¿Qué voy a necesitar con la llegada de un gato a casa? ¿Cómo se comportará? ¿Qué debo esperar? Estas y otras preguntas se formulará el propietario que quiera adoptar un gato. Tú puedes ayudarle a resolver sus dudas y tranquilizarlo.
La llegada de un gato a casa, ya sea pequeño o adulto, es un momento delicado pues el animal es separado de todo lo que le resulta familiar y aparece en un lugar desconocido con personas con las que no tiene ningún vínculo establecido. Por este motivo, conviene invertir un tiempo para preparar este proceso y facilitar la adaptación del animal a su nuevo entorno. En este sentido, el papel de los auxiliares es especialmente importante a la hora de asesorar a los propietarios a tiempo y aplicar las medidas preventivas adecuadas. Veremos a continuación algunos aspectos importantes que se han de tener en cuenta al informar a las personas que adopten a un gato.
Preparación de una zona segura
Es importante que el gato disponga de una o varias zonas dentro de la casa que le generen especial seguridad [1,2]. Antes de la llegada del animal se debería preparar esta zona de confort para que, una vez allí, el propietario pueda empezar a establecer las asociaciones que le interesan con respecto a este espacio.
Es importante elegir bien el lugar en el que se desarrollará esta medida: ha de ser una zona tranquila, de fácil acceso para el gato y que no sea de paso a otros lugares de la casa (poco transitada). Además, es importante colocar en esta zona todos los recursos que son importantes para el animal y que necesita para estar cómodo: un comedero, un cuenco para el agua, un lugar de descanso, una bandeja de eliminación, un rascador y algunos juguetes.
Por otro lado, si es posible, conviene incorporar algunos objetos del sitio del que el gato procede para favorecer su adaptación. Para los gatos sus propias marcas olfativas ayudan a mantener la familiaridad del territorio y esto explica la gran tendencia de estos animales a manifestar la conducta de marcaje (tanto facial como con las uñas). Por este motivo, aparte de llevar objetos con un olor conocido, podría resultar útil también colocar dentro de la zona segura un difusor de feromonas sintéticas obtenidas a partir de la feromona facial del gato [3,4].
Más adelante, una vez esté el gato en casa, los propietarios han de llevar a cabo una serie de actividades agradables en esta zona para favorecer que el estado emocional del animal cuando se quede en este espacio sea el adecuado. De esta forma, los propietarios dispondrán de un lugar de la casa en el que el gato se sentirá especialmente cómodo y que tendrá como lugar de referencia, y que podrán utilizar en las situaciones del día a día que les puedan interesar, por ejemplo, en un día de tormentas o petardos o si llegan invitados a casa con alergias.
Primeras horas en casa
Cuando se produce la llegada de un gato a casa en su transportín, lo ideal es llevarlo a su zona segura, abrir el transportín y permitir que sea él quien decida cuándo salir del mismo. En ningún caso se debe forzar al animal a hacerlo [5]. De hecho, si se mostrara especialmente inseguro, lo mejor es dejarlo tranquilo en su zona con agua fresca y comida en su bol, así como pequeñas cantidades de comida húmeda cerca del lugar en el que se haya cobijado. En este sentido, conviene advertir a los propietarios de que durante los primeros días de adaptación es especialmente importante controlar el consumo de alimento. En el caso de que transcurra más de un día sin que el animal ingiera comida, conviene que el propietario contacte con su veterinario de confianza para que le ayude a gestionar la situación.
Otro aspecto importante que hay que destacar es que la habituación del gato a su nuevo entorno puede ser más compleja si ya viven otros animales en casa. En este caso, el propietario debe consultar previamente a un especialista para que le asesore con respecto a cómo llevar a cabo la introducción del nuevo miembro de la familia [6,7].
Desarrollar hábitos y rutinas
Con la llegada de un gato a casa, es importante desde un principio ir creando hábitos en el animal que ayuden a prevenir la aparición de conductas inadecuadas en el futuro [1,2]. A nivel preventivo, algunos ejemplos que se pueden llevar a cabo son los siguientes:
- Disponer de una o más bandejas de eliminación (areneros). Si se conocen los hábitos que tenía el gato en el lugar del que procede, lo mejor es mantener tanto la bandeja como el sustrato a los que estaba habituado. Aun así, es preferible añadir alguna bandeja más para determinar si el animal muestra preferencias. En este sentido, se ha comprobado que los gatos tienen predilección por las bandejas descubiertas, anchas/grandes y no muy altas (de bordes bajos). Además, conviene poner una cantidad abundante de arena (preferiblemente aglomerante y sin perfumar), limpiar los residuos a diario y colocar el arenero en un lugar tranquilo separado del resto de recursos, ya que, de forma innata, los gatos evitarán hacer sus necesidades cerca del lugar de descanso y/o de comida y bebida [8,9].
- Colocar varios rascadores en casa. Dichos rascadores han de ser estables, es decir, que no se produzca balanceo al utilizarlos el gato, y han de estar en un lugar visible de la casa, no escondidos. De nuevo, se puede comprobar si el animal muestra algunas preferencias presentándole rascadores de diferentes texturas (tejido, madera, cartón, cuerda, etc.) y orientados tanto en horizontal como en vertical. Con esta medida se reduce la probabilidad de que el gato muestre la conducta de marcaje con las uñas en muebles u otros objetos de la casa [10].
