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Kyle MacLachlan: “Si quieres hacer una serie de culto tienes que contratarme”

El protagonista de 'Twin Peaks' analiza su trabajo televisivo con David Lynch y la vuelta de la serie

Kyle MacLachlan en la presentación de la nueva temporada de 'Twin Peaks'.
Kyle MacLachlan en la presentación de la nueva temporada de 'Twin Peaks'.

La críptica descripción de David Lynch se ha hecho realidad. “Todo es Twin Peaks. Twin Peaks lo es todo”, parafrasea su actor, musa y protagonista de la serie, Kyle MacLachlan, de lo que le dijo su director. En los casi 35 años desde que actor y realizador se conocen, da igual lo que hayan hecho juntos (Dune, Blue Velvet) o separados (Showgirls, Sexo en Nueva York o Mujeres desesperadas) la serie Twin Peaks lo es todo en la carrera de MacLachlan. “Siempre, en algún momento, el director, el showrunner, con el que trabaje se me acercará para decirme eso de Twin Peaks cambió mi vida”, relata a EL PAÍS con agradecimiento, respeto y humor. Es lo mismo que piensa el propio MacLachlan, a sus 58 años de vuelta en la piel del agente Dale Cooper, personaje que habitó por primera vez cuando entraba en los 30.

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“David me ha pedido que hiciera cosas como actor que nunca había hecho antes y que, ciertamente, tampoco han sido habituales después”, reconoce el intérprete de esta trayectoria personal y laboral. No será por no intentarlo, porque el actor nacido en Yakima, en el estado de Washington (el mismo en el que transcurre la serie), siempre ha tenido un cierto olfato para aquello fuera de la norma, buscando fuerzas creativas únicas detrás de las series o las películas que ha hecho. “Si quieres hacer una serie de culto tienes que contratarme”, afirma sin tomarse en serio, pero rubricando la fama que se ha ganado.

Lynch está más allá de cualquier liga. Lo cual no quiere decir que siempre se le entienda. MacLachlan es uno de los pocos, si no el único —"creo que Naomi Watts también lo recibió”, apunta— que tuvo acceso al guion de los 18 episodios de la nueva temporada de Twin Peaks (Movistar Series Xtra). El control fue férreo para evitar filtraciones. Y lo que le han enseñado estas décadas de devoción por Lynch es a tener paciencia. “He crecido. Cuando le conocí no paraba de preguntarle cosas. Era insaciable. Pero me di cuenta de que las respuestas vendrían a su tiempo, así que me he relajado”, confiesa con la seguridad de saber que todo encaja. “David crea una realidad que funciona conmigo. Twin Peaks es su obra maestra. Y si no te explota el cerebro con esto, no te explota con nada. De nuevo vuelve a ir más allá de lo que estamos acostumbrados”, asegura.

Kyle MacLachlan (derecha) en uno de sus personajes en la nueva 'Twin Peaks'.
Kyle MacLachlan (derecha) en uno de sus personajes en la nueva 'Twin Peaks'.

En su caso, le gusta de forma especial la posibilidad de explorar el mismo mundo desde ángulos diferentes, dos, tres, tantos como personalidades le ha otorgado su creador. MacLachlan no quiere irse de la lengua. Pero lo hace un poco. “Siempre vi a Cooper como el parapeto contra el mal. Y ahora también interpreto al mal en su forma más pura y variada. Las conversaciones fueron interminables sobre su olor, si tendría mierda en las uñas. Hay quien se cree que estoy bronceado pero lo que estoy es cubierto de polvo, sin haberme lavado”, describe de una de las muchas personalidades en las que se desdobla su actuación en la serie. Pero Cooper sigue en la brecha  25 años más tarde con el mismo aspecto que tenía en sus comienzos, aunque MacLachlan no quiera dar detalles sobre su rejuvenecimiento. “Te puedo decir que soy yo todo el tiempo”, añade misterioso. Solo está dispuesto a compartir otro secreto a voces de su actual trabajo. “Cooper también posee mucho de David Lynch, de su capacidad de enamorarse de algo y hablar de ello durante horas hasta convertirse en un experto en árboles o en café con donuts”, describe. Como dijo Lynch, “todo es Twin Peaks y Twin Peaks lo es todo”.

Café solo

A Kyle MacLachlan le gusta el café tanto como al agente Cooper. "Negro como una noche sin luna", describe. Y si es "Signature Cup" del que vende David Lynch, mucho mejor. "¿Qué te voy a decir si quiero volver a trabajar con él?", añade en broma. Pero al igual que Lynch, prefiere los "cronuts", mezcla de croissant y donut, a los pasteles de cereza. A la hora de beber, el actor se queda con el vino antes que el café. "Tengo tres vinos. El cabernet se llama Pursued by Bear en honor a El cuento de invierno de Shakespeare. El rosado se llama Blushing Bear y el syrah, Baby Bear, en honor a mi hijo que nació ese año. No soy un loco del vino, pero estoy orgulloso de mi bodega", resume de una locura que perfectamente podría compartir con el personaje que le dio la fama.

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