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Pablo Díaz

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La primavera de la financiación

España parece haber vivido una revolución en cuanto a la manera tradicional de consumo. Los efectos de la crisis han dado lugar al ‘consumo colaborativo’

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En los últimos meses, España parece haber vivido una revolución en cuanto a la manera tradicional de consumo. Los efectos de la crisis económica, unidos al desarrollo de nuevas tecnologías, han dado lugar al llamado ‘consumo colaborativo’.

Estas nuevas formas de compra nacen de la insatisfacción del consumidor con los canales habituales, de su necesidad de optimizar los recursos y de obtener el servicio o producto deseado, en las condiciones deseadas. Tenemos ejemplos recientes de este cambio de tendencia con casos como el de Uber, que provocó protestas por parte del gremio del taxi en varias ciudades.

Del mismo modo, las pymes españolas se han visto obligadas a buscar nuevas vías para acceder a la financiación que la banca tradicional ha dejado de concederles. De hecho, los nuevos créditos a pequeñas y medianas empresas, según datos del Banco de España, acumulan una caída del 12,5% en lo que va de año.

Esta demanda no satisfecha ha dado pie a distintas iniciativas de financiación alternativa para las pymes, algo que podría significar el inicio de una nueva era para el crédito a las empresas. Entre estas iniciativas destacan los fondos del ICO, la creación del nuevo mercado de bonos, el Marf, los fondos de deuda para prestar a pymes −el llamado shadow banking− y más recientemente el crowdleding.

Se ha hablado mucho del crowdfunding, cuya expresión más conocida es la de las aportaciones de los usuarios a modo de donación para llevar a cabo proyectos. Sin embargo, existen otras modalidades como es el caso del crowdlending en la que los particulares conceden créditos a las empresas a cambio de la devolución íntegra del préstamo junto al correspondiente interés. Es decir: los ciudadanos pasan a ser el banco de las Pymes.

En España se trata de una industria incipiente, pero en otros países el crowdlending está mucho más desarrollado y es ya un actor relevante del sector crediticio. En Estados Unidos y Reino Unido existen plataformas muy activas como Prosper o FundingCircle, e incluso algunas se han especializado en función del tipo de préstamo: préstamos para estudiantes (Sofi.com) o destinados a proyectos en países emergentes (Kiva.org).

De momento, el crowdlending en España generó un volumen de negocio de tan solo 30 millones de euros en 2013, pero a nivel mundial movió más de tres mil millones de euros el año pasado. En EEUU, LendingClub, líder del mercado de préstamos entre particulares, respaldado por Google, originó más de dos mil millones de dólares en 2013. Por su parte, durante el mismo año en Reino Unido, las tres plataformas más grandes (Zopa, FundingCircle, y Ratesetter) financiaron juntas préstamos por valor de más de 650 millones de euros.

Aunque quizá el síntoma más evidente de que esta nueva puerta de acceso al crédito ha llegado para quedarse es que la banca tradicional parece estar subiéndose al carro de la financiación alternativa. De hecho, Banco Santander ha firmado recientemente la alianza con Funding Circle y BBVA con OnDeck, otra de plataforma de crowdlending en EE UU.

En otros países, además, los propios gobiernos han depositado su confianza en plataformas de financiación alternativa, como es el caso de Reino Unido. En 2012, el gobierno británico inyectó más de 100 millones de libras en Zopa, una de las principales plataformas de crédito de ese país, con el objetivo de incrementar el acceso al crédito de familias y pymes.

En España, actualmente existe un Anteproyecto de Ley de Fomento de la Financiación Empresarial en trámite. Desde Zencap, como uno de los actores en España del crowdlending, vemos positivo el desarrollo de esta ley −de la que aún se desconocen los detalles− puesto que contribuirá a regular el sector.

Lo que parece innegable es que las nuevas tecnologías están ofreciendo a los ciudadanos la posibilidad de organizarse, a los consumidores de optimizar sus compras y ahora a las pymes a emanciparse de la banca tradicional. Y quien no quiera verlo, está condenado a quedarse obsoleto.

Pablo Díaz, Director de desarrollo de negocio de Zencap en España

En los últimos meses, España parece haber vivido una revolución en cuanto a la manera tradicional de consumo. Los efectos de la crisis económica, unidos al desarrollo de nuevas tecnologías, han dado lugar al llamado ‘consumo colaborativo’.

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