ella tres meses. Y que por otro lado me pagaban la silla, pero no, era lo que me daban por ella. Y encima diciéndome que diera gracias porque legalmente estaban obligados a pagarme sólo 1.285 euros. Es una vergüenza. ¡Voy en silla a todas partes!".

El equipo de abogados de la compañía aérea española argumentó su oferta basándose en que se trataba del importe máximo de compensación por daños causados a equipajes especiales y en que no se hizo una declaración especial de valor antes del vuelo, ni se contrató un seguro al respecto.

"Es cierto pero es totalmente discriminatorio para las personas con discapacidad tener que hacer un desembolso extra para pagar un seguro y/o realizar una declaración especial de valor. Esto último, por ejemplo, implica desembolsar antes del vuelo el 15% del valor declarado, por lo que he podido ver en la web de la compañía. En el caso que nos ocupa, donde la silla de ruedas tiene un valor aproximado de 5.000 euros, estaríamos hablando de 750 euros que tendría que haber pagado mi hijo de forma adicional a los 350 euros que ya pagamos por su billete. No nos olvidemos de que no estamos hablando de un equipaje especial sin más, como puede ser una tabla de surf o un contrabajo, sino que estamos hablando de 'las piernas' de una persona", explicaba Asunción, la madre de Dani, a la compañía en su reclamación.

Dani, que participó en los Juegos Paralímpicos de Londres, no está dispuesto a rendirse y sigue con su lucha en las redes sociales y, a partir de ahora, también en los tribunales.