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Observar, experimentar, preguntar: libros para niños que reflejan el mundo
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Observar, experimentar, preguntar: libros para niños que reflejan el mundo

Este año centramos nuestras recomendaciones literarias para niños y jóvenes en libros de conocimientos. Títulos de extraordinaria calidad para acertar con el mejor regalo posible

Foto: Ilustración para 'La selección natural', de Charles Darwin (Nórdica, 2016)
Ilustración para 'La selección natural', de Charles Darwin (Nórdica, 2016)

Llega la Navidad y la literatura infantil y juvenil cobra una visibilidad que no ha tenido durante todo el año. Apresuradamente, los distintos medios de comunicación publican sus páginas de recomendaciones y las redes sociales las comparten: en su mayoría son improvisadas, generosas en tópicos, en frases grandilocuentes y muestran a menudo una mal disimulada nostalgia por la aparición de un nuevo Harry Potter. Hay quien aprovecha la ocasión para sacar a relucir las cifras y, un año más, señalar con inquebrantable optimismo el bienestar económico del mercado del libro para niños (en comparación con el resto de la industria editorial). También está el especialista de turno que se aventura a descubrir la piedra filosofal que hará de nuestros chavales insignes lectores. Y, todavía hoy, podemos encontrar a aquel que no deja pasar la oportunidad de vaticinar la muerte del libro en papel para esta generación de nativos digitales.

Frente a este cansino panorama, uno se pregunta si tiene sentido seguir haciendo recomendaciones. Si todavía vale la pena rescatar el puñado de libros buenos de la marabunta de obras mediocres, oportunistas o aburridas. Si sirve de algo proclamar otra vez que el matrimonio entre escuela e industria editorial produce monstruos. O que, a pesar de las muy buenas intenciones, en su gran mayoría las pequeñas editoriales dan bandazos con libros tan “monos” como insignificantes. Pero, finalmente, uno se pone a ello. Te consuelas pensando que quizás tu recomendación pueda servir para que a algún niño le llegue un libro que le toque.

Muchos niños descubrirán en estos libros un espacio para la imaginación y el juego que no encuentran en las nuevas tecnologías

Este año centramos nuestras recomendaciones en libros de conocimientos. Coinciden en el mercado la traducción de muchos títulos, y alguna que otra producción nacional, de extraordinaria calidad. Sorprende que en un época en la cual los multimedia tienen la capacidad de reproducir con asombrosa fidelidad el mundo natural, la tendencia editorial ha sido la de apostar por la ilustración artesanal. Saturados de alta definición y supuesta interactividad, es muy probable que muchos niños descubran en estos libros un espacio para la imaginación y el juego que no encuentran en las nuevas tecnologías.

'Todos hacemos caca'

Todos hacemos caca

Muestrario de excrementos animales (humanos incluidos), este libro ilustrado ha satisfecho la curiosidad de los más pequeños a lo largo y ancho del mundo. Casi cuarenta años después de la edición original, por fin es traducido al español. A diferencia de muchos otros títulos que posteriormente han apostado por el filón escatológico, Taro Gomi no incurre ni en la ordinariez ni en la apelación humorística a lo repugnante. Antes bien, proclama con natural encanto que, más allá de las diferencias, ¡todos hacemos caca!

El intruso

Antes que solitaria y silenciosa, la lectura de libros infantiles con los prelectores es una experiencia compartida, donde el intercambio y la interacción asientan las bases de una relación afectiva entre el libro y el niño. Pocos son los títulos que experimentan en esta dirección y crean sus propias modalidades de lectura. Aún menos, los capaces de ofrecer verdaderas dinámicas de juego. Bastien Contraire se vale de las dos tintas para presentar un inventario de hermosas siluetas. En los grupos que conforma siempre se cuela un intruso. El juego está en hallarlo. Así, sin saberlo, el niño y el adulto que le acompaña se están iniciando en el gratificante mundo de la lectura compartida.

Diviértete

En contra de lo que se piensa, la imaginación infantil no es algo que viene dado. Claro que está en todos, pero como una potencialidad, como una facultad que hay que desarrollar. Y es que la creatividad necesita ser alimentada, requiere su propio espacio y tiempo. Cuando es compartida y libre, genera mejores momentos y resultados que cuando se realiza individualmente o de forma obligada.

Las propuestas del taller de arte del gran Hervé Tullet sirven de inspiración tanto a aquellos adultos que no saben qué hacer con sus niños más allá del ocio comprado, como a quienes sí acostumbran a dedicarle tiempo a hacer actividades manuales con ellos. Incluso puede ser de gran utilidad para los que tienen intención de hacerlo pero no saben por dónde empezar. Se trata de un conjunto de sugerencias cuyos sorprendentes resultados no solo se materializan en un objeto construido sino, sobre todo, en una nueva forma de apreciar las capacidades creativas de nuestros chavales y, por qué no, de nosotros mismos.

