El arte para ganar conversos encargado por los religiosos españoles en los países andinos

  • Entre los siglos XVII y XIX, dominicos, franciscanos, mercedarios y jesuitas sembraron de pinturas las nuevas iglesias de América del Sur.
  • Para ganar conversos, los religiosos encargaron cuadros a artistas locales que combinaban el dogma católico con las iconografías locales.
  • 'Doctrina y devoción' expone en Chicago una elocuente colección.
Árbol genealógico de la orden de los mercedarios, pintado por un artista sin identificar a mediados del siglo XVIII
Árbol genealógico de la orden de los mercedarios, pintado por un artista sin identificar a mediados del siglo XVIII
Carl and Marilynn Thoma Collection
Árbol genealógico de la orden de los mercedarios, pintado por un artista sin identificar a mediados del siglo XVIII

Desde que España inició la colonización de América, el poder del reino convertido en imperio se esmeró para conseguir permiso de la iglesia católica para evangelizar a los habitantes de las tierras recién descubiertas. El papa Alejandro VI estableció como obligación de la Corona de Castilla de convertir a todos sus súbditos, incluidos los amerindios, al cristianismo católico.

Una considerable cantidad de misioneros de distintas órdenes viajaron a América desde el segundo viaje de Colón, que llevó monjes mercedarios, capellanes oficiales de los ejércitos castellanos. Luego llegarían los franciscanos (1500), que se distribuyeron sobre todo en las Antillas, México y Perú y a continuación en las tierras del Río de la Plata; los dominicos (1510) fueron enviados a México y Perú, y los jesuítas, que, pese a llegar en último lugar, fueron los más numerosos y los que más terreno cubrieron.

Adoctrinamiento

A diferencia de otros imperios colonizadores, los religiosos españoles aceptaron en general a los indígenas como personas con alma y centraron su esfuerzo en adoctrinarlos y convertirlos a la religión romana. La estrategia de las órdenes religiosas estaba basada en el adoctrinamiento, a su vez asentado en el compromiso de los conquistadores para asumir la evangelización.

Los niños indígenas recibían clases de religión a diario y los adultos tres días por semana. Los conventos se convirtieron en centros neurálgicos de nuevos asentamientos de población. Además de escuela, disponían de enfermerías y talleres de artesanía.

Una exposición en el Instituto de Arte de Chicago muestra cómo las órdenes religiosas introdujeron el mecenazgo y la formación artística para utilizarlas como instrumentos de ayuda en el objetivo evangelizador. Doctrine and Devotion: Art of the Religious Order in the Spanish Andes (Doctrina y devoción: arte de las órdenes religiosas en los Andes españoles), que puede verse hasta el 25 de junio de 2017, es una elocuente muestra de la forma en que la metodología de la evangelización estaba también basada en la transculturización, combinando el dogma católico con las iconografías locales.

Transculturización

La exposición muestra 13 pinturas de artistas de América del Sur datadas entre los siglo XVII y XIX y encargadas por dominicos, franciscanos, mercedarios y jesuitas. En casi todos los casos son obras de las que no ha trascendido ni siquiera el nombre de los artistas, todos ellos pertenecientes a talleres relaci0nados con los templos a los que estaban destinadas las obras.

En la competición por conseguir más fieles, los religiosos recurrían a la plasmación de escenas donde aparecen los próceres de las órdenes —San Francisco de Asís, por ejemplo, es mostrado en una crucifixión al lado de la Virgen—. La pieza más singular es el árbol genealógico de los mercedarios, donde la planta nace del costado del cuerpo yacente del fundador, San Pedro Nolasco.

'Ganar conversos'

Cuando Francisco Pizarro llegó a Perú con un mandato de Carlos V para imponer la ley, el orden y la religión católica, en la sociedad indígena los misioneros "dependían en gran medida de las obras de arte para ilustrar sus sermones y lecciones y ganar conversos", explican los organizadores de la muestra. A raíz de la reforma protestante, la iglesia católica intensificó el uso de las imágenes como "herramientas e instrumentos de devoción pedagógicos".

primaban el tenebrismo Es revelador comprobar como los cuadros, que no tienen gran altura figurativa y en ocasiones rozan lo naíf, son mucho más luminosos que los de las escuelas de la misma época en España, donde primaban el tenebrismo y las obras de arte basadas en el castigo eterno a los pecadores. Los pintores andinos y sus mecenas fintaban estos temas y preferían dar una imagen de bondad, gozo y paz eternas.

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