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Controlando otros tipos de plagas en viviendas: las garrapatas

Garrapata del perro alimentándose

24 Agosto, 2016

El verano ofrece la posibilidad a las empresas del sector de control de plagas de llevar a cabo tratamientos contra distintos tipos de organismos nocivos. Si bien es cierto que las elevadas temperaturas aumentan la actividad de cucarachas, hormigas o ratas, las plagas más habituales; otras especies también nos proporcionan trabajo. En el artículo de esta semana vamos a hablar de un grupo con una importante incidencia en la salud pública. Se trata de las garrapatas.

Hace unos días acudimos a realizar un servicio en una vivienda unifamiliar situada en el barrio de Campamento, en Madrid, cuyo jardín había sido infestado por ellas. En este caso, los propietarios no poseían ningún animal doméstico, sin embargo, las viviendas próximas sí tenían perros, gatos, conejos, gallinas, etc.; posible origen de la infestación.

Las garrapatas son unos artrópodos arácnidos pertenecientes al grupo de los ácaros. Se caracterizan por ser ectoparásitos obligados, es decir, necesitan alimentarse de sangre para poder completar su desarrollo. Por ello, tienen un ciclo de vida complejo, presentando una fase parasitaria de alimentación sanguínea y una fase de vida libre. Durante la primera alternan distintos tipos de hospedadores animales, para lo cual penetran la piel de los mismos con su hipostoma serrado. En la fase de vida libre realizan la ovoposición y las distintas mudas.

Se agrupan en tres Familias distintas. Por un lado está la Familia Argasidae, las conocidas como garrapatas blandas; llamadas así por carecer de escudo quitinoso. Suelen parasitar a aves y entre ellas destaca la garrapata de las palomas (Argas reflexus) de particular interés en medio urbano, puesto que puede aparecer en edificios que alberguen nidos de paloma. En ausencia de sus hospedadores naturales, pueden picar al hombre al invadir las viviendas, desencadenando importantes reacciones de hipersensibilidad. No está demostrado que transmitan ningún patógeno pero tampoco es descartable.

Por otro lado se encuentran las garrapatas duras, pertenecientes a la Familia Ixodidae, con escudo quitinoso. Son las más conocidas y las que están implicadas en la transmisión de importantes enfermedades que posteriormente comentaremos. Entre ellas se encuentra la garrapata común (Ixodes ricinus) y la garrapata parda del perro (Rhipicephalus sanguineus). Existe una tercera Familia, Nuttalliellidae, con un único género y una única especie, que habita en África y de la cual no mencionaremos nada más.

Centrándonos en Ixodidae, hay que decir que estos ácaros poseen una actividad fuertemente influenciada por las condiciones climatológicas. En España, las estaciones más problemáticas suelen ser la primavera y el otoño, cuando la humedad ambiental es mayor. Aun así, son animales extraordinariamente resistentes, capaces incluso de sobrevivir más de un año sin tomar alimento. En cuanto a su forma de alimentación, el proceso de picadura es mucho más lento que el que desarrollan otros organismos hematófagos como los mosquitos, por lo que las garrapatas permanecen adheridas a su hospedador durante largo tiempo. Esto, unido a que suelen elegir zonas del cuerpo donde pasan más desapercibidas, como el cuero cabelludo; y a que muchas especies pueden tener dos o tres hospedadores diferentes, facilita el traspaso de patógenos, convirtiéndolas así en perfectos vectores de enfermedades. Entre las patologías que pueden transmitir destacan la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo, la enfermedad de Lyme o la fiebre botonosa mediterránea.

El principal contacto que el hombre tiene con las garrapatas se produce como consecuencia de la realización de actividades al aire libre como el senderismo, la caza, la recolección de setas, etc. En este caso, las empresas de control de plagas poco podemos hacer. También son frecuentes en zonas rurales, sobre todo si hay explotaciones ganaderas de por medio. En el medio urbano abundan menos y, por lo general, suelen ser las mascotas el foco de infestación. De ahí la importancia de mantener desparasitados a perros y gatos.

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