"Ay, Isabel, o teu fillo está tolo", le decían a la madre de Jesús Carballo padre cuando lo veían encaramarse a todo tipo de aparatos realizados de forma artesanal para ejercitarse. Pocos imaginaban que ese joven se convertiría en el máximo responsable técnico de la gimnasia femenina desde hace décadas y en el padre de una familia que toca todos los palos de este deporte.

Los pasos de Carballo padre han sido seguidos por Jesús, campeón del mundo, pero también por Manuel (campeón europeo en 2005 todavía en activo), Javier (técnico) y Marta (entrenadora de rítmica). Hasta el último de la saga, el pequeño Samuel, de 7 años, ya hace sus pinitos. Los focos ahora vuelven a estar centrados en Jesús hijo, que, desde hace algo más de un mes, ejerce como presidente de la Federación Española de Gimnasia. "Es imposible salir de este mundo. Todos tenemos un vínculo muy importante con la gimnasia, solo que a mí siempre me ha gustado más la parte de gestión", reconoce.

Han pasado seis años desde su retirada, tiempo en el que ha seguido colaborando, primero en la Escuela Nacional de Gimnasia y después como director técnico federativo, una transición que ha asumido con normalidad. "He tenido la suerte de haber acabado satisfecho de mi carrera deportiva y me motiva empezar una nueva etapa con 34 años", señala. Y es que en su mentalidad pesan más los éxitos (Oro en el Mundial de Puerto Rico) que las decepciones (un resbalón le impidió ganar la medalla olímpica en Atlanta). Esa experiencia, ese carácter forjado en los sinsabores de las lesiones (ha sufrido hasta siete operaciones de rodilla) es el que le llevó a aconsejar a Gervasio Deferr, el último de los grandes de la gimnasia española en retirarse. "Le transmití que hay que pasar por un periodo de adaptación. No es fácil dejar de golpe lo que has hecho durante los últimos 15 años", dice.

Su día a día consiste en "vivir práticamente en la Federación". Son los momentos iniciales, los de establecer contactos, de tratar de revertir una situación de parálisis en la que se encontraba este organismo. "Llego a las 8.30 y salgo de allí sobre las 21 horas. Los fines de semana trato de moverme por España visitando clubes, federaciones autonómicas. También me reúno con empresas de marketing y publicidad", señala. Y es que la generación de recursos económicos es su obsesión. "No podemos vivir solo de las subvenciones. Hay que hacer rentable la gimnasia", apunta. Y no se le escapa que su simple nombre ya puede abrir muchas puertas. "Hay que explotarlo. De entrada creo que me escucharán. Luego tendré que demostrar que el proyecto que tengo detrás es válido", subraya.

"¿Cómo vamos a llevar que ahora sea mi jefe? Pues muy bien, porque es mi hijo y me respeta", responde sin dudarlo Jesús Carballo padre. El seleccionador femenino de gimnasia afirma que "después de más de 30 mundiales a mis espaldas me escuchará, y yo no le voy a dar quebraderos de cabeza". Él está convencido de que su hijo está preparado para el cargo. "Hablan de su juventud... Pero es que con 18 años ganó en Puerto Rico, y eso demuestra madurez. Y las lesiones forjan más que los éxitos. Te quedas solo. Ahora solo queda desearle suerte y que la gimnasia tenga un par de ciclos buenos", afirma. Eso y que tras los dos años que le quedan de mandato pueda ser reelegido para dar forma a un proyecto que necesita tiempo.

Deportivamente, la suerte está echada. El Mundial de octubre en Tokyo repartirá las plazas para los Juegos Olímpicos de Londres 2012. "Es un año difícil porque nos lo jugamos todo y queremos crear ilusión", señala el presidente de la Federación. Su padre, sempiterno a pie de pista, nunca ha buscado excusas y no va a empezar a hacerlo ahora. "¿La crisis? El Consejo Superior de Deportes tiene unas buenas instalaciones y no nos faltan medios para ir a los Juegos. Si no nos clasificamos no será porque hay menos dinero", destaca.

Es ese carácter gallego, luchador, el que supura un Carballo padre que siempre apela a la tierra, esa que visita con frecuencia. "Cuando doy descanso a las gimnastas procuro hacer alguna escapada", admite. Una asignatura que su hijo reconoce pendiente. "Me acuerdo de Galicia y tengo que ir, pero ahora apenas me queda tiempo libre", dice. Tiempo para visitar los lugares en donde la gimnasia entró en la sangre de los Carballo, en la finca de Castroviejo o en la playa de Rodeira. Lugares en donde nació la gimnasia. "Con mucho permiso de Blume. Hubo un antes y un después con él. Nos dio raíces. Y Jesús encendió la mecha", aclara Jesús Carballo padre.