El terrorismo islámico golpeó ayer el corazón político de Londres, en el primer aniversario de los atentados de Bruselas, saldados con 32 víctimas. Un coche y un puñal fueron las únicas armas que necesitó un terrorista para sembrar el pánico a las puertas del Parlamento británico mediante un atropello de viandantes y el apuñalamiento de un policía. El atentado se saldó con cuatro muertos: dos peatones -entre ellos una joven de origen gallego- , el policía agredido y el propio terrorista, abatido por los compañeros del agente atacado. Además, unas cuarenta personas, entre ellas tres policías, resultaron heridas. Dos están críticas.

Una de los fallecidas es de origen gallego, Aysha Frade, de 43 años y con dos hijas pequeñas. Su madre es natural de la localidad coruñesa de Betanzos,a donde la joven acudía con frecuencia todos los años. De hecho, una de sus dos hermanas está casada y reside en la villa betanceira, junto con una tercera hermana. Ambas trabajan en una cademia de idiomas en la villa coruñesa.

Aysha Frade iba arecoger a sus hijas

Aysha Frade realizaba a diario el trayecto en el que le sorprendió el atentado cuando salía de dar clases para recoger a sus dos hijas pequeñas. Las autoridades británicas se pusieron en contacto con la familia después de encontrar su documentación tirada en el lugar, cerca del cuerpo de la mujer, que estaba bajo un autobús. Finalmente se confirmó que era una de las víctimas mortales.

Casada con el portugués John Frade, su nombre de soltera era Aysha Ahmet Caldelas. Además de sus dos hermanas, en Betanzos tiene más familia.

Tras conocer la noticia, el concejal de Deportes e Xuventude del Concello betanceiro, Andrés Hermida, señaló que "Betanzos sufre un duro golpe de mano de la lacra del terrorismo. Nuestro más profundo sentimiento con la familia de Aysha, mujer de origen betanceiro asesinada en Londres".

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Así fue el atentado de Londres

Según la reconstrucción de los hechos facilitada anoche por fuentes oficiales, a las 13.40 (hora local, una hora más en España) el atacante, al volante de un SUV de la marca Hyundai, embocó el puente de Westminster y, en el último tramo del mismo, arrolló, a una velocidad de unos 80 kilómetros por hora, a la gente que caminaba por la acera. El agresor continuó su carrera hasta estrellar el vehículo contra las verjas laterales del Parlamento, a la sombra del Big Ben. Después, ya a pie, se dirigió a la entrada principal del edificio, donde apuñaló a un agente. Cuando se disponía a atacar a un segundo policía, fue abatido a tiros, resultando herido. El terrorista falleció tras su hospitalización.

"Cuando el agresor corría hacia la entrada (del Parlamento), dos personas vestidas con ropa de calle, armados con pistolas, gritaron algo que parecía una advertencia. Él les ignoró. Le dispararon dos o tres veces y cayó", narró un testigo a los medios locales. Durante parte de la tarde de ayer se aireó la posibilidad, luego silenciada, de que el asesino no hubiera actuado solo, sino acompañado de una segunda persona, que habría huido.

Entre los heridos, algunos de los cuales se encuentran en estado de extrema gravedad, los servicios de emergencias tuvieron que rescatar a una mujer que aparentemente cayó al río Támesis cuando el vehículo del atacante se abalanzó sobre ella.

Tres escolares franceses del liceo Saint-Joseph, en la localidad bretona de Concarneau (Finisterre), figuran entre los heridos, al igual que cinco turistas surcoreanos y otros dos rumanos.

En el momento de perpetrarse el atentado, que hasta anoche no había sido reivindicado, la primera ministra británica, la conservadora Theresa May, se encontraba en el palacio de Westminster, donde se sometía a la sesión de control al Gobierno. May abandonó el Parlamento en coche poco después del ataque sin sufrir ningún daño, según confirmó Downing Street, su despacho y residencia oficial en Londres.

Encerrados en el Parlamento tras el ataque en Westminster

Encerrados en el Parlamento tras el ataque en WestminsterLa jefa del Gobierno británico convocó de inmediato al comité de emergencias Cobra, que incluye a sus principales ministros y altos cargos de Defensa y Seguridad, para evaluar la situación.

May condenó el "repulsivo y depravado" atentado y anunció que no habrá cambios en el nivel de alerta terrorista en el Reino Unido, que se mantiene en "severo", el cuarto más alto de una escala de cinco.

Varias personas quedaron atrapadas en el London Eye // ATLAS

Cientos de personas que habían quedado encerradas dentro del Parlamento fueron trasladadas a la vecina abadía de Westminster, según relató por teléfono la periodista española de EFE Paula Baena Velasco, de 24 años, que se hallaba en el grupo. "Somos unas 300 o 400 personas y de momento no sabemos cuándo podremos salir", explicó hacia la media tarde Baena, quien previamente había pasado más de una hora encerrada en diferentes dependencias y en un patio interior del Parlamento. Poco después fueron evacuados.

El comandante de la policía metropolitana de Londres, Ben Harrington, pidió a los londinenses que se mantengan "vigilantes" tras el atentado y anunció que Scotland Yard, la policía británica, desplegó agentes armados por la ciudad y evaluaba otras posibles medidas de seguridad. "Este es un día que teníamos planeado, pero que esperábamos que nunca llegara a ocurrir. Tristemente, ahora se ha vuelto una realidad", dijo el comandante.

Londres sufrió el 7 de julio de 2005 una secuencia de cuatro atentados con bomba contra medios de transporte públicos -tres vagones de metro y un autobús urbano-, que se saldaron con 56 muertos, entre ellos cuatro terroristas, y unos 700 heridos.

Los presidentes de ambas Cámaras del Parlamento de Westminster (Comunes y Lores), John Bercow y Lord Fowler, emitieron un comunicado conjunto en el que ofrecieron sus condolencias a los afectados. El Parlamento autónomo de Escocia suspendió una hora después del atentado el debate que estaba celebrando, en el que iba a decidir si respalda el plan de la ministra principal, la nacionalista Nicola Sturgeon, para promover un nuevo referéndum de independencia con motivo de la salida del Reino Unido de la UE, a la que se opuso una mayoría de escoceses en el referéndum del pasado 23 de junio. Sturgeon expresó su solidaridad con "todos los que están dentro y en los alrededores" de Westminster.