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Cocina a bordo. El Aguacate da juego

26 abril 2016

El aguacate es una fruta, si, una fruta, muy interesante y que da mucho juego por su versatilidad. Una virtud cuando hablamos de cocina a bordo, como hoy les descubriremos.

Aunque el aguacate que podamos encontrar en grandes superficies suelen estar un poco verdes, el ambiente marino tiene esas cosas como acelerar la maduración de los vegetales crudos. No me pregunten por qué, pues sin saber muy bien al motivo les aseguro que así es. Por lo tanto, si compramos a un par de días vista, no se preocupen si en la estantería del super o la frutería están un poco más duros de lo que tocaría.

Además, la propuesta por partida doble de hoy es un ejemplo típico en un barco de vacaciones: resolver como improvisar… con buena nota. Así que no sean muy “mirados” con el punto de madurez. Una de las carencias habituales de la cocina a bordo es la falta de “verde” en las recetas marineras. Por eso, estas propuestas con el aguacate aún resultan más interesantes, y ambas entran en la sección cocina express y sin complicaciones. Eso sí, muy resultonas.

¿Qué diantres pinta esta fruta tan tropical en nuestra gastronomía marinera? Pues mucho, veamos. La sugerencia sirve como aperitivo o entrante perfectamente, simple cuestión de cantidades. La primera es una, llamémosle ensaladilla, con aguacate, palitos de cangrejo y salsa rosa. Podemos adornarnos y añadir algún ingrediente más, pero para mantener el principio de sencillez e inmediatez, lo dejamos aquí. La salsa rosa de bote, y si no a una mayonesa le añaden un poco de kétchup, unas gotas de whisky o ron añejo, y si pueden un chorrito de zumo de naranja. Salpimentamos y a por al casting de Masterchef. Cortamos el aguacate en dados pequeños, los palitos de cangrejo en rodajas muy finas, lo mezclamos con la salsa y listo para devorar.

Aguacate molido 1

La segunda sugerencia es muy semejante. Al aguacate le añadimos atún en conserva y salsa mayonesa. Aquí es más fácil enriquecerla con alguna alcaparra, pepinillo o similar. Esta vez, el aguacate lo chafamos con un tenedor, para que tenga una textura distinta, más “aguacamoleada”. Debemos escurrir bien el aceite del atún, si no la receta será muy grasienta. Lo desmenuzamos muy fino, podemos ayudarnos también con un tenedor, y ya solo nos queda mezclar el aguacate, el atún y la mayonesa. Son dos variantes de una misma base, pero con sabores dispares, uno dulce y otro salado, que son perfectamente compatibles en una misma mesa.

Salen más opciones para combinar el aguacate. Una podemos completarla con gambas pequeñas y tacos pequeños de tomate, aliñando con vinagreta o simplemente aceite y vinagre. Otra… mejor que dejen volar la imaginación y jueguen, porque el aguacate da mucho juego.

Un truquillo. Para evitar que el aguacate se oxide sin tener que estropearlo con zumo de limón o “bañarlo” en vinagre, no tiren el hueso y pónganlo en el centro del bol o plato tras mezclarlo todo. Tiene un efecto mágico evitando que se oxide. Tampoco sé por qué, pero si sé que funciona.

Vayan practicando, aunque sea ahora en tierra firme, que zambullirse en el mar justo antes de comer y que te reciban a bordo con estos entrantes es un placer. Y como vamos a estar fondeados, acompáñenlo de un vino blanco seco. Si les gusta, brinden algún sorbo a mi salud.