Iluminaturaleza

Tres filtros le permiten al lector encontrar los animales diurnos y nocturnos en un mismo hábitat natural. Avanzamos por un libro de imágenes rojas, verdes y azules sobrepuestas, avistando destinos y especies tan exóticos como maravillosos. Los textos informativos que les acompañan no tienen la espectacularidad de las ilustraciones y a menudo se limitan a aportar informaciones planas y descontextualizadas. A pesar de ello, y de la forzada traducción del título al castellano, se trata de un libro destacable que invita a observar detenidamente una y otra vez.

¡Paténtalo!

Abejas

La editorial polaca Dwie Soistry ha dejado una impronta en la literatura infantil. En un momento en el cual se creía que Google Maps acabaría con los atlas, publicó uno en gran formato, ilustrado al detalle y sin mayores aspavientos didácticos, que se convirtió en un bestseller internacional. Desde entonces, ha seguido ofreciendo originalísimos títulos en los que la factura artesanal, lo inusitado de los temas, la seriedad con la que los trata y su capacidad para conectar con el lector infantil han puesto a la ilustración polaca en la vanguardia editorial internacional. Las láminas de 'Abejas' nos conducen por la gloriosa interacción entre este insecto y el hombre, además de maravillarnos con las peculiaridades etológicas del bicho y explicarnos por qué les debemos a ellas mucho más que la miel.

Por su parte, los inventos recogidos en '¡Paténtalo!' constituyen un singular muestrario de la capacidad del hombre de aspirar a más, del tesón necesario para sobreponerse a los fracasos y de la extensa comunidad de ingeniosos y obstinados personajes gracias a los cuales disfrutamos de máquinas que facilitan nuestro día a día.

Dos títulos excepcionales capaces de hacernos desear convertirnos en inventores o, ¿por qué no?, en apicultores.

Alpha, Bravo, Charlie

Hay libros que tienen el valor de familiarizarnos con aquello que nos resultaba desconocido. Son especialmente destacables los que, además de introducirnos en un nuevo ámbito de conocimiento, producen en nosotros una repentina obsesión por ese saber hasta entonces insospechado. Aunque pueda parecer que los códigos náuticos son algo del pasado, que difícilmente pueden despertar el interés del niño, este libro de banderas de señales pronto nos hace conscientes de nuestro error. Resulta fascinante identificar, por ejemplo, a “Juliet” (una bandera con una franja horizontal azul; otra, blanca y una tercera azul) y comprender su significado: “Tengo incendio y llevo a bordo mercancías peligrosas, manténgase alejado”. Si esto fuera poco, incluso podemos adentrarnos en el aprendizaje del código y aventurarnos a hablar en clave.

50 cosas peligrosas (que deberías dejar hacer a tus hijos)

El reto implica valentía, concentración e interacción con los demás. Supone una experiencia significativa que puede llegar a buen término o, cuando no se consigue, ser un motivo para seguir intentándolo y superar la decepción. El reto es motor de conocimiento y de autoconocimiento. Implica la libertad, el desarrollo de destrezas y, muy a menudo, el trabajo en grupo.

El medio centenar de actividades que este libro propone no están exentas de riesgos. Desde romper cristales a introducirse dentro de un contenedor, desde hacer una talla a subirse al tejado, desde buscar una colmena a cambiar una rueda… Las experiencias planteadas les brindan a los niños la posibilidad de explorar sus propios límites. A los adultos, lidiar con sus miedos.

El curioso árbol prodigioso

No es lo mismo un libro de animales que uno de zoología. Tampoco la experiencia que ambos tipos de lectura proporcionan. La imagen del árbol del conocimiento sobre la que se sustenta este libro tiene la virtud de hacer una alusión directa a la obra del gran naturalista sueco Carlos Linneo. Sirve, además, para estructurar los fascinantes capítulos que componen la obra. Sin embargo, lo más destacable de la alusión al árbol es que consigue transmitir esa sensación de envergadura que experimentamos cuando elevamos nuestra cabeza para contemplar la magnificencia de, por ejemplo, un roble.

Podemos recorrer las páginas del libro de principio a fin, saltar de aquí para allá o abrirlo al azar. No se trata de una obra que exige una lectura pautada. No obstante, siempre tenemos la sensación de que todo está relacionado, de que aquello que llama nuestra atención nos conducirá a otro capítulo, de que comprendiendo a otro ser vivo es mucho de lo que entendemos de nosotros mismos. Un libro, sin lugar a dudas, excepcional.

