Durante el envejecimiento se producen una serie de cambios fisiológicos y funcionales en el organismo y nuestras necesidades nutricionales cambian. En las personas mayores los problemas de salud, la toma de medicamentos, factores psicológicos y otras circunstancias características de la edad pueden hacer que disminuya el apetito y se altere la absorción de alimentos, lo que puede conducir a una desnutrición. Por ello es importante que tanto las personas mayores como sus cuidadores conozcan bien cuáles son las necesidades nutricionales en el anciano y las tengan en cuenta para que su alimentación en esta etapa de la vida sea la adecuada.
¿Cómo debe ser la dieta en el anciano?
Las necesidades energéticas cuando envejecemos van en función de la edad, la actividad física y las posibles patologías asociadas. En las personas mayores el metabolismo basal es más lento, por lo que el requerimiento calórico es menor que en un adulto joven. Que el aporte de calorías necesario sea menor no implica que haya que eliminar ningún grupo de alimentos, a no ser que sea por prescripción medica, pero sí implica que la dieta sea más moderada.
La dieta en el anciano debe seguir siendo equilibrada, variada y que le ayude a mantener un peso estable y saludable. Es conveniente realizar de cuatro a cinco comidas diarias, y evitar que las cenas sean copiosas para que no afecten a la calidad del sueño.
¿Qué tipo de nutrientes debe incluir la dieta de una persona mayor?
- Proteínas tanto de origen animal como vegetal. Es recomendable tomar carnes magras como pollo, pavo, conejo, lomo o solomillo de cerdo de dos a tres veces por semana; entre 3 y 4 huevos a la semana; combinaciones de legumbres y verduras o legumbres y cereales una o dos veces a la semana.
- El aporte de grasas debe suponer un 30% de las calorías totales ingeridas y que sean grasas monoinsaturadas saludables como las de origen vegetal: aceite de oliva, aguacate, nueces, etc.
- Hidratos de carbono. En torno al 60% del aporte energético diario debe proceder de hidratos de carbono complejos: pan, pasta, cereales integrales y arroz. Los hidratos de carbono simples como el azúcar debe ser mínimo. Por ello el consumo de dulces debe ser muy esporádico.
- Minerales, vitaminas y fibra son indispensables en la alimentación de una persona mayor. Para que el aporte de estos nutrientes sea el correcto la dieta debe incluir diariamente de dos a tres raciones de verduras y hortalizas, dos o tres piezas frutas y dos o tres raciones de lácteos y derivados.
Cada anciano puede tener unas necesidades de alimentación específicas por lo que estas recomendaciones generales de dieta equilibrada habrá que ajustarlos según su caso concreto. Lo más recomendable es que un especialista evalúe la situación de la persona mayor y adapte un tipo de dieta adecuado a sus necesidades nutricionales específicas, patologías, medicación, etc.