SAN JOSÉ: 6 PASOS PARA CONVERTIRTE EN EL MEJOR PADRE DEL MUNDO

Imagínate que a tu país le declara la guerra el vecino. No tiene más razón que la ambición, os quiere matar o esclavizar a todos por puro fanatismo. Se han agotado todos los medios pacíficos. No tienes más remedio que como buen ciudadano defender tu patria con las armas y te vas al cuartel.

¿Te gustaría que el oficial de instrucción fuera un despreocupado que os diera a todos licencia para que cada uno haga lo que quiera? ¿O más bien que fuera un militar responsable que te enseñe a cumplir tu misión, a sobrevivir en las situaciones más difíciles y a salvar la patria?.

Puede parecerte un ejemplo tremendista, pero ¿cuántas veces hemos escuchado que el futuro de la humanidad pasa por la familia?

Por ejemplo, San Juan XXIII dice: “Este santuario (la familia) está amenazado por tantas insidias. Una propaganda a veces no controlada se vale de los poderosos medios de la prensa, del espectáculo y de la diversión para difundir, especialmente entre jóvenes, los gérmenes nefastos de la corrupción. Es necesario que la familia se defienda”.

regalo de NavidadHoy día una de las causas en el mundo que más hacer derramar lágrimas amargas a los padres es la perdición espiritual y a veces también material de sus hijos.

En muchísimos casos esto ha sido posible gracias al error funesto de Rousseau: que el hombre se educa mejor a sí mismo perdido en el bosque.

Hay mucha preocupación de convertir a los hijos en máquinas de ganar dinero y de dejarles una buena herencia para que no pasen las necesidades de los tiempos pasados.

Luego se comprueba con dolor no pocas veces que toda esa riqueza y prosperidad sólo sirvió para intoxicarlo de animalidad a falta de una amorosa instrucción espiritual. Se lanzó al soldado a la guerra armado hasta los dientes… y saltaron por los aires con una granada en la boca. Pero si prestas atención a lo que sigue puedes estar a tiempo de salvar a tu hijo…

En la familia no debería haber dos instructores, sino uno sólo lleno de amor, la comunidad conyugal, el padre y la madre, que son una unidad de dos. En la sagrada tarea de la educación de los hijos deben actuar juntos y en perfecta coordinación, sobre todo delante de ellos. Pero como vamos a aprovechar el modelo de San José, hablaremos expresamente del padre.

Lo primero es replantear el problema de la educación. Dime qué quieres que sea tu hijo y yo te diré qué clase de padre eres.

¿Quieres que tu hijo sea un gran bienhechor de la humanidad? ¿Un formador integral de hombres para la eternidad? ¿Un esposo o esposa maravilloso que tenga capacidad ilimitada de amar con la más pura intención?

Por consiguiente, ¿quieres que sea un hombre dispuesto al sacrificio por el más necesitados, empezando por los suyos? ¿Quién sabe si tú, padre de familia, serás el primer agraciado o la primera víctima de tus hijos?

“Porque el que siembra en su propia carne, de la carne cosechará corrupción; y el que siembra en el Espíritu, del Espíritu cosechará vida eterna” (Ga. 6,8).

“Tres son las sociedades necesarias, distintas, pero armónicamente unidas por Dios, en el seno de las cuales nace el hombre: dos sociedades de orden natural, tales son la familia y la sociedad civil; la tercera, la Iglesia, de orden sobrenatural” (Divini illius Magistri, Pío XI).

La sociedad civil está cada vez más alejada Dios. La Iglesia cada vez tiene menos influencia y es más atacada por los medios de comunicación e incluso por muchos gobernantes.San José

Queda la familia… Si Satanás consigue destruirla o anularla en su función educativa, tus hijos serán carne de cañón. “Este deber de la educación familiar es de tanta trascendencia, que, cuando falta difícilmente puede suplirse” (Concilio Vaticano II, GE,3).

No existe ningún colegio en el mundo que pueda suplir plenamente la educación cristiana de parte de los padres.

La persona de San José también es una revelación:

1. A San José le gustaba pasar tiempo con su familia

Conviene que el padre esté mucho tiempo en casa, que sus mejores amigos sean su mujer y sus hijos, que le encante jugar con ellos. Que tu hijo piense: “Me gusta estar conmigo”. Subirás a la inteligencia de tu hijo por su corazón.

2. San José era un hombre de virtud

Don Ejemplo es el que más convence. El padre borracho, mal hablado, gritón, comodón, caprichoso, lascivo de ojos… lo que diga será censurado.

3. San José hablaba en confianza con Jesús

Tienes que adelantarte a hablar con tus hijos de los temas más serios conforme a su edad, como una vacuna que se adelanta a la paganitis. No te enfades pregunte lo que te pregunte, sé delicado y sincero.

4. San José era modelo de paciencia y ternura

Ni una queja ante tantos contratiempos. Cuando tu hijo caiga, sea insolente, no pierdas la compostura, y si sientes ira espera a que se te pase antes de corregir.

5. San José era firme

“Nos vamos a Belén, a Egipto por la noche, a Nazaret…”, por encima de todo, la voluntad de Dios en la familia. Has de tener una firmeza llena de sensatez, que convenza a tu hijo que le exiges porque le conviene, porque le quieres de verdad. Por ejemplo, has de saber poner las reglas del juego: “hijo mío, levántate a desayunar… si no te levantas esta tarde no saldrás con tus amigos…” Y no se levanta a la hora por ver televisión. Cumple fielmente el castigo prudente, si te echas atrás no te tomará en serio.

6. San José, como todo buen judío, enseñaba humanamente las oraciones y hazañas de Dios por Israel a su Hijo (aunque como Dios lo sepa todo).

“La acción catequética de la familia tiene un carácter peculiar y en cierto modo insustituible” (Catechesi Tradendae, San Juan Pablo II). No es responsable delegar todo en la parroquia. El mejor aliado de la educación de tus hijos es Dios y su Santísima Madre. Si él llega a tener una convicción profunda en su religión la batalla está ganada.

Tu hijo tendrá motor propio para hacer frente al viento de la mundanidad, por eso dice el Papa Francisco: “La educación entraña la tarea de promover libertades responsables, que opten en las encrucijadas con sentido e inteligencia (Amoris Letitia, 262).


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