Ahí fuera

El concepto de naturalista ha caído en desuso. Hace no muchos años, cuando la lectura de Gerald Durrell causaba furor y no era inusual encontrar chavales que de mayor querían tener un zoológico, se publicaban guías para jóvenes naturalistas que brindaban directrices y consejos para observar, comprender e inquirir esa naturaleza que está allí, muy cerca de nosotros.

La editorial portuguesa Planeta Tangerina ha apostado por una reapropiación del género y nos ofrece un pequeño tocho capaz de convertirse en un verdadero aliciente para salir de casa y detener la mirada aquí y allá: en los rastros de animales y en la observación de aves, en la variedades de rocas y en la vida que se esconde en las pozas de mar, en la identificación de nubes o de los huevos… Su valor no solo es práctico. Una lectura desordenada del libro, la contemplación de sus ilustraciones, el buscar en otras obras o en internet lo que aquí apenas se menciona… nutren la fantasía y el deseo por conocer y experimentar de quienes cuando crezcan querrán ser naturalistas.

Cabe destacar la adaptación de Greta Boix. Por su extraordinario trabajo de contextualización merecería haber aparecido en la cubierta del libro.

Cuéntamelo todo

A pesar de los grandes avances que ha tenido nuestra sociedad en los últimos años y de la aparente normalidad con la cual vivimos y disfrutamos del sexo, la educación sexual todavía es un tema tabú tanto en el espacio escolar como en el ámbito familiar. Basta comparar cómo se aborda su enseñanza en España y en Alemania para darse cuenta de hasta qué punto siguen estando presente entre nosotros una serie de prejuicios, silencios, temores y medias verdades.

'Cuéntamelo' todo es un libro claro, franco y muy bien ideado. Compuesto por ciento una preguntas formuladas por alumnos de tercero y cuarto de primaria a la pedagoga sexual Katharina von der Gathem, tiene el mérito de aclarar dudas, tratar con normalidad los sentimientos y cambios que los chavales experimentan e incluso emplear el humor. Sirva de muestra de algunos interrogantes: ¿Los bebes se tiran pedos dentro de la barriga?, ¿se puede tener hijos sin sexo?, ¿por qué se caen los pechos?

La aventura atómica del profesor Astro Cat

La metáfora de la aventura es una imagen recurrente en los libros de conocimiento para niños que en pocas ocasionas satisface las expectativas. Es harto difícil alcanzar un ritmo trepidante de emociones y acciones cuando se busca transmitir los principios elementales de, por ejemplo, la física.

Astrocat es para muchos lectores un héroe. Tiene algo de Indiana Jones y del maestro de 'Érase una vez' el hombre pero, sobre todo, es capaz de explicar en términos cercanos complejas teorías, de hacernos visualizar conceptos abstractos y de experimentar por cuenta propia esas leyes que nos resultaban tan impenetrables. Hace un año quedamos fascinados con 'El profesor Astrocat y las fronteras del espacio'. A pesar de que la nueva entrega aborda una temática más exigente, la aventura atómica consolida a este gato científico, y al ratón que es su fiel compañero, como héroes que nos sumergen en un universo extraordinario.

placeholder 'Pequeños grandes gestos'
'Pequeños grandes gestos'

Pequeños gestos por la tolerancia

'La virtud en la mirada' (Pre-textos) es un esclarecedor ensayo escrito por el filósofo Aurelio Arteta sobre la admiración moral. En él reivindica no solo nuestro reconocimiento de la virtud en quien la profesa sino también el deseo a emular a la persona venerada. Su lectura no deja de producir sentimientos encontrados entre quienes batallamos contra la arraigada presencia y prescripción de obras edificantes para niños y jóvenes. Pues este tipo de libros suelen ser instrumentos adoctrinadores que, con diferentes contenidos, son empleados tanto por la Iglesia como por la progresía; por el feminismo y los defensores de los valores tradicionales; por los supuestos defensores de los pueblos oprimidos y los baluartes de regímenes autoritarios. Usualmente, no son más que relatos estereotipados y maniqueos al servicio de una moraleja fofa y evidente. Ante este panorama es difícil defender obras literarias con clara intencionalidad moralizante.

La colección 'Pequeños grandes gestos' ofrece una nueva perspectiva. Cada título de la colección reúne bajo un tema común a personalidades más o menos conocidas, cuyo empeño y constancia son ejemplos de cómo una sola persona puede mejorar la vida de muchas otras. Francisco Llorca elabora textos sucintos y atractivos, capaces de armonizar lo estrictamente informativo con una narración eficaz que atrapa la atención del lector. La ilustración, en este caso de Elena Hormiga, tiene gran potencia gráfica y su sentido conceptual aporta una nueva dimensión al libro.

