Este año murieron 59 personas ahogadas en Galicia, cifra que duplica la del 2015

Laura García del Valle
laura g. del valle REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Los ahogados en Galicia
La Voz

Los expertos aseguran que el punto de inflexión lo marcó el año 2012, cuando se aprobó un decreto según el cual se fijó la formación mínima de socorristas y se reguló su registro profesional

02 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Las muertes por ahogamiento en los once primeros meses del año se han prácticamente duplicado en Galicia con respecto al año pasado. Si en el 2015 perecieron 34 personas en playas, piscinas, ríos o puertos, este año la cifra ha ascendido a 59. Además, de los fallecidos, en el 93 % de los casos ocurrieron en situaciones en las que se carecía de vigilancia profesional.

Según el informe nacional de ahogamientos, publicado por la Federación Española de Salvamento y Socorrismo, la comunidad gallega es, después de Canarias, en la que más personas han muerto en el agua, representando un 15,8 % del total de España -en este porcentaje se incluyen también las muertes en pozos-. Esta situación no impresiona a Nuria Rodríguez, presidenta de la Federación de Salvamento e Socorrismo de Galicia, que afirma que «se está confirmando lo que vaticinamos».

Para esta experta, el punto de inflexión lo marcó el año 2012, cuando se aprobó un decreto según el cual se fijó la formación mínima de socorristas y se reguló su registro profesional. Esto fue provocando un efecto embudo que este verano llegó a su máxima -o mínima- expresión. «Durante la época estival muchas playas estuvieron sin socorristas; les hemos metido tanta presión a los socorristas con las horas de formación y los precios que nos estamos quedando sin ellos. Es más, viendo lo que ha pasado en Galicia el resto de las comunidades han decidido no seguir nuestro modelo», explica Rodríguez.

Llama la atención que tan solo en el mes de octubre no se ha producido ningún accidente mortal en playas, piscinas o ríos. Para la responsable de esta federación esto se debe a que «la población no hace ni caso de las medidas de prevención, hay veces que las olas son horribles y la gente se mete en el agua solo para hacerse la foto», concluye.