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El Ateneo ferrolano, en la picota por una factura que el Ayuntamiento rehúsa pagar

El PP se niega a abnonar un gasto de 39.000 euros comprometido por el anterior gobierno

Manifestación en solidaridad con el Ateneo de Ferrol
Manifestación en solidaridad con el Ateneo de Ferrolgabriel tizón

135 años de historia atascados en el almacén de una empresa de mudanzas. El futuro del Ateneo Ferrolán, una entidad fundada en 1879 y que se ha destacado siempre por su defensa de la cultura y del pensamiento crítico, está en la cuerda floja por una factura de 38.936,90 euros que el Ayuntamiento de la ciudad rehúsa pagar. Es el importe que la empresa Mudanzas Félix le reclama al Ateneo por el traslado y almacenamiento de los fondos bibliográficos de la entidad en cinco contenedores aparcados durante años en una nave industrial desde que comenzaran las obras para rehabilitar el inmueble que ocupa en el número 202 de la calle María. La mudanza fue forzosa para dejar paso al proyecto que el anterior gobierno municipal (PSOE-EU) emprendió en 2010 para remozar un edificio del siglo XVIII.

 La directiva del Ateneo, que preside el historiador Eliseo Fernández, sostiene que existía el compromiso de que los costes generados por el traslado de los fondos se cubrieran con dinero público porque la entidad cultural, que se financia con las exiguas cuotas de sus 300 socios y mantiene tres empleos, no podía afrontar ese gasto extra. La rehabilitación terminó en 2012, cuando el bastón de la alcaldía ferrolana ya había cambiado de manos, del PSdeG al Partido Popular. Mientras el Ateneo y el nuevo equipo de gobierno local, que encabeza José Manuel Rey, discutían por ver a quien le tocaba pagar, los intereses de la deuda engordaron y la empresa de mudanzas recurrió el pasado febrero al juzgado para asegurarse el cobro. El juicio se celebró el pasado miércoles en Ferrol y ha quedado visto para sentencia. Del fallo dependerá la continuidad del Ateneo, institución que ha servido de paraguas cultural para cobijar conferencias, ciclos de cine, exposiciones y espacios abiertos al debate durante más de un siglo.

“El traslado no fue un capricho, fue a causa de una obra promovida por el Ayuntamiento y se realizó de acuerdo con la dirección de la obra”, justifica la directiva del Ateneo. La entidad se refundó en 1976, tras cuatro décadas de silencio obligado por la dictadura que dirigía un ferrolano, y sus actuales dirigentes denuncian con amargura que han sido “marginados” dentro de su propia sede —confinados a la última planta y bajo cubierta del edificio— y alejados de cualquier ayuda pública por la sencilla razón de que le resultan “incómodos” a “un gobierno municipal autoritario” que, según ellos, los acorrala por asfixia económica. Su biblioteca, defienden, contiene ejemplares únicos de publicaciones periódicas de finales del siglo XIX y principios del XX, así como obras de arte legadas por socios y colaboradores.

En las últimas semanas, la entidad ha multiplicado sus esfuerzos en las redes sociales con una campaña por la salvación del Ateneo que suma 1.360 firmas virtuales. La víspera del juicio se reunieron medio millar de personas en una concentración al pie del Ayuntamiento tras la pancarta Salvemos o Ateneo. Patrimonio da cidade, que respaldaron el PSdeG, Esquerda Unida, BNG y Anova, y docenas de vecinos. La coordinadora de EU y viceportavoz de AGE, Yolanda Díaz, pidió desde Santiago a la Xunta que intervenga para “preservar” los fondos de una entidad que es una seña de identidad de la cultura ferrolana.

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