Un mundo asombroso

Los libros de 'Lecciones de cosas' constituyen un apasionante género del pasado. En sus páginas tenían cabida la información enciclopédica, la enseñanza práctica, la descripción visual, la curiosidad inútil y la divulgación de los últimos hallazgos científicos. Esta amalgama de saberes inconexos solía estar profusamente ilustrada y constituir una lectura recreativa que no distinguía entre franjas de edad ni niveles de conocimiento.

Para la reapropiación de este género, en este libro James Brown y Richard Platt han modernizado el tono narrativo y simplificado al máximo la representación gráfica. También los contenidos se han abierto a nuevos temas (como la anatomía de una bicicleta, las formas imposibles o la escala Mohs de la dureza de los animales) y abandonado los conocimientos agrícolas, veterinarios o constructivos que en el pasado tenían tanto peso. El resultado es un volumen sorprendente que consigue ser fiel a la tradición sin apegarse totalmente a ella.

Aproxímate

La ciencia para todos no es solo un lema que agrupa las seis obras divulgativas publicadas hasta la fecha por Fernández Panadero. Es, sobre todo, la meta que este noble profesor se ha planteado: democratizar el conocimiento. Para ello, no es suficiente con explicar al gran público conocimiento que se ha obtenido a través del método científico. A su juicio, es fundamental que además todos tengamos la posibilidad comprobarlo personalmente. De allí el sentido y valor de un libro de experimentos.

'Aproxímate' nos invita a medir, calcular, estimar, comprobar. Para ello nos valemos de las matemáticas, del sentido común y de materiales cercanos y accesibles. Sus propuestas van desde medir el grosor de un folio hasta adentrarse en la teoría de la probabilidad tomando como ejemplo la lotería o el ADN, o comprobar por qué un 10% más un 5% no es un 15% A medida que avanzamos por los experimentos, comprobamos orgullosos cuánto hemos aprendido y cuánto nos queda por saber.

Yokai

El Londres de Sherlock Holmes o de Jane Austen, el Madrid de Pérez Galdós, el mapamundi que indica el recorrido de Phileas Fogg en su apresurada vuelta alrededor del mundo o un paseo por el Vetusta de Leopoldo Alas «Clarín» son algunas de las empresas que han trazado los cartógrafos de 'Aventuras literarias'. Si estos mapas eran una tentadora invitación al viaje, el atlas del Japón mitológico tiene el valor añadido de producir en muchos de sus lectores la atracción por una terra incógnita y sus habitantes. No olvidemos que en este conjunto de archipiélagos habitan los más sorprendentes seres. Espíritus, monstruos y demonios que, en la mayoría de los casos, no tienen contemplación alguna con las intromisiones humanas. Por eso es de especial utilidad esta guía: ella nos permite identificarlos y seguir al pie de la letra las instrucciones de supervivencia.

La selección natural

A Charles Darwin hay que reconocerle que escribía extraordinariamente bien. Tiene el don de hacer próximo, lo complejo; de construir hermosas descripciones; de dominar el arte de ejemplificar; de ostentar una prosa clara, elegante y limpia e, incluso, de crear estructuras narrativas con suspense. Sin embargo, no hay que negar el paso del tiempo. Su lectura no está exenta de dificultades para el lector contemporáneo. En especial, si se trata de un joven.

Por ello es de celebrar esta edición. Compuesta por tres capítulos de 'El origen de las especies', brinda una aproximación directa a la prosa y el pensamiento de Darwin. Las ilustraciones de Ester García aportan un trabajo de conceptualización en el que, al tiempo que ofrece imágenes que sintetizan el argumento y tienen una profunda huella mnemotécnica, y sirven de eficaces señuelos para captar nuestro interés. Un planteamiento riguroso e imaginativo que trasluce belleza y conocimiento. En definitiva, una lectura que le exige un esfuerzo al joven lector y lo recompensa con creces

Llega la Navidad y la literatura infantil y juvenil cobra una visibilidad que no ha tenido durante todo el año. Apresuradamente, los distintos medios de comunicación publican sus páginas de recomendaciones y las redes sociales las comparten: en su mayoría son improvisadas, generosas en tópicos, en frases grandilocuentes y muestran a menudo una mal disimulada nostalgia por la aparición de un nuevo Harry Potter. Hay quien aprovecha la ocasión para sacar a relucir las cifras y, un año más, señalar con inquebrantable optimismo el bienestar económico del mercado del libro para niños (en comparación con el resto de la industria editorial). También está el especialista de turno que se aventura a descubrir la piedra filosofal que hará de nuestros chavales insignes lectores. Y, todavía hoy, podemos encontrar a aquel que no deja pasar la oportunidad de vaticinar la muerte del libro en papel para esta generación de nativos digitales.

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