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Los sórdidos últimos años de Stan Lee: cómics firmados con sangre, estafas, denuncias de maltrato...

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Cinco cosas que tienes que saber de Stan Lee EL MUNDO

Los últimos años no han sido fáciles para los seguidores de Stan Lee. El autor que se ganó la admiración de personalidades tan dispares como Alain Resnais, Federico Fellini, Ronald Reagan, Barack Obama o George R. R. Martin parecía vivir en dos universos alternativos como los que plasmó en sus cómics: en uno era el dicharachero abuelete que le había robado el puesto a Hugh Hefner en cuanto a ser más envidiado del planeta, apareciendo en todas las películas relacionadas con Marvel e intentando convencer a su vecino angelino, Leonardo DiCaprio, para que lo interpretase en una película sobre su vida. Por otro lado, medios como TMZ, The Hollywood Reporter, The Daily Beast o The Daily Mail iban cediéndose el turno para publicar distintas informaciones sobre su vida diaria, a cada cuál más truculenta: cómics firmados con su sangre, una supuesta hija maltratadora, enfermeras acosadas...

Antes de la muerte de la que fuera su esposa durante siete décadas, Joan Lee, el 6 de julio de 2017, las noticias sobre Stan Lee se dividían generalmente en dos vertientes: las relacionadas con su peso real en la creación del Universo Marvel y su mal ojo con las empresas. Tras abandonar oficialmente Marvel en 1996 (aunque estuviera toda su vida ligado a ella como "el padre" de la misma), acabó denunciando a la compañía al no recibir ni un dólar tras el estreno de la película de Spiderman dirigida por Sam Raimi en 2002. La demanda se zanjó tres años después con una indemnización de la que nunca se ha revelado la cantidad, aunque varias fuentes señalan que rondaría los 10 millones de dólares.

En 1998, con 75 años, fundó con el empresario Peter F. Paul Stan Lee Media, una empresa que buscaba crear producciones animadas basadas en nuevos personajes de su creación. Dos años después, Lee abandonaba la empresa, que no obstante siguió usando su nombre. Es más, en 2012, la compañía incluso presentó una demanda contra Walt Disney en un tribunal de Colorado. Le reclamaba "varios miles de millones de dólares" por los derechos de todos los personajes Marvel que a su entender, Lee les había cedido. Disney, que en 2009 había adquirido Marvel Entertainment por 4.300 millones de dólares, ganó el juicio dos años después. Era la sexta demanda relacionada con los personajes co-creados por Lee que perdía Stan Lee Media.

Lejos de amilanarse, en 2001 Lee montó otra empresa, POW! Entertainment, con la idea de desarrollar series de TV y películas basadas en nuevos superhéroes de su creación. Esta corrió mejor suerte: de ella salieron cómics online, series de televisión, realitys... Incluso en 2009 Disney compró el 10% de la empresa de Lee por 2,5 millones de dólares. Pero el 15 de mayo pasado, los medios económicos publicaban una sorprendente noticia: Stan Lee demandaba a su propia empresa. La demanda, interpuesta en el tribunal de Los Ángeles, acusaba a la compañía de fraude y de apropiación de imagen tras ser vendida a una empresa china el año 2017. La demanda señalaba que Stan Lee fue engañado para aceptar el trato, que le entregaba a los nuevos dueños de POW! todos los derechos sobre su imagen, su nombre y su obra. Además de eso, los acusaba de haber intentado robar su cuenta de Twitter y de hacerse pasar por The Man.

Entraba ya en juego una siniestra figura, la de Keya Morgan, un manager presentado a Lee por su propia hija, Joan Celia Lee, y que al parecer dirigía las finanzas del artista... Hasta que el pasado mes de agosto un tribunal de Los Ángeles dictó una orden de alejamiento sobre Morgan, al que acusaban de haber robado cinco millones de las arcas del artista mientras se inventaba llamadas falsas a la policía denunciando presuntos ataques contra Lee.

Empezaba ahí el tour de force de noticias truculentas: en abril de 2018 se acusó a su hija de supuestos abusos físicos y psicológicos; posteriormente saltó la noticia de que varios "buitres de Hollywood" buscaban meter mano en la fortuna de Lee, valorada en 50 millones de dólares. Lee quiso calmar a sus aficionados con un vídeo donde desmentía estar "secuestrado" por su hija, seguido de una entrevista en The New York Times que estuvo acompañada de tranquilizadoras visitas de autores como Kevin Smith y Todd McFarlane.

Pero todo el que disfrutó con un cómic del creador de La Casa de las Ideas seguía con la mosca detrás de la oreja. Después de dejar de acudir a las convenciones por sus problemas de vista y una neumonía, surgió la noticia de que varios cómics de Black Panther (Pantera Negra) firmados por él tenían tinta... y su propia sangre. Es más, la propia tienda Avengers S.T.A.T.I.O.N., situada en Las Vegas Strip, publicitaba esos dos ejemplares como "firmados por el autor con tinta de ADN líquido". En azul y en dorado y con un certificado de autenticidad, por si había dudas.

A ello se le sumaron otra lista de acusaciones: un cheque falsificado con su firma en el que donaba 300.000 dólares a Hands of Respect, una falsa organización benéfica; una extraña compra de un condominio en West Hollywood por 850.000 dólares y, el más impactante, las declaraciones de varias enfermeras que denunciaban que Lee había tenido comportamientos inadecuados con ellas. Unas acusaciones que según el último abogado de Lee, Kirk Schenck, eran una nueva manera de extorsionar al creador, que había tenido también problemas legales con otros dos ex asesores, Max "Mac" Anderson y Jerry Olivares. En sus últimos años, el autor que pobló el mundo de superhéroes acabó rodeado de supervillanos.