Biblioteca Flotante

¿Te imaginas coger una de esas barquitas del parque del Retiro y con ellas navegar hasta una biblioteca flotante? Suena genial, pero no es posible. A menos que copien una iniciativa existente en el lago Cedar, en la ciudad de Minneapolis (Estados Unidos).

Allí se puede encontrar, durante los fines de semana de verano, un armatoste de madera de 2’5 metros cuadrados sobre el que descansan una bibliotecaria y unos 80 libros artísticos. Los visitantes del parque se pueden acercar en canoa, kayak, pedaletas o incluso nadando (aunque esto no lo recomiendan por la salud de los libros) y coger prestado cualquiera de los ejemplares, que después devolverán allí mismo o en algunas de las cajas habilitadas para ellos ya en la orilla.

Se trata de un fantástico proyecto de la artista Sarah Peters, quien quería unir dos cosas que le encantan, pero que parecen no llevarse muy bien: los libros y el agua. Y para llevarla a cambo, construyó junto con otra amiga -la arquitecta Molly Reichert- una balsa de madera, y la llenó de libros cedidos por artistas. No esperes bestsellers en la «Biblioteca Flotante» (Floating Library, ese es su nombre), pero sí un montón de libros hechos a mano, originales y creativos. Como explica Peters: «Los libros artísticos no son una forma de arte muy conocida. Así que hay un elemento de sorpresa y de alegría. Lo primero, estar haciendo piragüismo por el lago y encontrarte con una biblioteca. Y luego, darte cuenta de que está repleta de libros totalmente únicos. Es como una invención doble, y puede expandir las ideas de la gente sobre lo que es un proyecto de arte».

Puedes ver varias fotos de la biblioteca flotante en su página de Flickr. Espero que sirva de inspiración para que a alguien se le ocurra hacer lo mismo en otros espacios acuáticos. A poder ser en España.