- En el caso de que el gato que se adopte no sea adulto, es conveniente presentarle diferentes alimentos para evitar, una vez crezca, la aparición de neofobia alimentaria, esto es, rechazo por los alimentos nuevos y desconocidos a los que no está habituado al no haberlos consumido en etapas tempranas del desarrollo [11]. Una forma de evitar que aparezca esto consiste en ofrecer distintos alimentos al gatito una vez llegue a casa, ya sea en contexto de juego o en sesiones de entrenamiento con el animal
- Técnicas de aprendizaje
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- Luring: consiste en hacer que el animal se mueva siguiendo un señuelo que mantenemos entre los dedos cerca de su nariz, hasta que o realice el movimiento deseado.
- Targeting: es muy parecido al luring y en lugar del señuelo se utilizan diferentes objetos (diana o target) para guiar al animal hacia el comportamiento final.
- Moldeado: consiste en descomponer el comportamiento que vamos a enseñarle en sus componentes más pequeños y reforzar las aproximaciones al comportamiento final que se está buscando.
Relación con el gato
Los gatos son animales con un comportamiento social muy peculiar. En el entorno doméstico, a pesar de no ser tan sociales como los perros, pueden llegar a ser animales gregarios y cariñosos y, asimismo, pueden llegar a desarrollar necesidades a nivel social que se han de cubrir [12]. Por este motivo, lo ideal sería empezar a potenciar la relación con todas las personas que viven en casa desde un principio. Para ello se pueden desarrollar sesiones de juego, así como sesiones de ejercicios específicos que, además de estimular y entretener al animal, permitan trabajar otros aspectos importantes desde un punto de vista conductual, como la tolerancia a la frustración o el control de estímulos [13].
- Cada gato tiene sus preferencias, pero la mayoría de juegos en los individuos de esta especie se basan en la caza [1,14]. Este instinto se puede despertar con juguetes de pequeño tamaño, ligeros y que se puedan mover fácilmente simulando una presa que huye del gato. En este sentido, lo ideal es que el propietario organice sesiones de juego basadas en perseguir y cazar juguetes (por ejemplo: pelotas, cordeles o cañas) y evite jugar con el animal utilizando las manos o los pies.
- Dentro de esta rutina de interacción con el propietario, se pueden incluir sesiones de ejercicios alternando diferentes técnicas para enseñar al gato comportamientos nuevos (el luring, el targeting o el moldeado, entre otros). A pesar de que los principios básicos que rigen el aprendizaje y los mecanismos relacionados con la memoria están conservados entre las diferentes especies, incluyendo a los animales de compañía, es poco frecuente que se desarrollen este tipo de ejercicios con los gatos, a diferencia de lo que ocurre con los perros. En cualquier caso, lo ideal sería que el propietario se asesorara sobre este tipo de cuestiones con un especialista en conducta para poder incorporar estas sesiones en la rutina del animal.
- No debemos olvidarnos de los “mimos” y caricias. Con relación a este aspecto, es preferible acariciar al gato en la zona de la cabeza y el mentón [15]. En otras zonas del cuerpo como la grupa, la cola, las patas o la barriga no les suele gustar demasiado. Sin embargo, hay animales que rechazan ser acariciados en ningún sitio y esto es importante respetarlo y no forzar al gato al contacto si no quiere acercarse.
Enriquecimiento ambiental: mejorar el entorno del animal
El objetivo de un programa de enriquecimiento ambiental consiste en permitir la expresión de las conductas naturales, además de crear un ambiente interesante y entretenido en el territorio del animal [16]. Este punto es especialmente importante en viviendas donde los gatos no tienen acceso al exterior [17]. A continuación, vamos a dar algunos ejemplos para poder desarrollar esta medida:
- Utilizar juguetes dispensadores de comida: la idea es que el propietario disponga de múltiples juguetes, caseros o comerciales, y los vaya rotando periódicamente para mantener alta la motivación del gato por los mismos. Se pueden utilizar diferentes objetos, desde los más sencillos, como bolas de papel, a opciones más complejas, como tablas con varios circuitos que se comercializan para que el gato practique diferentes habilidades para extraer la comida contenida en su interior.
- Por otro lado, existen en el mercado juguetes con temporizador que se activan a horas predeterminadas para entretener al animal cuando nadie puede jugar con él.
- Introducir escondites o zonas de cobijo en casa, como cajas de cartón, bolsas de papel, túneles de diferentes materiales y/o potenciar lugares de la casa que al propietario no le importe que el gato utilice, como un cajón estratégicamente abierto para este fin. Además de enriquecer a nivel estructural el entorno del animal, el hecho de disponer de diferentes lugares en los que poder esconderse ayuda al gato a gestionar mejor las posibles situaciones estresantes que puedan producirse en el día a día [18].
- También es importante para los individuos de esta especie poder acceder a zonas elevadas [19], por lo que pueden colocarse torres para gatos en las que el animal pueda subirse a diferentes niveles o facilitar el acceso a estanterías o baldas, por ejemplo. Además, un estante cerca de una ventana puede representar para el animal un punto de observación que le permite entretenerse con todo lo que sucede en el exterior de la vivienda.
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Artículo original: Camino García-Morato, Xavier Manteca, Tomás Camps, Sergio Tejedor, Marta Amat. Cómo preparar la llegada de un gato a casa. Ateuves 64, pp. 20-23.