En Garibaldi, el homenaje popular al Divo

domingo, 28 de agosto de 2016 · 23:07
CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).- En tanto se deciden los detalles del homenaje oficial que recibirá Juan Gabriel -fallecido este domingo en su casa en Santa Mónica, California-, en el Palacio de Bellas Artes, de manera espontánea mariachis y visitantes de la tradicional Plaza Garibaldi se congregan frente a la estatua que le realizó el escultor Óscar Ponzanelli, para rendirle un homenaje popular. Cantando algunas de las más famosas composiciones del cantautor nacido en Parácuaro, Michoacán, el 7 de enero de 1950, como No tengo dinero, el Noa Noa y la infaltable Amor eterno, que habla del fallecimiento de su madre ocurrido en 1974 en Acapulco, y que ahora la gente tomó como un himno de despedida: “Amor eterno e inolvidable tarde o temprano estaré contigo para seguir amándonos…” Ubicada al lado de la escultura del ídolo de Guamúchil, Pedro Infante, y frente a la del compositor Manuel Esperón en el paseo de las esculturas de Garibaldi, la figura de Juan Gabriel, plasmado en traje de charro, ha sido llenada de ramos de flores y veladoras y a su alrededor se congrega la gente a cantar. Por momentos con mariachi o con el acompañamiento de alguna guitarra o de plano a capella despiden al artista que probó las primeras mieles del éxito televisivo en el TV Musical Ossart, al lado del otrora famoso cantante Roberto Jordán y Verónica Castro, considerada entonces el rostro más bello de la televisión. Y mientras se lleva a cabo este popular homenaje, en el bar Tenampa, cuyas paredes exhiben los rostros de Jorge Negrete, Javier Solís, José Alfredo Jiménez y otros intérpretes de la canción vernácula, las mesas corean también las canciones del llamado Divo de Juárez, aunque de manera más festiva y en medio de copas. En la plaza algunos recuerda vagamente que Juan Gabriel asistió alguna vez, otros dicen con cierto enojó que jamás asistió a la típica fiesta de Santa Cecilia, con la cual se celebra el día del músico cada 22 de noviembre. Como sea están ahí para darle el último adiós.

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